Por Adriana Oñate
Era 2016, el año en el que los Niños Mutantes cumplían dos décadas juntos. Aunque oficialmente no habían planes para conmemorar tal fecha, secretamente se cocinaba un disco de éxitos versionados por otros artistas españoles. Fue así como surgió Mutanciones, un homenaje de sus colegas músicos que se celebró con un gran concierto fiesta –como el grupo dice–, en la sala de La Riviera en Madrid.
Una semana después sobrevino el punto de quiebre, uno que casi termina con el grupo. “Evidentemente en todos los grupos hay crisis y peleas internas. Hay buenos y malos momentos. Pero en España sí que se creó una pequeña conmoción. Nosotros en vez de ocultarlo, que es lo que suele hacer todo el mundo, lo contamos. Y es verdad que pasa en todos lados, la singularidad fue que lo contamos. Era importante para nosotros porque nos sirvió de plataforma de recuperación, como una catarsis personal”, cuenta Nani, el batería del grupo.
Fue a partir de este hecho y el impulso que les dejó escuchar esas nuevas versiones de sus temas, lo que llevó a estos originarios de Granada a tomarse primero un descanso y después, a trabajar en material nuevo.
Tras esta vorágine emocional, surgieron primero Diez (2017) y luego Diez & Medio (2018). Dos discos que en palabras de Nani son reconocibles los principios fundacionales de Niños Mutantes. “Es un giro a la música por la que empezamos en esto en los años 90 pero macerado y mezclado con lo que hemos aprendido en estos últimos 20 años. Es un disco de Rock más que de Pop, muy enérgico, con una letras muy comprometidas su mayoría y pocas personales. Letras con contenido social y de análisis de cómo es nuestra vida en España y en el mundo”, dice Nani sobre estos álbumes.
A propósito de su vida en España, hablan y teorizan un poco sobre la efervescencia musical de su tierra natal, Granada. Cuna de grandes artistas empezando por Federico García Lorca y pasando por músicos como Miguel Ríos, Los Planetas, Lori Meyers, Enrique Morente, entre otros. “Si pudiera hacer una tesis, hay miles de razones y ninguna a la vez”, cuenta Andrés, su guitarrista. “Seguramente tiene que ver con que es una ciudad pequeña con una universidad muy potente, una importante población flotante de estudiantes y donde hay jóvenes, hay universidad, hay cultura, hay cercanía y bares, por lo tanto hay creación”, añade Nani.
“Nosotros también decíamos algunas veces que, como no teníamos un equipo de fútbol potente, los chicos no queríamos ser futbolistas, queríamos ser músicos, que era lo que veíamos en la calle”, afirma entre risas Migue, el bajista.
Precisamente a partir de este historial de bandas y creadores, surgió el proyecto de Granada. Ciudad del Rock, que protege, difunde, promueve y apoya a la música y nuevas tendencias hechas en la ciudad. Un proyecto en el que Nani está muy involucrado: “Lo que intentamos es que el rock se beneficie de las instituciones que están para apoyar la creación cultural. Sobretodo ayudando a las bandas pequeñas y difundiendo la música granadina. Hemos hecho una ruta conformada por espacios emblemáticos como bares, discotecas, tiendas de discos y restaurantes para que la gente que viene de fuera tenga una guía de lo que ha pasado aquí en los últimos 30-40 años”, relata.
Aprovechando esto, los Niños Mutantes nos recomiendan a algunos de sus compatriotas como Trepát, Verona, Apartamentos Acapulco, Soléa Morente, Ángel Stanich, Napoléon Solo, Viva Suecia y Cala Vento que también tocaron en la ciudad en el evento de Sounds From Spain.
Finalmente el grupo, dice que por ahora lo único que tienen planeado al terminar la gira el 1 de diciembre es descansar para que en 2019 empiecen a componer y preparar nuevo material.