Low
Double Negative
Sub Pop Records
9.0
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Low es una de esas bandas que, de manera sorpresiva, han logrado mantenerse a flote durante 25 años. Nunca han brillado en el reflector, nunca han tenido un éxito masivo, sus presentaciones en vivo suelen ser discretas en el sentido más amplio de la palabra: son famosos los casos en los que le han bajado al volumen de sus instrumentos a propósito. Sus discos, doce en total, remiten más al Ambient y a la electrónica alemana de finales de los setentas, que al Rock alternativo al que los adscriben. Entre sus fans famosos están Blur, quienes no hubieran dado el giro que dieron con sus dos últimos álbumes de los 90s si no hubiera sido por Low; Neutral Milk Hotel, quienes los invitaron a formar parte de la alineación para el All Tomorrow’s Parties que curaron en el 2012; y el mismísimo Robert Plant, que les grabó un par de covers para su álbum Band of Joy (2010). Low, entonces, es de esas bandas masivamente influyentes pero que no están destinados a pertenecer al mainstream, por decisión propia porque esto les permite grabar experimentos sonoros más que álbumes en forma, grabaciones que retan al escucha a salirse de su zona de confort y a pensar en algo más allá de melodías tarareables o pegajosas.
Double Negative, su doceavo álbum de estudio, apareció, como ya es costumbre en ellos, sin muchos aspavientos la semana pasada. Once momentos en los que la banda, una vez más pero sin sonar a que se están repitiendo a ellos mismos, vuelve a estirar lo que conocemos por el nombre de “canción”. Estos son paisajes sonoros, evocaciones de un mundo metafísico, abstracciones instrumentales con ritmos repetitivos y robóticos. Double Negative es un esfuerzo valiente de una banda de por sí valiente. Un grupo que no teme usar los medios a su alcance para redefinir las reglas. Mientras muchos de sus contemporáneos luchan por mantenerse actuales, pero con todo el temor del mundo a arriesgarse, Alan Sparhawk, Mimi Parker y Steve Carrington, echan todo por la borda y lanzan esta declaración en la que se cuestionan la lógica de la humanidad y el comportamiento de la sociedad moderna. Escuchar Double Negative es dar un paso hacia lo desconocido, hacia la oscuridad en la que estamos sumidos, pero contando con el mapa que sus creadores nos han entregado antes de soltarnos en la cueva que son estos 48 minutos. Así que déjense abrazar y abrasar por estos acariciantes pianos, estos disparejos ritmos, este caos cuidadosamente desorganizado. Advertidos están que el camino es largo, pero al final será satisfactorio.