Blasting through the bedrock:
35 años de Born In The USA de Bruce Springsteen
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Para 1984, Estados Unidos estaba metido de lleno en una de sus etapas políticas más oscuras. Las promesas de un nuevo amanecer, de la mano de un líder carismático pero más falso que un billete de tres dólares, cada vez se desdibujaban más. Casi diez años después de haber salido con la cabeza baja de la peor derrota militar de su historia, las heridas seguían frescas. No había trabajo, la economía estaba en un vaivén brutal, unos cuantos se enriquecían mientras la inmensa mayoría no sabía ni cómo llegar a fin de mes. A 40 años de empezada, la Guerra Fría estaba en uno de sus puntos más álgidos. Para 1984, el cantautor del pueblo, ese obrero de la canción, Bruce Springsteen, venía de una racha en la que se había consolidado con su fanbase a golpe de puro discazo (Born To Run, The River, Nebraska). Pero sus letras y su sonido se habían ido oscureciendo cada vez más, casi como resultado del ambiente político y social en el que estaba viviendo. Nebraska, su álbum de 1982, lo había encontrado solitario, con su guitarra acústica y su armónica, cantando sobre asesinos seriales, criminales, policías corruptos, la descomposición y decepción del sueño americano. Su siguiente esfuerzo sería, al menos en lo musical, una vuelta en U en esa carretera inmensa y sin fin que atraviesa sus letras y sus composiciones.
Born In The USA es el opuesto completo a su antecesor en términos de grabación e interpretación. Springsteen optó por lo grandioso y lo escandaloso. Juntó de nuevo a la E Street Band, volvió a conectar su Telecaster, metió sintetizadores, se desgarró la garganta en cada una de las canciones y se convirtió en un fenómeno de masas. Las canciones suenan menos oscuras, y más al Rock & Roll con el que el cantante se crió, tapizadas por el signo de la época. Pero Springsteen no sería el poeta popular que ya era para ese momento si se hubiera desmarcado del todo de sus raíces. Y no lo hace. Aquí hay mucha desesperanza y angustia por lo que está sucediendo. El título del álbum, y del hit más grande de su carrera, es engañoso y es un patriotismo más bien irónico y cuestionador. ¿Es esta la tierra de la que nos sentimos orgullosos? Born In The USA es un statement de desilusión por el estado de las cosas, pero cantado con un poco de humor y sarcasmo. Springsteen parece estar usando a su favor la banalidad del sonido de los ochentas para evidenciar todo lo que estaba mal en aquel entonces. Canciones como “Darlington County” y “Glory Days” lo muestran híper crítico, pero sin dejar de tratar de pasarla bien. “Working On The Highway” tuvo su génesis en las grabaciones de Nebraska, lo que demuestra que las preocupaciones de aquel álbum no lo habían abandonado acá. “Downbound Train” bien podría ser una de las canciones más tristes que Springsteen ha escrito, con su tema de abandono y madurez. “No Surrender” es un llamado a levantarse en armas y no quedarse en la conformidad, usando a la música como el arma principal, con una de las mejores declaraciones de amor al Rocanrol que se hayan hecho: “Aprendimos más de un disco de tres minutos, que lo que jamás aprendimos en la escuela”. “Dancing In The Dark”, el otro hit masivo, con su ambigua letra puede ser sobre salirse de la zona de confort en la que se está, o sobre llamarle a la medianoche a alguien para que te haga compañía.
Cada canción en Born In The USA es una manera particular de entrarle a la misma angustia. Cada canción aquí es única por la manera en la que su autor enuncia lo que le molesta. Born In The USA es una polaroid de un momento particularmente oscuro, pero es una polaroid tomada con el flash más brillante que se pudo.
Pingback: RPM: 35 años de Tunnel of Love de Bruce Springsteen - Me hace ruido