Ambiente general
Billie Eilish
Por Aarón Cortés
A pesar de que esta edición del Corona Capital estaba más enfocada en millennials con un montón de bandas que formaron parte de sus primeros carteles, fue Billie Eilish quien se encargó de recordarnos que nos encontramos en el 2019 y trajo consigo todo un cambio generacional para presentar a la gen-z.
Debido a esto vimos a un montón de chicos acompañados de sus papás, esperando desde muy temprano en el escenario Corona Light, pues parecían no tener mucho interés en el resto de las bandas.
Tenemos que aceptar que esta es una de las primeras veces que el Corona Capital se pone pilas y trae a uno de los actos más importantes del momento, a escasos meses de su boom comercial. Pues recordemos que a pesar de que Billie Eilish destacó desde principios de 2018, no fue hasta marzo que lanzó su álbum debut (When We All Fall Asleep, Where Do We Go?).
Y claro que su primera visita a México tendría semejante impacto, pues podía apreciarse a gran parte de los asistentes con un distintivo de la cantante.
Billie Eilish inició de inmediato con “Bad Guy” y un volumen bastante bajo de voz, que no impidió que la gente perdiera el control ante una de las canciones más populares del 2019. Vestida de naranja con prendas holgadas y saltando por todas partes, esta chica de apenas 17 años nos mostró que es digna de todo el hype que se ha hecho alrededor de ella.
Aunque tal vez algunos cambios en el setlist podrían ayudar al momento de darle fluidez al asunto, pues algunas de sus canciones más prendidas se encuentran al inicio y al final, mientras que gran parte del set es conformado por esas tranquilas baladas del EP y una que otra del álbum.
Otra cosa bastante curiosa es que a pesar de que volverá en mayo de 2O2O para su propio show en el Palacio de los Deportes, a la gente no parecía importarle y no querían perderse la oportunidad de verla este fin de semana.
Contrario a lo que sucedió el sábado, colocaron pantallas muy cerca del escenario Corona, para que todos pudieran ver a Billie Eilish. Tristemente el volumen disminuyó previo a la presentación de Interpol, pero nos quedamos con un gran show de momento, digno de una experiencia festivalera.
Interpol
El amor de Interpol por México
en su regreso como headliners
Por Aarón Cortés
Interpol es de esas bandas que han venido tantas veces a nuestro país, que es casi “pecado” decir que no los has visto en vivo.
De hecho, he recibido tantos comentarios sobre lo “malas” que son sus presentaciones, que tenía mis dudas antes del Corona Capital. Pero dejando atrás las bromas sobre sus conciertos en México y las quejas de que “otra vez” los trajeron, en lugar de darle prioridad a otro posible headliner, desde temprano habían muchas personas reunidas en el escenario principal para recibir a Paul Banks, Daniel Kessler y Sam Fogarino con entusiasmo. Una vibra de la que es casi imposible no contagiarse.
La banda comenzó puntual y directo al grano con “C’mere” y desde el primer momento, me mostraron que el resto estaba equivocado, pues no dejaron caer los ánimos en ningún momento. Parte de esto se debe a que mantuvieron la línea del set, a diferencia de varios grupos del Corona Capital que nos llevaban entre altibajos, de los que no siempre se podía recuperar.
Los dos momentos emotivos de la noche con “The New” y “NYC” estuvieron bien acomodados, y ahora con más calma tras la publicación de Marauder, Interpol tocó más canciones de Turn On The Bright Light y Antics, sin dejar de lado “Rest My Chemistry” y “The Heinrich Maneuver” de Our Love To Admire. Mientras que a su último disco sólo le dedicaron tres canciones, e incluso Paul Banks bromeó que con que no recordaba la fecha de publicación de este material, antes de interpretar “The Rover”.
Otra parte importante del show fue se cariño del público que en lugar de estar hartos de Interpol, mostraron mucho amor a Banks, quien respondía con una carismática sonrisa al final de cada canción y un fuerte “gracias”. Sí, no es un secreto que el frontman habla un español fluido porque vivió aquí durante mucho tiempo, pero tiene su encanto escucharlo a todo volumen a través de los altavoces.
