Elbow
Flying Dream 1
8.0
Universal Music
Por Ernesto Acosta Sandoval
Voy a empezar esta reseña con una declaración un tanto arriesgada: Si el mundo fuera un lugar justo, Elbow serían casi tan grandes e importantes como Radiohead. Claro, con sus reservas. A lo mejor a los manchesterianos eso ni les va ni les viene, pero la idea no me dejaba de rondar la cabeza mientras repasaba su discografía antes de entrarle a su nuevo álbum, Flying Dream 1. Debo admitirlo, los tenía un tanto olvidados y hasta me sorprendió que algo nuevo viniera en camino. En un universo paralelo, Asleep In The Back (2001) o Cast of Thousands (2003), serían valorados y venerados de la misma manera que Kid A o Amnesiac. Las mismas atmósferas opresivas, el mismo horror vacui, una sed por no quedarse encasillados en un sólo género de canción a canción, todo casi igual a los de Oxford, pero con una voz más profunda, lo que le otorga un aire menos asequible, digamos. En este universo, sin embargo, no les ha ido tan mal, dentro de todo. En 2008, incluso derrotaron a Radiohead, llevándose el Mercury Prize a álbum del año por el fantástico The Seldom Seen Kid.
A pesar del número uno en su título, Flying Dream 1, su noveno, y más reciente álbum, se siente más como una continuación del viaje comenzado precisamente en el galardonado The Seldom Seen Kid. Con todo y los cuatro álbumes que hay entre uno y el otro. Esta nueva entrega de la banda comandada por Guy Garvey retoma los temas de aquel LP. La muerte de seres queridos, el vacío que dejan, el paso del tiempo, la búsqueda de respuestas a preguntas difíciles. Todo envuelto por coros acariciantes, pianos en apariencia disonantes, y capas de guitarras que invitan a viajar al espacio exterior, mismo que bien podría estar dentro de uno mismo. Resulta interesante como hay canciones aquí que parecen responderle directamente a las del disco de 2008. “After The Eclipse” remite a “The Bones Of You”, por ejemplo. Incluso, hay una canción que lleva por nombre “The Selodm Seen Kid”. Es como si lo que no dijeron entonces, lo están terminando aquí, con la mezcla de certidumbre y duda que otorgan los años. Una de las influencias que Elbow jamás ha temido ocultar es la de Talk Talk (sobre todo su etapa tardía) y aquí la portan orgullosamente en la solapa en cosas como “Is It A Bird” o “Come On, Blue”.
Flying Dream 1 no es el álbum que va a catapultar a Elbow al estrellato que, en teoría, se merecen. Ya ha pasado mucho tiempo para que algo así suceda. Elbow seguirá lanzando joyas ocultas cada tanto. Flying Dream 1 puede ser la continuación de esto, o un nuevo comienzo.