RPM: 10 años de Let England Shake de PJ Harvey

February 11, 2021

let england shake

Goddamn Europeans, take me back to beautiful England:
10 años de Let England Shake de PJ Harvey

Por Ernesto Acosta Sandoval
IG @erniedoesvinyl

Muchas obras (literarias, musicales, cinematográficas) son un reflejo de su época. Otras tantas son el resultado de la misma. Pero hay unas cuantas, un puñado acaso, que no son ni lo uno ni lo otro. Esas obras muestran la aguda visión de su perpetrador y su inteligencia para alcanzar a ver más allá de dónde están parados. Como si se subieran a una montaña y divisaran lo que está por venir, alertándonos de la locura y el sinsentido en el horizonte, cuando nadie más está dispuesto a hacerlo. Fyodor Dostoevsky, por ejemplo, desde 1871, con su novela Los Demonios, dibujó la locura que estaba por suceder en Rusia durante los primeros años del siglo XX. Por medio de una trama delirante, Dostoevsky pinta una alegoría de los peligros de tener a una sociedad profundamente dividida y lo que esto podría significar.



En 2010, PJ Harvey rentó una iglesia en Dorset y grabó el que sería su octavo álbum. Dentro de ella, traía asimilado un abanico de influencias literarias que iban desde TS Eliot hasta Harold Pinter, y musicales que le darían la vuelta a lo último que había hecho. El resultado sería, como ya era su costumbre, un giro radical a lo anterior. White Chalk (2007) había sido un profundo estudio sobre la música de cámara desde una perspectiva Pop. Aquí, aunque algo habría de eso, no sería la norma. Opuesto a su álbum anterior, las letras en Let England Shake tendrían la misma importancia que la música. Quizá hasta más, algo que no había sucedido a ese nivel antes en su carrera. Harvey explora y desmenuza al nacionalismo como semilla del conflicto, mientras rasga una autoarpa (“Let England Shake”, “The Words That Maketh Murder”), o toca las notas más bajas de su saxofón (“All And Everyone”). Le vuelve a exigir a John Parish que le pegue lo más duro a su batería mientras se burla de lo absurdo que puede llegar a creerse el cuento de la superioridad nacional (“The Last Living Rose”). Mick Harvey le hace segunda en numerosos instrumentos, mientras encuentra una nueva voz de narradora omnipresente (“England”, “Bitter Branches”).

Cuando Let England Shake apareció a principios de 2011, Harvey entró a las ligas de autores como Dostoevsky, al entender y prefigurar los peligros de traer de vuelta a un nacionalismo desbordado y un irresponsable populismo. Las doce canciones que aquí se incluyen son un agudo comentario y una advertencia, un cautionary tale, sobre darle el poder a la gente de la que se está burlando. Si tan solo le hubieran puesto más atención.

Reseña original Let England Shake (2011)

Post escrito por: Ernesto Acosta

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