The Weeknd + Belly @ Palacio de los Deportes

The Weeknd

Belly

El checklist de los hits

Por Lecce

Hoy vuelve a tocar Abel Makkonen Tesfaye en el Palacio de los Deportes y a pesar de que trataré de que esto no sea un spoiler a lo que usted, joven lector, verá hoy por la noche; aún así no prometo que lo evitaré al 100. Aclarado esto prosigamos.

Arriba dije “joven lector”, ese rango usted se lo gana si sabe quién es Belly. ¿No sabe, verdad? Yo tampoco sabía pero él fue el encargado de abrir la presentación número dos del canadiense en nuestro país. Mucho furor juvenil, todo muy estruendoso pero bien, cumplió con lo que debe de hacer una abridor que es prender a la audiencia, sobre todo a los menores de 30 en cancha.

El acto de The Weeknd abre con “Pray For Me“, con un setting sencillo: tres músicos y una base de secuencias poderosas, una pantalla y luces. No necesitas más cuando te llamas Abel Makkonen y cantas muy parecido al Rey del Pop.

“Starboy” llega muy pronto a mi parecer, a mi lado tenía una pareja que posteriormente se iría a 3/4 del concierto ya que el check de “éxitos” estaba hecho. Abe canta, canta sin esfuerzo con el privilegio que le dio la vida con esa voz, hay coros en las secuencias y voces de soporte, sí, pero son eso, soporte a su gran voz.

Sigue “Party Monster” con una pasividad para uno que ni es tan fan pero que el chamaquerío canta como si tuvieran a Selena Gómez a lado, esta va seguida, irónicamente de “Six Feet Under“. ¿Casualidad o destino?

Future acaba de estrenar disco pero nunca es tarde para que mi Abe de oro vaya al 2016 (año de su boom popular) y cantar un tramo de su colaboración con el de Georgia.

Obvio The Weeknd mantiene esa tradición “rapera” de solo cantar pedacitos, incluyendo de sus colaboraciones y aquí meto el siguiente track, su colaboración el Belly ese que salió de nuevo a “hacerle el paro” a su amigo con “Might Not“.

Segundo track interpretado donde volteaba a ver a todos lados a ver si aunque fuera por teléfono cantaba Kendrick: “Sidewalks“. Después una sorpresa (bueno, más o menos, ya había visto el setlist): “Crew Love“. Sí esa de cuando esos dos canadienses rompe taquillas aún eran unos imberbes, me sacó una sonrisa escucharla (otra vez un pedacito porque ni modo de traer a Drake).

Obviamente soy un señor y yo estaba ahí para escuchar el “House of Balloons” completo (cosa que sabía que no iba a pasar pues, pero nada perdía con soñar). Mi primer placebo llegó con “House of Balloons / Glass Table Girls“.

El track 3 del HOB sirvió de warm up para otra sonrisa sonora: “Secrets“. Todo bien con Don Makkonen y sus músicos, efectividad, calidad, sencillez al ejecutar pero con maestría que detonó en una transición re linda a “Can’t Feel My Face“. Aplauso de pie a ese mashup que precedió a la bonita creación de Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter: “I Feel It Coming“.

Segundo retorno al HOB con ‘The Morning’ y (mi biográfica) ‘Wicked Games’. A estas alturas el amor de The Weeknd a México era emocionante; siempre voy a cuestionar si ese amor es legítimo pero cuando escuché “Earned It” coreada por tantos y tan fuerte me parecería hasta imposible no amar un público tan fiel.

“Or Nah” no me pareció tan afortunada como hubiera esperado pero “Often” cumplió al 100 mis expectativas. El mini tour del Beautity Behind The Madness se cerró temporalmente con “Acquainted“.

“Wasted Times” ayudó a eso, a perder el tiempo antes del himno al despecho “Call Out My Name“, otra coreada por toda la gente en el recinto.

La verdad es que, como la pareja antes mencionada, yo ya había hecho mi checklist de hits y gustos propios. Ya me quería ir antes de que todo mundo saliera porque pues “mucha gente” y pues a uno no le gusta pero empezó a sonar una obvia que no olvidaba: “The Hills“. Grande para cerrar.

Aquí es donde debería de ir una conclusión y aquí va. Musicalmente es bueno, es una contra a las súper producciones de artistas mainstream del nivel de The Weeknd. Tiene músicos en vivo, un show de luces y pantallas eficiente pero discreto. Inteligente y pensado para que luzca lo mejor que había en ese escenario: su voz.