Foto Óscar Villanueva @TheOzCorp
No vivo aquí:
Adam Granduciel de The War on Drugs
Por Eduardo Lara @lalolarete
Es octubre del 2021, poco antes de Halloween y estoy en una tienda departamental de artículos deportivos y de caza en las afueras de Illinois; cerca de la frontera con Wisconsin, y como a una hora de Chicago. En medio de chalecos abrigadores y camuflados para el bosque, cañas de pescar, carne seca, botes y vehículos 4×4 pequeños, hay un lago artificial. En él hay distintos peces que nadan y a veces chocan entre ellos, pero en la parte delantera hay un cristal que te deja ver como siguen su propio orden. Me paro frente a ese estanque de imitación y en mis audífonos suena “Under the Pressure“ de The War on Drugs. Y por alguna razón solamente hace sentido. Hay una lógica en ver a un pequeño Estados Unidos reunido en esta Bass Pro Shops: gente con alto capital comprando vehículos y accesorios para sus barbacoas del fin de semana, la clase media comprando algún artículo para sus hobbies de fin de semana que los libera por un rato de la cotidianeidad de su trabajo, y la clase con menor ingreso económico paseándose entre los pasillos de municiones y adornos para botes; pero todos convergen ese estanque y se detienen a ver la naturaleza artificial que hay en medio de esa tienda.
Los hi-hats modificados, acompañados de un piano melódico que adorna las guitarras distorsionadas de Adam Granduciel, y las obvias influencias que The War on Drugs toma prestadas de Bob Dylan, o Bruce Springsteen, quedan muy bien ante este panorama típicamente “americano”. Pero ahora es el 2022 en la Ciudad de México, y Adam Granduciel está sentado frente a mí con un Topo Chico en la mano.
Vivir, haber crecido, y ahora el tener un hijo y criarlo en Estados Unidos, sumado con el panorama actual influyó en el disco (I Don’t Live Here Anymore). Sobretodo, teniendo presente situaciones y momentos que suceden también en el exterior y te marcan en tu propia vida, y son cosas de las que quieres cantar y escribir. De ahí viene la inspiración: de ver dónde estamos parados.
Foto Óscar Villanueva @TheOzCorp
Volvamos al otoño 2021. Donde me estoy quedando está a unos 40 minutos en coche de Chicago, o una hora en tren; tomo el que sale a las ocho de la mañana y mientras veo los suburbios pasar de casas grandes y árboles, a puentes y edificios gigantescos, en mis audiófonos Adam Granduciel canta “I’m in Chicago (estoy en Chicago)” de su canción “Living Proof“, primer sencillo del I Don´t Live Here Anymore, y dejo que el túnel de la Union Station me absorba.
Siempre he querido escribir canciones que se conviertan en clásicos. En nuestros primeros discos todavía estaba aprendiendo mucho, todavía lo hago, pero en ese entonces todavía no tenía la confianza suficiente para sentarme frente una canción y tener la paciencia para ver hacia dónde me llevaba; pero creo que ese es un encanto de nuestras primeras canciones porque suenen como algo mayor o más grande que la vida en sí: no hay un sentido. Pero para este disco quise escribir ideas más consistentes, y agarrar más confianza en mi forma personal de escribir. Tuve muchas ideas y canciones sólidas, tal vez unas 20, muchas no se completaron al final. Pero estas fueron 20 ejercicios sólidos que me ayudaron a concentrarme más y ser mucho más coherente en mi forma de escribir.
Ya es la primera semana de noviembre 2021 y empieza a bajar la temperatura en Chicago, cae un poco de nieve y como chilango eso siempre te emociona. Pero también mi corazón palpita rápido porque tengo un boleto para ver a Bob Dylan en el Auditorium Theatre.
Real Live de Dylan es probablemente mi disco favorito actual. Lo tenían en repetición mientras trabajábamos el Live Drugs, nuestro primer disco en vivo; me lo recomendó un amigo: es ese en el que en la portada sostiene una guitarra acústica Gibson. Tiene una versión muy alocada de “Tangled Up in Blue” en él, escribió letras totalmente nuevas para esa interpretación, y básicamente es una canción totalmente nueva. Además, la banda en vivo que traía para ese disco básicamente son los Stones. Pero sobre todo me hace pensar que hay momentos claves que se quedan en ti de manera musical, al menos así lo veo. Estos momentos claves que puedes escuchar musicalmente son los que, para mí, me ayudan a saber dónde estoy; y poder referenciar en mi música a los discos, sonidos, o artistas que amo me hace sentir… no nostalgia, más bien son cosas que al mostrar te hacen sentir cómodo, y así es una forma de que presentarte ante los demás. O al menos tu identidad musical.
