Flow Fest 2021 @ Autódromo Hermanos Rodríguez

Ambiente general

Por Samara Vizuet Gaona

Entramos por la Puerta 15, el equipo y yo nos citamos a la una pero con todo el coto del tráfico, no fue hasta las 2 que estábamos pasando los filtros. Afuera del evento, lo de siempre: tacos de canasta, jochos y boletos. “¿Cuántos quieres?, ¿cuántos te sobran?”

Le digo que no a los boletos pero sí a los tacos de canasta, no desayuné porque
venía de realizarme una prueba de antígenos para poder pasar al festival–seguramente como muchxs de lxs asistentes- ya que mi certificado oficial de vacunación, otra de las dos únicas maneras de cumplir con el requisito de demostrar la ausencia de COVID en mi sistema, aparecía aún incompleto. Nos sentamos a revisar los horarios, habría que tomar las decisiones más sensatas, hacer uno que otro sacrificio. Así suelen ser los festivales y el Coca-Cola Flow Fest, en su cuarta edición, con tres escenarios distintos, varias carpas con DJs, bailarines y parafernalia alusiva a la marca, nos tuvo corriendo por todo el Autódromo Hermanos Rodríguez.

En fin: 2:34 pm, tomó mi primera foto para historias, sé la hora con exactitud porque agregué el reloj que te permite usar Instagram, en la imagen se veía de fondo el escenario Hot Nuts en el que nos familiarizamos con el Mombatón tamaulipesco de Ledavile, dos cuates muy cábula que se la estaban pasando mejor que nosotrxs: “Ya estando ahí arriba, puedes hacer lo que sea” le digo a mis 3 compañerxs, asienten entre risas. “La neta, si”. Nos movimos al Sprite, no sin antes pasar por varias carpas de fast food, chelas y cashless (la pulsera con la que haces transacciones en todos los establecimientos del festival). Cantaba la Nesi, una reguetonera con el cabello lacio, largo y negro y aunque la bandita no se sabía casi ninguna de sus rolas, las mezclas y coros de su DJ en perfecto match con el estilo y seguridad de Nesi, hicieron del espectáculo algo ardiente y cautivante: definitivamente, ganó una seguidora conmigo.

Cuando nos dirigimos al escenario Coca-Cola por primera vez, Llane se encontraba arriba de él. El cuate estaba muy nervioso y se disculpó con la banda varias veces, creo que todxs se la perdonaron cuando escucharon “Déjala que vuelva”, el éxito más conocido del parcero, sin embargo las ansias de ver a el debut de Paloma Mami, no se escondieron y se podía ver a la gente correr desde otras tarimas para hacerse de un spot con buena vista y acústica chida, esperando que Llane finalizara pronto.

Paloma nos puso a cantar con “Religiosa” pero cuando sonó “Fingías”, perdimos la cabeza.
Aun así, decidí moverme al SPRITE a ver a Tokischa, que se veía muy rulin con todo ese Dembow dominicano que le funciona, cae chido y está pegando. Abrió con el hit que tiene en collab con la Rosalía: “Nos besamos pero somos hommies” que probablemente fue su rola más coreada junto con la controversial “Perra” en la que trabaja con J-Balvin y que fue bajada de YouTube poco después de ser subida a la plataforma. De ahí, me moví a Mora, en el COCA COLA de nuevo, como a las 5:00 pm y ya se veía casi el triple de gente que la que había hace apenas una hora antes, algunxs sentadxs en el pasto, otrxs –la mayoría- grabándose a sí mismos con el escenario de fondo, con las paredes de lettering en luces neón, tags y bombas, con sus micheladas preparadas, porque admitámoslo, todo el festival estaba contemplado para manejar un concepto urbano y reggaetonero muy fotografiable.

