Y no me digas pobre:
30 años de Corazones de Los Prisioneros
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Hablar de Los Prisioneros sin hablar de la historia política de Chile durante los ochenta es un poco complicado. La banda surgió a principios de aquella década, en el punto más álgido de la dictadura, y desde el inicio se plantaron en una postura contestataria y como una fuerte voz dentro de la disidencia. Líricamente, eran herederos de la tradición de Víctor Jara y Violeta Parra, pero musicalmente estaban más emparentados a The Clash con algunos toques de New Order. Resulta sorprendente escuchar sus álbumes y canciones de aquellos años sabiendo la férrea postura del gobierno. ¿Cómo hacían para lograr propagar su mensaje? ¿Cómo lograban burlar la censura y la persecución? Por supuesto, el rock siempre encuentra la manera, las ideas son imposibles de encarcelar o acallar. Jorge González, Miguel Tapia y Claudio Narea nunca cedieron ni se doblaron ante las demandas del mercado. Para 1990, la dictadura iba casi de salida, Los Prisioneros habían participado activamente en la campaña del NO, y dos de sus miembros se habían ido alejando del proyecto, dejando casi solo a González para grabar el que sería su cuarto y último álbum en un buen tiempo.
Corazones le dio un viraje al sonido de la banda, pero tampoco tan drástico si se les había estado poniendo atención los años previos. Mientras los álbumes anteriores coqueteaban en mayor o menor medida con sintetizadores y cajas de ritmos, aquí González se dejó ir de lleno a un sonido que, encima de New Order, daba un aire a los Pet Shop Boys, pero altamente politizado, como era la marca de la casa. “Tren Al Sur”, la canción abridora, y discutiblemente el mayor éxito que la banda tuvo, sonaba a ellos, pero algo la delataba como otra cosa, como una nueva dirección. Quizá era ese sintetizador que tomaba el reflector a la mitad de la canción, quizá el ritmo acompasado que invitaba a bailar, mientras la letra cuestionaba las relaciones de clase. “Amiga Mía” aborda sin condescendencia una sexualidad humana y natural. “Con Suavidad” es Techno Pop puro y tupido, el mejor ejemplo de que esta era una nueva etapa para la banda. También, a estas alturas del álbum, ya es claro que el tema central será una completa confrontación al machismo y “Corazones Rojos” es el resumen de esto. Como si Los Prisioneros hubieran pasado de la crítica hacia lo que estaba mal afuera, en el ámbito político, a lo que estaba mal en los fundamentos de la sociedad (“Cuéntame Una Historia Original”, “Estrechez de Corazón”).
Los Prisioneros, o lo que quedaba de ellos, empezaron a disfrutar de un reconocimiento masivo cuando la dictadura cayó a principios de 1990. Sus álbumes fueron reeditados en CD, emprendieron una gira que los llevó a presentarse en el Estadio Nacional en Santiago. En 1993, “We Are Sudamerican Rockers” se convirtió en el primer video transmitido por MTV Latinoamérica. Con el paso de los años, no hay duda, se han convertido en una de las bandas más influyentes en la historia del Rock en español. Corazones es el álbum que les puso la corona como campeones absolutos.
