RPM: 25 años de Mucho Barato de Control Machete

No me digas cabrito porque soy un cabrón:
25 años de Mucho Barato de Control Machete

Por Ernesto Acosta Sandoval

Por ahí de 1996, Monterrey, desde la perspectiva chilanga, era una ciudad lejana, un poco ajena, con sus propias costumbres, parte de un norte difuso que parecía que poco podía aportar a la escena musical “alternativa” de la época en el país. Su música, a oídos del centro del país, en realidad era, si acaso, una curiosidad, repleta de acordeones, ritmos sincopados, y lo poco que llegaba aparecía vestido en trajes vaqueros cada domingo en el programa de Raúl Velasco. Y de pronto, tres chavos con una actitud agresiva, vestidos con ropa holgada, rapeando como no habíamos escuchado antes, comenzaron a aparecer en las ondas radiales del país y en MTV, y comenzó la Avanzada Regia con el lanzamiento de “Comprendes, Mendes?”, una canción sobre el día a día en la ciudad del norte, con sus sinsabores y sus peligros. Tan acostumbrados que estábamos al Rap chistocito, pero sin gracia, de gente como Caló. Aquí había una verdadera alternativa refrescante, se abrió de golpe una ventana, insisto, a ojos y oídos de la juventud chilanga, que nos mostró que Monterrey estaba en otro canal. Control Machete debutó con todo. ¿Qué era esto? Un álbum de 18 tracks grabado con toda la calidad posible.

Mucho Barato era eso que se venía escuchando en el Hip-Hop y el Rap gringo desde hacía ya casi 20 años, pero con un total sabor local, sin quererse hacer los graciosos a fuerza. Aquí había slang regiomontano y groserías dichas con tal naturalidad que sonaba a alguien que hablaba como la gente en la calle, sin artificios, sin esnobismos. Aquí había sampleos que hablaban de tú a tú al escucha, de Bronco (en “Control Machete”) a Carlos y José (en la muy desafortunada “La Lupita”, única canción que podría desaparecer del álbum y nadie chistaría), pasando por algo tan reciente, en ese entonces, como Grupo Límite (“Te Aprovechas del Límite?”), beats gordos como los que usaban Cypress Hill o los Beastie Boys (“Así Son Mis Días” y su cadencia Trip-Hopera). Canciones como “Andamos Armados”, “Cheve”, “Justo’n” tenían un gusto por completo local, pero por primera vez, alguien de Guadalajara o de la Escandón (en el entonces DF) las podía poner en una fiesta y todo mundo se iba a poner a brincar como loco. Mucho Barato estaba armado tan a conciencia como un álbum integral de Hip-Hop que hasta skits incluye (“Las Fabulosas 1 y 2”, “Madrugada Encore”, “La Copa de Dama”).

Mucho Barato fue, en definitiva, la punta de lanza de la Avanzada Regia, pero su influencia alcanzó mucho más. No es arriesgado decir que ese destello dentro del panorama nacional de finales de los noventa fue resultado de lo que Toy, Pato y Fermín IV plasmaron aquí. Y lo único que tenían que hacer era tomarse en serio de dónde venían.