En fin, Mora tiene buenas canciones, muchas colaboraciones con Myke Towers, Jhay Cortez y Lunay, todos en cartelera también y aunque eso no le impidió cantar su parte en esas piezas, la vaina se prendió cuando se dejó ir con las collabs más sonadas que comparte con Bad Bunny y la gente enloqueció. La piel se me erizó porque me sé varias y supongo que el flow, como brisa de Navidad, tocó mi corazón e hizo de las suyas: todxs perréabamos, en pareja, solxs, en grupos de amigxs, “512” tronaba en las bocinas y en “Una vez”, Mora nos hizo corear las partes de un “Conejo Malo” ausente. No me quedé hasta el cierre porque quería ver a Junior H en el SPRITE: cinto piteado, camisa dorada y toda la cosa, me generaba mucha curiosidad-y un poco de morbo-saber si los corridos tumbados convocarían a lxs asistentes del Flow Fest, en como recibiría, un festival de Reggaetón, a un género prácticamente nuevo y vaya sorpresa que me lleve al ver que el recibimiento fue más que grato: “Ya ni les cuento ya saben lo que pasó”. Con flow tumbado y guitarrazos electroacústicos, Junior H dejó muy complacidos a sus fans.

Lunay, el puertorriqueño de 21 años con más 10 millones de seguidores en Instagram, demostró porque es señalado como uno de las figuras con más impacto entre una nueva generación de artistas urbanos y más tarde en tuiter agradecería a México “por la energía tan c*brona* y es que muchxs de sus fans se dieron cita en el escenario Coca-Cola para corear de manera vibrante “La Curiosidad” y “Luz apaga”. A mitad del show del intérprete de “Soltera”, decidí moverme de escenario y me llevó de entre 10 a 15 minutos salir de entre la gente en medio de empujones, banda ya medio flamas y traguitos de chela que, a punto de caer al suelo, sus dueñxs devolvían ágilmente maniobrando sus vasos cuando mis hombros y brazos bruscamente buscaban atravesar sus cómodos asentamientos. “Ayer en la Barber, todos estuvieron pidiendo ese corte, todos” escuchó que dice un morro de entre 20 y 22 años, con un tono de hartazgo, mientras voy pasando, me río y pienso para mis adentros: “Tengo que acordarme de esto”.

Para cuando pude salir, Nathy Peluso todavía no empezaba, por lo que me acomodé en un buen lugar con un compa que me topé: nos hizo esperar, pero todo valió la pena y solo puedo usar una palabra: WOW. Le perdí cariño a Peluso cuando su sesión del Bizarrap me aparecía hasta en el arroz, pero debo de confesar que cuando cantó “Buenos Aires”, fue hipnótico, casi tanto como cuando se dispuso a perrear en ese traje blanco, digno de película de superhéroes, que la cubría de las clavículas a los tobillos y las pantallas del escenario nos dieron la vista más curvilínea y elocuente que pudo regalar el Flow Fest. Mi carnal y yo vimos un par de canciones sin decirnos nada, estábamos impresionados, Nathy se veía radiante, poderosa y nos taladró el cerebro con un espectáculo ecléctico y magníficamente colosal.

Tuve que sacrificar a El Alfa por Myke Towers que se aventó temas que Lunay y Mora habían cantado pocas horas antes, sin embargo, el impacto en la gente fue el mismo que cuando sonaron por primera vez. “Travesuras REMIX” tronaba las bocinas del escenario COCA COLA y me di el chance de acercarme a bailar con un grupo de amigxs que recibieron mi perreo con júbilo.

Rauw Alejandro la rompió con un escenario no lleno, sino atascado. “Todo de ti” una de las canciones más esperadas por el público del Flow Fest y la rola tik tokera más famosa del cantante, no se hizo esperar. Para cuando Rauw Rauw entonó “¿Porque tú me bailas así?”, sin palabras, otra canción hit, yo también la esperaba, la emoción en la cara de lxs fans era imposible de esconder, no cabe duda de que cuando sonó “El efecto”, todas fuimos Estér Expósito. Mientras me movía entre escenarios me di cuenta de que aunque el festival se esforzó por mantener limpias las áreas comunes, para las 20:30 pm, el suelo del lugar era como el piso de cualquier bar a las 3 de la mañana y había vasos, colillas de cigarro y envolturas de papas por todos lados, a pesar de que había botes de basura a cada 50 pasos. El ambiente ya se sentía más prendido y también, más alcoholizado.

