No me preguntes porque no lo sé:
20 años de Revés/Yo Soy de Café Tacuba
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Después de Caifanes estuvo Café Tacuba. Pero mientras aquellos se podían sentir un poco limitados por el Rock de guitarras, para los de Satélite eso nunca fue un problema. Y el resultado de esto fue que su única competencia real eran ellos mismos. Disco tras disco. Canción tras canción. Para 1999, eran la banda más importante produciendo en español, no sólo en México, sino en cualquier país que compartiera el idioma. Nada les podía hacer sombra. Ni en lo comercial, ni en lo creativo. Re fue un caso inédito en la producción nacional. Avalancha de Éxitos fue como si se pusieran la mano en la cintura y cómodamente marcaran otro hito. Durante la segunda mitad de los noventa, Café Tacuba pusieron las reglas del juego. La creatividad estaba desbordada y es por eso que su cuarto álbum resultó tan problemático. Me consta que entre los fans es el punto que los divide. Unos lo consideran una genialidad, otros una pesadez insufrible. Yo soy parte del primer grupo.
Revés/Yo Soy, para empezar, ni siquiera fue planeado como un álbum doble. El proyecto original sólo incluía la parte instrumental, pero al resultar absolutamente experimental, la disquera (esos seres sin idea de nada) se negó a lanzarlo. Claro, no se veía como un proyecto redituable cuando las doce canciones no tenían ni siquiera título y estaban numeradas como si se tratara de pinturas abstractas (o un guiño a Aphex Twin, o las dos). Y a lo que sonaba era justamente a una abstracción imposible de describir. Era un suicido comercial. “Canciones” que eran grabaciones distorsionadas de la Compañía Nacional de Danza Folclórica del INBA (“10”), colaboraciones con el Kronos Quartet (“M.C.”), o temas en los que de plano Café Tacuba no aparecía en ningún lado (“5.1”). El grupo llegó a un acuerdo y regresaron al estudio a trabajar canciones más tradicionales que habían quedado pendientes desde la época del Re. La disquera, me imagino, se frotó las manos entonces. La gallina de los huevos de oro seguiría produciendo. Pero las canciones que formaron ese segundo álbum estaban lejos de la facilidad de sus hits previos. No eran éxitos esperando suceder. El Café Tacuba de Yo Soy es un Café Tacuba de bajo perfil, oscuro, menos desmadroso. “La Muerte Chiquita”, “Dos Niños”, “El Río”, son canciones que no podrían haber aparecido en ningún álbum previo de la banda. “El Espacio” y “Guerra” (que en realidad no tiene nombre, y es más bien un símbolo) son dos de las canciones más profundas y ricas en texturas que se han producido en esto que llamamos Rock mexicano. Y estaban en el álbum que la disquera esperaba fuera el lado comercial.
Revés/Yo Soy representó con claridad la absoluta libertad con la que Café Tacuba se ha movido a lo largo de su carrera. Si antes ya se veía, por el contenido de sus álbumes previos, aquí ya no quedó ninguna duda. Quizá no es una obra digerible, ni fácil de comercializar. Vamos, ni siquiera está disponible en plataformas de streaming. Pero su importancia reside en que marcó la línea y les enseñó, a la disquera, a los fans, y a ellos mismos, de qué estaban hechos.
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