Por Stephanie Rosales @phananarama
Como ya se ha vuelto costumbre desde el 2016, el mes de junio llegó trayendo consigo una edición más del festival Wild O’ Fest, que en esta ocasión se trasladó al Pabellón Cuervo tras la clausura de la Carpa Astros, con el claro objetivo de reunir a una mayor cantidad de gente y reventar loa más oídos posibles.
Días antes del esperado 1º de junio el festival se encargó de elevar expectativas prometiendo shows únicos de The Mummies y Fuzztones, el esperado regreso a México de la sensación de Puerto Rico, los reunificados Dávila 666; y otras sorpresas como una expo de vinilos de varias tiendas y sellos invitados vendiendo a precios especiales con la oportunidad de hacer intercambio, y hasta la preventa del esperado nuevo LP de Telekrimen en colaboración con el sello americano Slovenly Recordings.
Al igual que festivales que hemos mencionado por parte de promotoras como Ache, Live Talent, Sidetrack y Sicario, los Superbookers sacrificaron la independencia de su proyecto al asociarse (en términos que desconocemos) con el leviatán local OCESA, e inclusive anunciar el festival en las redes de Vive Latino con un resultado altamente positivo en convocatoria, calidad en producción y logística, y sobre todo un inmueble mucho mejor que la Carpa Astros.
Recargado y mejorado, el festival sin duda fue una experiencia que valió cada centavo en el boleto, las bandas sonaron increíble, no hubo innecesarias premiaciones entre talento, y hasta los horarios permitieron a muchos alcanzar al menos el último tren a casa.
Viv & the Sect
Desde temprano la gente comenzó a arrasar con la cerveza y el pulque de las barras, mientras el talento nacional compuesto por las bandas de surf Thálasses, The Centellas, The Surfragettes y Los Pegajosos, demostraban que aunque los años de apogeo del Foro Alicia y sus legendarias bandas están ya muy lejos, y el Surf sigue siendo de los géneros que reinan en México.
Si duda los consentidos de la escena Garage, Viv and the Sect demostraron que a pesar de haber contado ya la cuenta de los vocalistas que han tenido, el ensamble aún tiene mucho qué decir por su propio nombre con temas nuevos que amenizaban la llegada de grandes grupos de amigos y hasta familias con hijos que salieron de su madriguera para tan especial ocasión.
Doctor Explosión
Si bien nunca hubo un momento bajo, los ánimos comenzaron a subir considerablemente a partir de que Dr. Explosión tomó el escenario gracias a la gran energía de Jorge, su vocalista y guitarrista, quien fue el primero en poner el desorden al bajar entre la gente para tocar un par de canciones.
Una locura total cuando sonaron “Eres feo, chaval”, “Basura” y su versión a “Drácula Ye Ye” yéndose a un cierre a la segura con todo y vomitada del baterista con los clásicos de Link Wray, “Ace of Spades” y “Comanche”.
The Phantom Four
Con un ligero desfase en los horarios, desde Ámsterdam, los integrantes de The Phantom Four tomaron elegantemente sus posiciones para regalarnos un gran y apacible set de Surf instrumental que aunque no provocó grandes bailes ni que los simpáticos personajes con máscara de luchador se pusieran a soltar patadas, sí dejó un gran sabor de boca.
La música de los Phantom Four se despega del Hot Rod o Garage Surf tradicional para irse a texturas un tanto más del Post Punk con la pedalera bien presionada, sobre todo en temas de su álbum Mandira, de los cuales se desprendieron varios de los temas, sumando una reversión a “A Forest” de The Cure que sonó brutal.
The Gories
La lluvia comenzó a caer mientras The Gories salían a escena para hacer lo que mejor saben: soltar guitarrazos. Crudo, primitivo, visceral y alucinante. El trío convocó un pequeño pero contundente mosh entre las primeras filas que no paró de brincar y corear con temas clásicos como “Feral”, “Goin’ to the River” y sus geniales reversiones a John Lee Hooker y The Coasters.
Al mismo tiempo, mientras algunos ya mostraban los estragos de comenzar a beber desde temprano y dejar el piso resbaloso y comenzar a sudar demás, otros empezaban a calentar los músculos para el otro gran plato fuerte de la noche: Dávila 666.
Dávila 666
Desde aquella ahora mítica presentación en el Salón Covadonga hace ocho años, el nombre de la banda nunca ha dejado de ser mencionado en México, sobre todo porque AJ Dávila se encargó de seguir haciendo música y no dejar desamparados a sus fans por acá, y lo mismo que Carlitos haciendo Trap como Fuete Billete, Giancarlo con Las Ardillas y Johnny Otis con su propio proyecto solista.