Algunas de las quejas que me topé en sus streamings de este año eran sobre el bajista que iba a destiempo y la calidad de sonido de la banda. Pero al menos en la parte delantera del escenario no se apreciaron esos detalles (contando que el bajo no se escuchaba más que en las partes que eran necesario su protagonismo). Eso sí, las distorsiones de las guitarras sonaban más agudas en algunos tonos altos, mientras que en los graves no se escuchaba tan fuerte a primera instancia.
“Evil”, “Obstacle 1”, “Slow Hands” y otros cuantos de sus bangers esenciales, fueron interpretados de forma impecable, al igual que los coros de “PDA” con la voz de Daniel Kessler.
Un día después del pésimo cierre de The Strokes, sin siquiera decir adiós, Interpol llegó para mostrarnos cómo se debe tratar a un público tan entregado como los mexicanos, y además recalcar por qué se les quiere tanto. Así que después de “Stella Was A Diver And She Was Always Down”, cambiaron la iluminación y los triángulos de láser que se encontraban entre sí, cambiaron a los colores de la bandera en una postal para cerrar 10 años de un de los festivales más importantes en México.
Con el amor suficiente por la banda, criterio objetivo y deslindarse de toda especulación, Interpol ofrece un gran show a quien esté dispuesto a aceptarlo y pasar un buen rato entre hits y una que otra pieza dedicada a los inicios de su carrera. Tal vez en alguna ocasión previa dieron motivos para una experiencia desagradable, pero al menos durante el Corona Captial 2019 se lucieron como headliners y destacaron entre otras presentaciones estelares del fin de semana.
Kero Kero Bonito
Snail Mail
Kurt Vile
Car Seat Hardrest
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Me queda claro que no importa dónde los pongan a tocar, Car Seat Headrest lo va a lograr. Sin mucha comunicación con el público, ni entre ellos, salieron, tocaron siete canciones, se retiraron e hicieron un trabajo muy digno. “Drunk Drivers/Killer Whales” fue el momento clave de la presentación, y es, creo, la canción para entenderles y entrarles. Will Toledo no necesita mucho más que su voz de gigante para atraer la atención del público.
Por Aarón Cortés
Después de tanto tiempo esperando por esto, el primer show de Car Seat Headrest en nuestro país fue durante el 10º aniversario del Corona Capital. Y a pesar de algunos pequeños inconvenientes como la división de la zona Plus en el escenario Corona Light y tocar a las 4 de la tarde (una combinación que hace parecer que había muy poca gente alrededor), esta presentación valió la pena cada instante.
Desde el ambiente íntimo para los que nos encontrábamos hasta adelante, sintiendo que ese concierto era sólo para nosotros (qué suerte que pudimos verlo así), hasta la oportunidad de ver a Will Toledo haciendo su propio soundcheck y recogiendo sus pedales al final del show. La simpleza de Car Seat Headrest se sintió genuina, considerando que a Toledo no le gusta regodearse en su fama.
Así que la esencia “indie” estuvo presente durante todo momento, como si se tratara de un pequeño show en un venue estilo Caradura.
El setlist fue pequeño, con sólo siete canciones, divididas entre Teens of Denial y Twin Fantasy. Pero tampoco se enfocaron en hits, pues de sus temas más populares sólo pudimos escuchar “Drunk Drivers/Killer Whales” y “Filling The Blank”, sin dejar de lado algunas joyas como “Bodys” en vivo y “Destroyed by Hippie Powers”.
Gran parte de la gente que se encontraba en la zona de enfrente estaba esperando a Billie Eilish, pero a Toledo pareció no importarle en lo absoluto y dio su show como debía ser. En esta ocasión la banda constó sólo de cuatro integrantes, a comparación de la mayoría de los shows de Twin Fantasy, donde requerían dos percusiones y otros arreglos en los que requerían la ayuda de They Might Be Giants.
Un show muy especial y esperado, recordándonos que no es necesario viajar hasta la década de los dosmiles para conseguir música de guitarras decente.
Tal vez Toledo no sea fan de su fama, pero mientras siga dándonos shows como el de este domingo, nosotros seguiremos asistiendo aunque tengamos que esperar otros cinco enormes años.
Sofi Tukker
Por Aarón Cortés
Sofi Tukker confesó al público que su primer show en un festival fue durante el Corona Capital 2016, por lo que estaban bastante entusiasmados de estar de vuelta. Aunque podemos decir que su presentación queda un poco prescindible, al ser un show pop energético que sólo se disfruta por sus fans o a la hora de la comida, cuando quieres sentarte en el piso a escuchar música.
