Subvert normality:
20 años de XTRMNTR de Primal Scream
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Cuando en 1991 Primal Scream irrumpió en el mainstream estaban abriendo camino. Básicamente sacaron del underground a la escena House y Acid del interior del Reino Unido y fueron de los primeros en mezclar el Rock de guitarras con loops y samplers para dar como resultado un sonido desquiciado que, además, te ponía a bailar. Screamadelica, su tercer álbum, los estableció y los proyectó como uno de los proyectos más de avanzada de su generación y con él, lograron ir a donde los Stone Roses ya se les había acabado la cuerda. A Screamadelica le siguieron Give Up But Don’t Give Up (1994) y Vanishing Point (1997), buenos esfuerzos pero que resultaron opacados por el advenimiento del Brit Pop y de lo que le siguió. Sin embargo, Primal Scream ahí seguía, esperando regresar con la misma fuerza con la que habían arrancado los noventa.
Apenas al principio del nuevo siglo, Bobby Gillespie y sus secuaces (entre los que se encontraban, como nuevos reclutas, Mani de los Stone Roses, y Kevin Shields de My Bloody Valentine) se lanzaron con todo. XTRMNTR fue un regreso a ese Primal Scream aterrador, ruidoso y aplastante que, casi diez años atrás, había tomado a muchos por sorpresa. Luego de los temores pre-milenarios de muchos de sus contemporáneos y coterráneos, los escoceses parecían mostrar otro tipo de angustia, amplificada, pasada por kilos de anfetamina, frenética. El grupo no se anda con rodeos y arranca con “Kill All Hippies”, provocadora desde el título y con el mensaje claro que parecía que nadie se atrevía a decir en ese momento: los buenos deseos, los buenos augurios habían fracasado, este era un nuevo mundo en el que cada quien estaba por su cuenta. “Accelerator” y “Exterminator” son la invitación a bailar como si The Haçienda nunca hubiera cerrado sus puertas, mientras afuera hay una guerra nuclear que exterminará a toda la población. En XTRMNTR están los tambores y los beats que nos salvarán de la aniquilación. Están las secuencias para hipnotizarnos y olvidarnos que empezaba un nuevo milenio que pintaba feroz ya desde entonces (“Swastika Eyes”, en sus dos remixes, el de los Chemical Brothers y el de Jagz Kooner). Aquí está el momento de iluminación nihilista en el que uno se da cuenta de que todo es por completo absurdo, y lo único que nos queda es sentir la música y entregarse al baile (“Pills”, “Blood Money”). Estas son once granadas sonoras esperando estallar.
XTRMNTR, quizá no tan llamativamente como Kid A, marcó mucho el ritmo de la música británica de los siguientes años. Es casi imposible pensar en la carrera de una banda como Kasabian sin este disco. O en el desarrollo posterior de los Chemical Brothers. El sexto álbum de Primal Scream ha sido una influencia discreta, a pesar del nivel de decibeles que maneja todo el tiempo.
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