Yo me encontraba sola, pero a estas alturas, eso no me había impedido perrear con varias desconocidas y desconocidos: el público era ecléctico y me atrevería a decir que la mayoría de lxs asistentes no pasaban los 35 años, los estilos, varios y los accesorios más recurrentes eran las pecheras, cangureras, lentes y gorras.

A las 21:00hrs, Farruko estaba en la tarima del Sprite. Abriendo con temas recientes como “Pepas”, encendió a la gente en un coro unísono “Pepa y agua pa’ la seca”, me aventé un perreito exprés y después de cuatro rolas, jalé para el Hot Nuts porque quería ver a Alvarito Díaz, que con una chamarrota azul y un cambio de ropa a medio show, nos dejó satisfechos cuando cantó “Reina Pipeada”. Se fue contento, nos dio las gracias, hasta un brassiere le aventaron, lo guardó.
Concordé con mi compa nuevamente y vimos a La Zowi P*ta un ratito, se veía increíble en un traje de látex rojo y pegado que dejaba ver sus muslos, dos trenzas largas y perfectas colgaban de lo alto de su cabeza, tuvo la mala suerte de que Wisin y Yandel estuvieran casi a la misma hora que ella y su público era reducido y es que parecía una elección sencilla, casi intuitiva: también yo, naturalmente, opté por moverme para presenciar el anhelado reencuentro de los Extraterrestres en el SPRITE y lo valió por completo, cada maldito segundo.

No puedo poner en palabras la experiencia que representó ver a Wisin con Yandel cantando “Pegao”, “Mayor que yo”, “Abusadora”, el himno de la responsabilidad afectiva, “Rakata” y “El teléfono” que, particularmente, me quebró y me hizo viajar a mi adolescencia cuando, culpable y temerosa, deseaba no ser descubierta escuchando rolas sobre lo que hoy se conoce como sexteo.
Mientras veía el espectáculo de mi vida, una formación de 80 drones sobrevolaba el escenario COCA COLA, formando la palabra Ozuna, también así, el osito característico del intérprete y una bandera de México. Seguro se la estaban pasando muy bien de ese lado pero mi corazón seguía un solo Dembow, mis expectativas estaban siendo superadas por mucho y yo era solo una fan más gritando: PAPI, DAME LO QUE QUIERO. Wisin y Yandel, en trajes plateados, dieron uno de los mejores espectáculos del 2021 en la Ciudad de México y el público mexicano no defraudó, cantando y perreando todas y cada una de las rolas del conjunto, cerraron con la promesa de venir el próximo año a despedirse y todos nos quedamos fuera de órbita con uno de los shows más impactantes y esperados del festival.

Ya me sentía cansada pero quería ver al Bizarrap y así fue, un rato. Cuando se chutó la sesión que tiene con Nicky Jam decidí que era buena hora de despedirme del Flow Fest, eran casi la 1:30am y sé de buena fuente que el Biza terminó 20 mins antes de lo esperado y dejó medio decepcionada a la banda. Qué alivio: lo que vi me gustó pero al parecer no me perdí de mucho así que me senté a escribirle a unos amigxs con los que pensaba regresar a casa, me dirigí a la puerta 15 de nuevo y caminé hasta llegar a Resinas para encontrarles. Venían bajando la peda y nos detuvimos a comprar Doritos en una tienda. Escuché que se divirtieron, corrieron mucho y se la pasaron chingón, como yo y –espero- como la mayoría de lxs asistentes –menos los morros que se pelearon, pobres cuates, no estuvo chido y Kunno que fue abucheado cuando lo subió Tokischa, jaja- porque después de un año de pandemia y de mantener dormido al festival, este despertó con flow de sobra para posicionarse como uno de los eventos de Reggaetón más importantes y esperados del país. ¿A qué exponentes nos traerá el Flow Fest el próximo año? Nos vemos en el 2022.