Una presentación con la que ya estamos familiarizados y bastante cariño por parte de la banda al público, fueron lo que mantuvieron en pie a este proyecto durante cuarenta minutos en el escenario Doritos. Un proyecto ideal para verse en la tarde de un festival, y no dejar caer los ánimos antes de los headliners, que no aporta mucho al historial de actos que vimos este fin de semana.
Broken Social Scene
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
En su momento, consideraba a Broken Social Scene como un Arcade Fire de segunda división. Esta presentación no me cambió mucho la opinión, pero fue un buen esfuerzo. De hecho, la verdad, cuando anunciaron el cartel de este año, me sorprendió porque les había perdido la pista y pensaba que ya hasta se habían desintegrado. El problema de BSS es que quieren sonar a muchas cosas y terminan por no sonar a nada, y eso se traduce a una presentación en vivo que se desparrama por todo el lugar y al final pierden la atención de la gente. Desde donde yo estaba parado, nadie se quedó mucho tiempo. También les jugó en contra que la enorme mayoría de la audiencia del Corona Light estaban desde temprano esperando a Billie Eilish, pero, bueno, esos son los riesgos de tocar en un festival.
The Voidz
Por Aarón Cortés
Después de la decepción del final sin previo aviso del show de The Strokes, Julian Casablancas volvió el domingo al mismo escenario, ahora con su banda The Voidz.
Si algo nos quedó claro de este concierto, es que toda la atención que Casablancas no le presta a Strokes (que al parecer sólo le importa porque es lo que le deja más dinero), se la da a este proyecto con tintes ochenteros y una combinación de estilos que sigue sin tener una sola dirección. Así como a ratos pueden sonar a canciones estilo grunge con guitarrazos pesados, pueden tener beats estilo Bomba Estéreo, mientras el cantante se la pasa gritando cosas que no entendemos.
Y sí, con The Voidz vimos a Julian bajarse con el público, una sonrisa menos fingida y hasta un poco más de interacción.
Siendo objetivos, una cosa es ser versátil en la música y otra es aventar tantas ideas al mismo tiempo como sea posible. Recordemos que incluso una vez Albert Hammond Jr. fue capturado en video, mientras hacía cara de confusión al ritmo de The Voidz, y es que esta presentación nos lleva por tantos lados al mismo tiempo, que es abrumador y nos dejó con la misma expresión.
¿Acaso la aparición de The Voidz fue sólo una de las tantas peticiones de Casablancas al momento de aceptar su performance junto a The Strokes?
Flume
Por moonman
Entre tanta nostalgia dentro del cartel del Corona Capital hubo muy pocos momentos en el que realmente uno se sentía en 2019, uno de ellos fue con Flume al brindarnos un show de primer nivel con un audio implacable, ya que sin importar donde te ubicaras, los profundos bajos hacían retumbar las entrañas de los asistentes.
El músico, productor y DJ logró combinar muy estas facetas al pasar por estar simplemente con sus aparatos y volver el escenario Doritos en una gran pista de baile, hasta tener a los vocalistas Vera Blue y Reo Chargun como invitados en “Never Be Like You” y “Friends” respectivamente.
Desde Future Bass, Hip Hop y Electrónico Experimental, el australiano Harley Edward Streten logró dar un show en donde aprovechó los remixes que ha hecho para Lorde o Disclosure e incluirlos en su set. De hecho, en medio de su presentación, tomó un pedazo de metal y le talló con un instrumento “Mexico”.
The Raconteurs
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
¿Fue mi imaginación o Jack White traía algo encima? Se movía como desquiciado, hablaba a mil por hora entre canción y canción, y en un par de ocasiones, sus compañeros de banda lo veían medio extrañados. Con todo, la presentación de los Raconteurs, fue de los highlights de la tarde del domingo. Como todo lo que hace White tiene su toque rústico y nostálgico. Si su proyecto solista suena a blues clásico y The Dead Weather suena a Garage primigenio, los Raconteurs suenan a banda tributo a Led Zeppelin, pero sin la falsedad de, digamos, Greta Van Fleet. Hasta para copiar hay que ser original. Al final, se convirtió en un mazacote de ruido, pero bien.