Por fin llegó la hora y los boricuas no decepcionaron, con todo y la mala suerte de haberle sido imposible a Carlos, vocalista, haber pasado la aduana de su natal Puerto Rico por razones que no se nos esclarecieron, y que claramente le impidieron ser parte del evento.
“El Lobo”, “Pingorocha y la diva rockera”, “La Killer Bitch”, “Obsesionao” y “Callejón” sonaron con todo, fue grato verles reunidos después de tanta mala leche entre sus integrantes en redes sociales, después de varios proyectos que no iban a ningún lado, es claro que juntos hacen una magia innegable, y las gargantas desgarradas y las espaldas bañadas en cerveza durante su set fueron muestra de ello.
The King Khan & BBQ Show
Con algunos minutos de retraso, tras presentar ciertas complicaciones técnicas, King Khan y Mark Sultan tomaron sus instrumentos para desatar la locura. Se sabe que The King Khan & BBQ Show es un gran ejemplo de puro Rock and Roll, pero ciertamente nunca pensamos que sería en el Wild O’ Fest que viviríamos una de sus mejores presentaciones en vivo.
De algún lugar extraño, probablemente una cueva en Ecatepec, salieron varios personajes que, previamente sudados y sin camisa, organizaron una imparable muestra de body surfing que se llevó la noche. Patadas, cerveza volando, bocas ensangrentadas y zapatos perdidos fueron las amenidades que acompañaron un frenético show de esos que ya no se ven tan a menudo.
The Fuzztones
Tras un momento de descanso, que fue aprovechado por muchos para tomar aire, ir por un paste, al baño o por otra cervecita, más personajes greñudos y sin camisa comenzaron a arremolinarse frente al escenario preparándose para en primer gran headliner. A tan solo dos años de su última presentación, The Fuzztones volvieron a México prometiendo un show todavía más especial que aquel que vimos en SALA como estelares del encuentro bautizado “Fuzz y Gritos”.
Las grandes “Ward 81”, “9 Months Later” y “Hurt on Hold” sonaron cual frenesí, siendo seguidas por varios temas nuevos de un álbum que juran estar a nada de salir, resaltando “Mable Hall” y una reversión a “I’ve Got Eyes in the Back of My Head” de Bevis Frond que sonaron impecables, más avanzando el set la presentación se fue tornando un tanto aburrida para quienes tenían la adrenalina al tope tras el extraordinario set de King Khan, siendo el repertorio de Fuzztones cada vez más psicodélico y menos Garage Punk.
Para la recta final en la que el legendario frontman de la banda prometió varios clásicos tras un par de temas nuevos, esta recompensa a la paciencia nunca llegó, ya que aparentemente hubo una confusión en cuanto a los horarios puesto que la banda recorrió sus clásicos hasta el final pensando que tendrían un encore para tocarlos de corrido, pero no fue así, cerrando su presentación de un modo algo desangelado.
The Mummies
El tiempo ganado en el desfase de horarios previo se había esfumado e incluso llevaban ya más de 20 minutos de retraso cuando The Mummies por fin salió al escenario. Por miedo a no alcanzar metro, mucha gente ya se había ido, pero quienes nos quedamos no nos arrepentimos en lo absoluto.
Al igual que durante The King Khan & BBQ Show, la locura volvió a invadir el cuerpo de los presentes y de principio a fin jamás se dejaron de repartir puñetazos y patadas: el Wild O’ Fest lo había vuelto a hacer, tras rumores, chismes y malentendidos, el festival volvió a hacer historia en la escena del Garage y el Surf en México.
“Come on Up”, “In and Out”, “Stronger than Dirt” y “Your Ass” fueron lo que todos soñaron. Una legendaria agrupación cruda, disonante y con una presencia en escena que no sabes si sentirte impresionado o aterrorizado, pero cada segundo era necesario disfrutarlo al máximo. “The Fly”, “(You Must Fight to Live) On the Planet of the Apes” y “Shut Up” fueron una recta fina que nadie que lo vivió podrá olvidar.
En cuanto terminó el set no hubo espacio para despedidas ni agradecimientos, aunque no fue necesario. La euforia de tradujo en un impulso para correr como alma que lleva el diablo rezando para alcanzar el último tren a casa. Algunos lo lograron, otros no; sin embargo, sabemos que no hay remordimientos y nadie se arrepintió de haber perdido un diente, un zapato o el camión. Nadie nunca se arrepentirá de ir a un Wild O’ Fest.
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