MULA
Pahua
Por moonman
Se extrañaba mucho esa rutina conciertera: encontrarte a amigos, ponerte al tanto de sus vidas, disfrutar de un gran momento simultáneo para darte cuenta de que alguien más siente lo mismo por la misma canción y (¿por qué no?) unos taquitos post-concierto.
Y para MHR vaya que fue una gran forma para regresar a los conciertos con dos propuestas que nos han encantado desde su nacimiento y que les hemos dado seguimiento y espacio. Ahora fue la oportunidad de ver como han florecido en vivo.
Extrañamente esta fue la primer aparición en vivo de Pahua, digo extraño porque desde hace más de un año ha lanzado varias canciones y pues ya la hemos visto previamente en su proyecto de Sotomayor. Pahua sabe muy bien lo que es pararse en un escenario, por lo que en ningún momento ella y sus músicos acompañantes flaquearon, al contrario, disfrutaron de cada momento y de la reacción del público que fue incorporándose a su cadencia Tropical contemporánea. Si quieren conocer más de Pahua, pueden leer/ver nuestra entrevista aquí.
Luego llegó el acto principal: MULA de República Dominicana. En MHR les hemos seguido la pista desde 2017 y muy atinadamente formaron parte del cartel de Nrmal en 2018 y hasta tuvieron una pequeña presentación en el Centro Histórico en aquella ocasión. Por fin era la oportunidad de verlas como se debe y con un disco más bajo el brazo: Mundos, el cual rankeó en nuestra lista de lo mejor de 2020.
Personalmente me pasó algo curioso, durante la pandemia el mencionado disco fue recurrente en mis escuchas y no fue sino hasta que las vi en vivo que confirmé lo tanto que me gustan. Tal vez suene muy obvio pero hasta cuando vez en vivo realmente confirmas eso. Por lo mismo, las nuevas canciones como “Agua que quema” y “En el aire” sonaron brutales, y más porque el público estaba muy entregado y cantando al unísono, cosa que MULA agradeció en todo momento.
Las voces combinadas de las gemelas Anabel y Cristabel Acevedo junto al control sónico de Rachel Rojas su forma veloz de cerrar las canciones, los guiños al Reggaeton, y la energía compartida en el escenario fueron algo que se extrañaba, y puedo asegurar, que aunque estos días fueran normales hubiera sido el mismo épico resultado.