Por Diego Álvarez Rex
Siempre la primera edición de un festival es difícil; es hacer el experimento esperando de menos cubrir gastos, y aunque Domination Fest creyó tener todas las piezas a su favor tras un histórico Hell & Heaven Metal Fest el año pasado, el festival por momentos se sintió verdaderamente como la post-apocalíptica zona desolada que ilustraba su arte promocional.
A pesar de los grandes nombres que por sí solos son capaces de llenar arenas en México, como KISS, Dream Theatre y Apocalyptica, la realidad es que la organización no logró complementar esos grandes nombres con un cartel lo suficientemente motivante para el consumidor de Metal nacional que, aunque los ajenos al género no lo crean, es muy exigente y sobre todo sectorizado en muchísimos subgéneros que necesitan ser atendidos para un festival que pretendía acercarse al record de casi 200 mil asistentes el año pasado.
Hay una muy larga e interesante historia de cómo Domination Fest llegó a suceder, y el nombre que todos temen decir por su infamia pero inmediatamente les viene a la mente es Live Talent. El concepto de festival masivo no es el hilo negro en México ni es algo nuevo, son décadas de un género por demás amado en nuestro país, más no fue sino hasta el Hell & Heaven Metal Fest en Guadalajara que de pronto la comunidad consumidora de metal fue sintiéndose cobijada con todo y producción de muy mala calidad en todos los aspectos.
Todo se complicó hasta que la organizadora tapatía tuvo la necedad de sacrificar la versión compacta del festival masivo en cuestión, el Force Fest en la CDMX, con tal de llevar todo el masivo de dos días a la capital aferrándose a no querer hacerlo en un inmueble operado por OCESA… y aquí viene aquel Hell & Heaven 2014 en Texcoco que se cayó a pedazos antes de empezar, para terminar reprogramándolo en el Autódromo Hermanos Rodríguez con OCESA asociándose inevitablemente.
Después de tres ediciones de estar asociados a la fuerza, de la misma manera que Ache Producciones, Sidetrack y Sicario sucumbieron con el monstruo para Solar, Vaivén y Ceremonia respectivamente, Live Talent se aferra a un evento independiente resucitando el Force Fest el año pasado a Teotihuacán con los peores resultados posibles: Escenarios que se hundían, asistentes electrocutados, barricadas colapsadas, bandas cancelando a diestra y siniestra y hasta demandas públicas.
Este desastre motivó el nacimiento del Domination. “Si Live Talent se aferra a hacerlo solo, OCESA les dará la vuelta…” y gracias a la pésima calidad de los eventos del otro, la gente ya confiaría en un festival a ciegas de la mano de esta promotora que suele tener las exclusivas de nombres como Metallica, Iron Maiden y Roger Waters en México, generando especulación con una preventa pre-cartel agotada que pintaba a que todo iría viento en popa… pero algo con lo que no contó OCESA fue con su poco “expertise” en el género. No supieron curar un cartel para amantes del Metal y terminaron con un festival de gran calidad en producción… pero semivacío.
Los boletos duraron 3 meses en Fase 1, con un cambio de Fase 2 a Fase 3 en semanas con tal de elevar costos, pero con la dura realidad de jamás estar cerca de agotarse y no querer poner 2×1 aunque muchos en redes les invitaban a hacerlo. La venta de boletos con todo y regaliza loca entre aliados y medios, no pudo ocultar que algunos metaleros ni con entrada regalada quisieron ir.
Los escenarios considerablemente reducidos en tamaño el día del evento a lo que vimos el año pasado en Hell & Heaven fue seguramente para ahorrar en producción, sobrando ya decir las activaciones vacías, las atracciones de feria que nadie pidió y efectivamente nadie peló, y momentos como Every Time I Die, Thrice y Entheos donde había más gente en la fila del baño que en el escenario.
Ciertamente se sintió muy cómodo el hecho de poder llegar hasta frente del escenario debido a la poca gente, así como llegar de un lado a otro sin enfrentarte a masas en la dirección contraria como con el Corona Capital o el Vive Latino pero bueno, ¿en qué falló? Para un “metalero” es sencillo: no hubo realmente oferta. Tuvimos muchos nombres que fueron famosos en los 80s como Slash, RATT, KISS y Vince Neil, un montón de bandas de Deathcore y Metalcore como August Burns Read, Parkway Drive y The Black Dahlia Murder, y bandas nuevas poco conocidas en México y que por lo mismo muchos no se animarían a pagar. Entonces, apenas tuvieron dos públicos bien atendidos, sumando a las bandas con las que siempre trabaja la promotora, y que vienen muy seguido como Lamb of God, Dream Theater y Apocalyptica, como sí con eso pudiera bastar.
Y es aquí es donde Live Talent siempre tuvo la ventaja sobre de OCESA, ya que serán pésimos organizadores pero su curaduría siempre lograba atrapar a los que gustan del Grindcore, Death Metal, Thrash, Speed, NWOBHM, Metal Español, etc. Live Talent dejaba ver que realmente amaban el metal, aparecían bandas de nicho que muchos siempre pedían en redes como Voivod, Sacred Reich, Fear Factory, Heathen, Venom, etc, y aunque rara vez salían de esos géneros extremos olvidando cosas como el Stoner, Doom o Progresivo, sus festivales siempre se llenaban. Siempre había gente creando el mejor ambiente… mientras que en el pasado fin de semana, el Autódromo se sintió “raro”, muchos realmente fueron apenas por un par de bandas y se fueron sin mucho qué decir.
Hell & Heaven Metal Fest 2018 fue el evento más exitoso y más grande de metal que ha visto América Latina por tener los nombres masivos del Billboard con los que OCESA trabaja, más la curaduría de nicho que Live Talent siempre cuidó. Después de este primer Domination Fest, se llega a la conclusión de que así como para un Corona Capital habrá un NRMAL, y para un EDC hay un MUTEK, la comunidad del Metal más exigente se dará la vuelta y optará por opciones como el Monterrey Metal Fest, el Mother of All o hasta hará sus propios eventos, como es el caso del nuevo festival en Querétaro, el Metal Devastation a suceder en julio que tiene ya anunciados a Kataklysm, Eyehategod y Nargaroth.
A estas alturas sobra decir que Alice Cooper, Lamb of God y Slash dieron presentaciones a la altura. El primero tardó mucho en venir con producción completa a la capital tras dos shows en Monterrey una poco recordada aparición en el mismo Autódromo como parte de una fiesta de aniversario de Harley Davidson, sino más allá de grandes shows de nombres célebres en el Hard Rock y Metal, fuimos testigos de cómo el Domination Fest es prueba que quienes consumen géneros como estos no los puedes convencer con podcasts, influencers, activaciones para Instagram, o playlists de Spotify, Domination Fest fracasó por su cartel. A la antigua. A los que gustan del Metal y Hard Rock hay que convencerlos con música, no con accesorios y experiencias.
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