Ed Maverick
eduardo
Universal Music
8.5
El fin de la infancia
Ed Maverick lanza su disco debut eduardo, el prólogo de su carrera que, irónicamente, parece ponerle fin a una etapa, un punto y aparte para su música, dejando atrás cualquier preconcepción y una puerta abierta a un universo diametralmente distinto.
Por Enrique Cruz
eduardo es el nombre del anticipado disco debut Ed Maverick, quien en los últimos años se ha encargado de forjar una precoz carrera que lo ha llevado a lugares superlativos. Sus EPs anteriores se han vuelto icónicos para una generación entera, por lo cual, su primer álbum de estudio es víctima de la expectativa por continuar y preservar el éxito de las canciones que lo catapultaron al lugar que hoy ocupa como uno de los proyectos alternativos más icónicos en México.
Quizá es ahí donde reside uno de los primeros puntos fuertes de eduardo: rompe con cualquier preconcepción que el público –o sus más asiduos fans– podrían tener sobre su música. Maverick da pie a un sonido que no tiene comparación con ninguno de sus materiales previos. Concebido en Topetitud –icónico estudio de la Ciudad de México– y de la mano con Camilo Froideval –Ely Guerra, Hello Seahorse!– han creado texturas mucho más profundas, que dotan de una personalidad diferente al disco, rompiendo así el envase crudo que sostenía y encantaba en sus canciones pasadas: ¿el adiós del bedroom folk?
Ed Maverick cautivó a miles gracias a su honestidad, a la innegable sinceridad de cada verso acompañado por su guitarra, entablando un diálogo horizontal entre su música y sus escuchas. Su voz era el personaje principal en cada tema, si bien esa sigue siendo una constante en eduardo, esta vez le da espacio a elementos sonoros que le dan un cuerpo distinto a todo el disco, alejándose de esa crudeza casi minimalista de sus temas post adolescentes.
“Hola, ¿cómo estás?,” es la canción que abre el transitar de eduardo, canción que engloba perfectamente los detalles y texturas sonoras que Maverick ha decidido incluir en su disco debut y dejando en claro que los pasajes sonoros son elementos a los que se les ha dado muchísimo peso en la concepción del hilo conductor de las doce canciones, el vaivén de sintetizadores, los arreglos de guitarra y la adición de elementos de percusión se complementan para la creación de la personalidad de todo el álbum .
“ensenada,” continua dándole muchísima importancia a la creación de imágenes a través de los sonidos, “mantra I” es la primera que podría rememorar de manera más certera a los temas anteriores de Maverick, sin embargo, en virtud de la producción, le han dado una esencia distinta al solo hecho de escuchar su voz y guitarra, brindándole una atmósfera mucho más pesada y oscura, “mantra II” ejemplifica esa misma idea, demostrando, también, que la madurez le ha dado el aprendizaje de jugar con ritmos y figuras que dotan de un dramatismo emocional adicional a las canciones.
“contenta,” es uno de los puntos más altos del álbum, una canción con un gacho bastante fuerte, la voz de Maverick sigue siendo uno de sus atributos más certeros. “,atnetnoc” y “¿POR QUÉ LLORAS”, son una pausa de experimentación a través de sonidos, interludios que dan pausa al último tramo de eduardo.
“Gente,” en este punto del disco se percibe como una repetición de varios momentos intercalados de canciones pasadas, la monotonía de detalles símiles que se replican. “niño,” el primer sencillo de este álbum, es otro de los momentos álgidos en el devenir de eduardo, entre la combinación de elementos electrónicos, el relato a corazón abierto sobre la perdida de la infancia y los primeros pasos que implica el “ser” adulto y la colaboración con Muelas de Gallo –La Banda Bastön– la hacen un tema único en el contexto de este disco y el repertorio de Maverick.
“días azules,” y “gracias,” son otros dos momentos por completo acústicos, que, si bien son buenas canciones, terminan siendo un tanto olvidables en relación con otras canciones mucho más robustas en el orden del disco. “nos queda mucho dolor por recorrer” es el cierre de eduardo, el corte más Folk, que se remonta a las raíces norteñas de su tierra natal y que pone punto final.
Ed Maverick ha crecido como artista de manera innegable, los años de formación y experiencia han dejado una huella que es totalmente perceptible en estas canciones, entre historias que deambulan por comprender el fin de la infancia, hasta la personificación del amor sentimental más allá de las aspiraciones adolescentes, esta es, sin lugar a dudas, su colección de temas definitiva, dándonos destellos de un músico que gusta de evolucionar y que no titubea a la hora de romper cualquier frontera o límite existente en pro de seguir creciendo con su música.
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