Bloc Party
Por Aarón Cortés
La promesa de escuchar completo el Silent Alarm fue uno de los mayores atractivos de la gira de Bloc Party, que no podía faltar en los 10 años del Corona Capital. Así que la banda estadounidense lo interpretó todo de fin a principio (invirtiendo el orden de las canciones), además de agregarle “Little Thoughts” que forma parte del bonus.
Un viaje de tiempo hasta 15 años atrás, que fue mucho más que esperar a que tocaran “Blanquet” y “Helicopter”, pues este concierto (al igual que todos los del tour) está dedicado especialmente para fans. La oportunidad perfecta de despedirnos con nostalgia de esta década y recordar a una de las bandas más relevantes de la escena indie rock de la década pasada.
Dejando de lado el hecho de que Silent Alarm en vivo no incluye a la alineación original de la banda, Kele Okereke mostró mucha más condición y energía que en conciertos anteriores, reavivando su juventud con ese disco que los lanzó a la fama. Algunas de las piezas que brillaron más fueron “This Modern Love”, “Blue Light” y “Like Eating Grass”.
Bloc Party quedó como anillo al dedo dentro del paquete de esta generación de bandas con la que crecimos. La oportunidad perfecta para adentrarse a sus shows en vivo y poder olvidarnos un rato del amargo sabor de Hymns y otras canciones, que no tuvieron el mismo impacto que este álbum.
¿Será que la clave está en depender de sus primeros discos para volver a ser los de antes? Mientras lo averiguamos nos quedamos con un gran sabor de boca y una postal desde el escenario principal.
Keane
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Famosas últimas palabras: “No creo que Keane se vaya a llenar”. Y es que del grupo de headliners del festival, Keane eran los que se veían un poco más fuera de lugar, con todo y la nostalgia que conllevaban los otros nombres. Y es que Keane siempre estuvieron medio fuera de lugar. Cuando salió Hopes And Fears en 2004 la crítica se polarizó. Unos los consideraban los sucesores de Oasis, otros decían que ya estaba bueno de ese Pop lagrimita miserabilista británico. Pero siempre tuvo una fan base sólida. Aunque nunca me imaginé que a este nivel. El escenario Doritos estaba abarrotado desde mucho antes de su presentación. Resultó que todos eran fans. Yo alcancé a ponerme como en medio, ni tan cerca ni tan atrás, y todo mundo a mi alrededor se sabía todas. El mismo Tom Chaplin no podía ocultar su sorpresa y estaba visiblemente emocionado. “Somewhere Only We Know” hizo llorar a todos por parejo, “She Has No Time” fue un despliegue de luces de celular y algunos encendedores bastante sobrecogedor. En general, si ese era el último concierto que ibas a ver en el festival, era una linda manera de cerrarlo.
Sharon Van Etten
Por Josuelo
De lo mejor del segundo día del festival sin duda fue la presentación de Sharon Van Etten cantautora y actriz de 38 años originaria de New Jersey, con más de 10 años en el medio musical cuenta ya con cinco discos de estudios, todos ellos aclamados y alabados por los medios musicales pero la popularidad masiva extrañamente aún no le ha llegado, pero fue este año con el lanzamiento de Remind Me Tomorrow que ha tenido más atención y ha podido hacer llegar su música a más gente por medio de los festivales como el Glastonbury de hace unos meses, pero sobre todo porque es un disco más enérgico e intenso.
Acompañada por tres grandes músicos encargados de la batería, guitarra y bajo y una chica en los teclados y coros, la narración de las historias en sus canciones es parte fundamental y así lo vivimos con el set de 12 temas. Se notaba que buscaba cantar lo más que se pudiera por eso la interacción directa fue escasa, pero los ahí presentes estábamos en trance por su potencia en la interpretación al tocar “Comeback Kid“, “No One’s Easy to Love” o el cenit con “Seventeen” una de las mejores canciones del año, el vistazo a sus discografía pasada fue muy escaso por eso ese sonido Folk-Country que la caracterizaba apareció muy breve en “Tarifa“, “Serpents” y “Every Time the Sun Comes Up“. Pero esta nueva y vigorosa Sharon nos comprueba que esta mejor que nunca.
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