Por moonman
Para que un buen proyecto florezca se necesita conseguir un ideal común para que alrededor de él todos vayan construyendo el camino para realizar ese bien colectivo. Algo así es Hipnosis, que en su tercer edición se refrenda como uno de los mejores festivales de Rock especializado en México.
Por segundo año consecutivo se ubicaron en Huixquilucan, un ambiente forestal que va acompañado de frío y lluvia. Pero justo por lo que comentaba en el primer párrafo, la gente lo toma como parte de la experiencia de ir con el fin de pasar una tarde rodeado de amigos y con una muy buena selección musical.
Nosotros llegamos hasta Kikagaku Moyo. Los originarios de Tokio, Japón tienen una forma muy peculiar en como desarrollan sus canciones, ya que parecen historias al tener una introducción, clímax y desenlace con diferentes y emotivos momentos que van desde lo contemplativo hasta lo pesado en unos pocos segundos en cada una de sus canciones. Aquí la prioridad es el ritmo, en donde cada uno de sus elementos crean un todo muy fluido. Etiquetarlos como “Psicodelia” es quedarnos cortos, tienen muchos matices musicales que los vuelve en una banda muy recomendable para ver.
No importó la lluvia contante, Uncle Acid & The Deadbeats lo hizo y muy bien. Su sonido remite a las épocas del proto Heavy Metal en donde apenas se veían los primeros pincelazos de lo que sería este género con artistas como The Stooges o Black Sabbath. Si pudiéramos comparar la banda sería una especie de Queens Of Stone Age por darle prioridad al ritmo y voces mas que a una pared de ruido guitarroso. Un gran tino por parte de Hipnosis al traernos a este proyecto inglés.
Un artista que bien pudo haber estado en Bahidorá, fue Mild High Club, proyecto de Alex Brettin en donde las guitarras mas bien parecen un reflejo en agua alborotada en vez de ser un televisor sin señal, que acompaña una muy buena base rítmica de batería y sintetizadores soleados. Fue interesante el contraste de su música hecha para estar en una terraza con buena compañía en un ambiente boscoso.
¿Qué pasas cuando juntas dos increíbles universos sonoros paralelos? Un big-bang llamado The Claypool Lennon Delirium. Si de por si Les Claypool ya es de culto por tener seguidores de todos sus proyectos alternos, imaginen lo que pasó cuando se unió con Sean Lennon, quien también ya lleva una larga carrera musical muy auténtica donde ha colaborado con su madre Yoko Ono así como Cibo Matto.
Desde el inicio con un gran cover a “Astronomy Domine” de las épocas ácidas de Pink Floyd, pasando por “The Court Of The King Crimson” de la mítica banda progresiva, pasando por los hits de su más reciente álbum South Of Reality, dieron una lección a todos aquellos que quieren o “hacen” Rock en 2019. El final fue épico con “Tomorrow Never Knows” de su padre, canción que muchos consideran el nacimiento de todo un movimiento musical.
El gran motivo por el que esta edición fue grandiosa fue por la visita por primera vez a México de Stereolab. Es ese tipo de bandas que sólo sueñas ver en un Primavera Sound y que afortunadamente pudimos ver en nuestro país. Ellos fueron una banda visionaria que en los 90s hicieron música que para nada encajaba en lo que sonaba, buscaron en el Krautrock una base para desarrollar un auténtico proyecto que ha servido de inspiración para muchas más.
A pesar de que Laetitia Sadier nos visitó hace algunos años, era un sueño para muchos ver lo que hizo con su banda máter: sonidos burbujeantes gracias al Moog, reminiscencias del Lounge que ahora en su reencuentro se tapizaron con guitarras espesas, de hecho, el cofundador y guitarrista Tim Gane rompió las cuerdas de su guitarras y para la última canción tuvo que pedir “prestada” la de Laetitia. Grandioso momento no sólo en el festival, sino en los últimos años por ver a semejante banda en un escenario.
Agregada a último momento, pero deseada desde la edición pasada, se presentó la banda californiana de Stoner Rock Fu Manchu, quienes guardaron en ámbar la personalidad y actitud del Rock en los 90s, nada de maquillaje y cosas para maximizar su presencia, sólo el poder de sus instrumentos y una gran actitud. Para ser la última banda de un festival con condiciones climáticas adversas, la energía estaba a tope, ellos lo sabían y por eso salieron con todo para exprimirles a todos los asistentes.
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