Reseña: Fontaines D.C. /// A Hero’s Death

August 4, 2020

a hero's death Fontaines D.C

Fontaines D.C.
A Hero’s Death
Partisan Records
9.0

El golpe de realidad que viene después del sueño

Apenas doces meses después de la vorágine de su incipiente éxito, el quinteto dublinés lanza A Hero’s Death: un crudo testimonio sobre el costo que se debe pagar por posarse en los hombros del mundo.

Por Enrique Cruz

Fontaines D.C. se convirtió en el nuevo objeto de deseo para la critica musical en Reino Unido hace apenas un año cuando Dogrel, su álbum debut, los catapulto hacía un rol protagónico dentro de una nueva generación de artistas que han encontrado en la oscuridad del Post Punk su veta creativa.

El tiempo nos ha acostumbrado a que el siguiente paso después de un éxito tan estrepitoso de un álbum debut resulta ser, en la mayoría de ocasiones, decepcionante. Sin embargo, en este ímpetu por desafiar las reglas del juego, Grian Chatten y compañía lanzan apenas un año después: A Hero’s Death, una recopilación de pensamientos de una banda que ha visto un huracán desde su interior y la pesadumbre de quienes se sienten desvanecer sobre un escenario.



Los pedazos de un espíritu roto

Después de haber plasmado en Dogrel la desesperación de vivir y ver como tu ciudad natal – Dublín, Irlanda- de a poco se precipita a la nada, A Hero’s Death sigue creando imágenes sonoras en la misma dirección: un ambiente plagado de nostalgia y de días grises que oprimen el pecho, siguen siendo las características principales que hermanan ambos discos.

A pesar de no existir una diferencia enorme en cuanto a sonido, en A Hero’s Death predomina un sentimiento de pérdida, como si la vorágine de este último año fuese el punto y final para la inocencia de una banda que aún tanteaba las aguas en una industria que es naturalmente voraz. Después de ser despedazado por las interminables giras, los infatigables viajes y un itinerario que los hacía saltar de latitud a latitud en cuestión de horas, lo único que quedaría serían pedazos rotos y un rompecabezas difícil de re armar.

Así es cómo el disco empieza a ser concebido a partir de una necesidad de escape.

En palabras de Carlos O’ Connell, guitarrista de la banda, para la New Musical Express “El problema de este último año no fue el éxito en sí, sino lo rápido e implacable que se volvió todo. Durante el tour de Estados Unidos empezamos a utilizar el alcohol como una suerte de salvavidas para sobrevivir cada fecha, por momentos se sintió como si estuviéramos quemando una vela por ambos extremos. Se empezó a convertir en una experiencia surreal, sentir como cada ciudad se derretía una sobre otra, los rostros de la gente nueva se volvían confusos de a poco y todo, al final, era una situación que de alguna u otra forma habíamos propiciado nosotros mismos”.

El encuentro de frente con la realidad

A Hero’s Death deja muy en claro que el ritmo vertiginoso de Dogrel es otra historia. “I Don’t Belong“, la primera canción, es la declaración fundamental de lo que Fontaines D.C. pretende con su segundo disco. Lenta, oscura, nostálgica, con una base simple, que bien podría haber sido parte del Disintegration, donde la voz de Chatten recita de manera casi irónica su deseo por la individualidad en medio de la masa homogénea que exige la industria musical actual.

Sin embargo, el siguiente pasó recupera cierto vigor natural, cuando se encadenan “Love is The Main Thing”, “Televised Mind” (tercer sencillo) y “A Lucid Dream“, el punto central de catarsis para la banda dublinesa. Gracias a las guitarras de Carlos O’ Connell y Conor Curley. por todos lados vuelan sonidos reminiscentes hacia los Sex Pistols, My Bloody Valentine o Sonic Youth, combinados con la desesperanza de Joy Division, matices que sirven de pretexto para sacar el pecho y hablar sin ningún miramiento de un pasado que en retrospectiva colorea el presente de pura incertidumbre.

“Under fallen colours gone unthrown
Ah, you’re all prone
To being anyone else
Other than you?
Are you all prone?
Does anyone know?
And they just wanna come to your place and see you sing.”

“A Lucid Dream”
Fontaines D.C.

You Said” y “Such a Spring“, le otorgan un aspecto nostálgico y casi fúnebre al disco. La primera es casi un monólogo sobre lo efímero de la vida misma, a través de una base totalmente suave de guitarras que entablan un dialogo casi melancólico, en donde no sorprendería escuchar súbitamente la voz de Robert Smith complementando la de Chatten. Por otra parte, “Such a Spring“, es una carta de amor al Folk irlandés, donde pintan con una sola guitarra el valor nostálgico de la primavera desde la trinchera poética que siempre ha caracterizado a Fontaines D.C.

Todo A Hero’s Death es un epígrafe de la tortuosa gira que a la que fueron sometidos por Norteamérica durante al año pasado. De hecho, el disco fue concebido originalmente en Los Ángeles, donde, lejos de Joy División, The Cure o The Fall, la influencia más grande de la banda, según sus propias palabras, fueron los Beach Boys. Sin embargo, está primera versión del disco sería totalmente desechada y, A Hero’s Death, terminaría siendo ensamblado en Streatham, Londres, junto al también productor de Dogrel, Dan Carey.

Es por ello que solo chispas quedaron de la influencia de Brian Wilson y compañía. Por ejemplo, “A Hero’s Death“, canción que da nombre al álbum, tiene ciertas armonías de voz que podrían rememorar Pet Sounds, donde, en un tono casi paternal, Chatten reza una serie de líneas que sirven a modo de sermón en un símil de una charla de padre a hijo.

“Don’t get stuck in the past
Say your favorite things at mass
Tell your mother that you love her
And go out of your way for others
Sit beneath a light that suits ya
And look forward to a brighter future”

“A Hero’s Death”
Fontaines D.C.

Living in America” y “I Was Not Born“, son las siguiente en el tracklist, en las cuales permanece la figura consistente del ritmo vertiginoso que la banda ha adquirido como una de sus características de cara a los shows en vivo y que en Dogrel fueron la columna vertebral de muchos pasajes. Sin embargo, no logran llegar a un sitio memorable, y, desafortunadamente, dejan una sensación como si de un tributo mediocre hacía lo que hacen bandas como IDLES se tratase.

Hacía el último paraje del disco se encuentra “Sunny“, otra de las cenizas que lograron colarse de la fuerte influencia de los Beach Boys sobre A Hero’s Death, y, sin duda, el más representativo del pasaje angelino de su pre producción, una carta de amor a los coros y armonías de voz que Brian Wilson haría memorables de por vida.

No, se convierte en el epílogo de A Hero’s Death, una melodía simple, sin ninguna otra pretensión más que la de plasmar en una canción el momento más ominoso que la banda enfrento en medio de su incipiente éxito. Emocional y calma, quizá el cierre adecuado para un disco que grita melancolía en su lectura final.

Las comparaciones con Dogrel van a ser totalmente obvias, en un duelo frente a frente quizá. el predecesor de A Hero’s Death, gana en cuanto a la constancia y ritmo de la obra en su totalidad. Por otro lado, me parece encomiable la voluntad de una banda tan joven de sacar sus demonios y plasmarlos de una manera tan cruda. ¿Un pasó el frente? Quizás ¿Un disco que vale la pena? Totalmente.

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Post escrito por: Enrique Cruz

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