RPM: 10 años de Visions de Grimes

The need to be the best:
10 años de Visions de Grimes

Por Ernesto Acosta Sandoval

No soy muy de usar la expresión “la/el nueva/o (insertar nombre de artista)” para referirme a alguien cuya obra remite a alguien anterior. Me parece un poco flojo y siento que demerita la labor del artista del que se está hablando. Sin embargo, creo, lo que sí es válido es hablar de influencias, de tomar la estafeta, de seguir por el camino abierto por alguien más y encontrar nuevas bifurcaciones. Hace diez años, por ejemplo, nadie continuó el trabajo de Björk como una música proveniente de Canadá, de nombre artístico Grimes.

Visions es el tercer álbum de Claire Boucher, luego de un par de esfuerzos independientes sin mucha trascendencia más allá de las fronteras de su país natal. Cuando hablo de “tomar la estafeta” de alguien como Björk, me refiero al hecho de que pocas personas en 2012, si no es que nadie, estaba doblando los límites de la música Pop como la islandesa lo había hecho a mediados de los noventas. Nadie parecía muy interesado en dar un paso más allá respecto a lo que un álbum podía contener. Visions es eso. La 4AD, que parecía llevar un rato dormida y en su zona de confort, regresó a sus raíces de firmar sonidos retadores, fuera de lo común, sin temor al qué dirán. Grimes se encerró tres semanas en su departamento, lo oscureció y grabó todo lo que traía adentro en Garageband. Lo que salió es una mezcla de Synthpop, Dream Pop, Electroclash, y Electrónica experimental que va de lo juguetón (como los dos sencillos, “Oblivion” y “Genesis”, “Vowels=Space And Time”) a lo desconcertante (“Eight”) y claustrofóbico (“Circumambient”), pasando por, claro, cosas de plano inclasificables (“Be A Body” o “Symphonia IX”).

Algo de lo más valioso en Visions es el poco temor que Boucher demostró aquí. Visions no es el resultado de alguien que ve la música como una caja con todas las restricciones que eso conlleva, sino de una artista en toda la extensión de la palabra. Desde su concepción hasta su ejecución. Como Björk lo hizo en su momento, nadie le atestó un golpe al panorama como Grimes en 2012.