Para este punto de la entrevista, y de texto, me doy cuenta de que en realidad soy muy fan del hombre que está frente a mi: Adam Granduciel. Y la verdad es que a lo largo de este escrito lo he intentado mantenerlo a raya o como un secreto; pero siento que no estoy llegando a ningún lado, así que las cosas como son: soy un gran fan de The War on Drugs. Y las anécdotas antes mencionadas solo son una forma de explicar que en realidad por una canción de este grupo de Filadelfia decidí hacer maletas e irme a Chicago por un rato. Una especie de viaje para encontrarme a mí mismo (sí, que cliché).
Foto Óscar Villanueva @TheOzCorp
Todo me lleva al 2014, tal vez una buena forma de presentar el estilo de The War on Drugs sea como una banda que mezcla tanto al Shoegaze como a la Americana/Heartland; cuyos sintetizadores y guitarras te transportan a un recuerdo perdido en tu mente, y que probablemente no exista realmente, y por eso es muy acogedor visitarlo. En mi caso fue el recuerdo falso de descubrir música siendo un niño en un ambiente familiar y hogareño.
Yo casi no crecí rodeado de música, nada fuera de lo normal. Mi papá no era alguien que se involucrara realmente en ella más que escucharla de fondo; por eso me da mucha alegría poder decir que ahora es probablemente el mayor fan de nuestra banda y que “Burning” es su canción favorita. Pero ahora que yo tengo un niño pequeño en casa, que vivió gran parte del proceso de la grabación de este disco, es lindo ver que está creciendo rodeado de música. Por ratos grabaría algún loop, o una harmonía, y el movía la consola o jugaba en mi computadora, y es lindo verlo experimentar con los sonidos y hacer cosas divertidas y locas. Todavía es muy pequeño y no tiene reglas para su familiarización con el sonido, pero me alegra ver lo mucho que sabe de guitarras, baterías, o sintetizadores. Me gusta saber que a donde sea que vea habrá un instrumento musical para él en el que pueda jugar. Y me siento muy agradecido de tener alguien con quien compartir una de las cosas que más amo.
¿La vez que peor se me ha roto el corazón? Escuché a The War on Drugs. ¿Mi primera vez viajando solo? Ellos sonaban en mi celular. ¿Conducir por la madrugada con mi mejor amiga? También en el estéreo sonaba “Holdin’ On” del disco A Deeper Understanding de The War On Drugs. ¿Qué habrá escuchado Adam Granduciel mientras escribía todo esto?
Para el Wagonwheel Blues teníamos en repetición los primeros dos discos de Suicide, esto fue en 2008 pero en realidad era material que Kurt (Vile) y yo veníamos desarrollando desde 2003; y era nuestra época de experimentar el escribir música juntos. Para el Slave Ambient probablemente lo que más escuchaba era a Brian Eno con Robert Fripp, tanto el trabajo de cada uno individual como sus discos colaborativos; no sé, estaba muy clavado en ver qué sonidos electrónicos podría crear: hacía paisajes sónicos con m pequeña grabadora que ya se había convertido en una extensión de mi mismo; y esto fue algo muy especial para mí. Para el Lost in the Dream… la verdad es que no sé, estaba muy perdido en esa época y no sabía que estaba haciendo jaja. Para el A Deeper Understanding, nuestro primer disco grabado en Los Ángeles, tenía a Warren Zevon todo el día y rock de los setentas californiano; de hecho a partir de ahí empezamos a tocar un cover a Zevon: Accidentally Like a Martyr. Y para I Don’t Live Here Anymore me dejé ir, y más poniéndole de todo a mi hijo. Pero cuando comenzábamos las maquetas la verdad es que estaba obsesionado con el Blonde de Frank Ocean. ¿Qué tiene que ver su estilo con el nuestro? Honestamente no sé, y sé que llegué tarde a él. Entonces cuando lo puse me sentí muy conmovido por él y simplemente es un gran disco. Siempre estamos abierto a colaboraciones con quien sea. Personalmente amo a David Cronenberg, y las películas de David Fincher, ambos son genios e imaginar nuestro trabajo junto con sus lentes es un sueño. Si siguiera vivo me encantaría que Richard Diebenkorn hiciera una portada y el arte en general de algún disco”.
Estoy aterrizando en la Ciudad de México en noviembre 2021. Ya pueden intuir que estaba escuchando durante todo el vuelo. Y sigo visitando memorias que no existen, o que son muy difusas. Pero también puedo ver futuros recuerdos, o al menos una idea general de lo que viene, y se siente bien saber que me estoy moviendo y que tengo el soundtrack para ello. Tal vez esa es una buena forma de resumir el I Don’t Live Here Anymore: un collage de recuerdos viejos y nuevos que te pintan un panorama sonoro de quién eres, y que tienes un camino por delante que tomará la forma y dirección que quieras. Granduciel se ríe al pensar como grababa en su cochera con Kurt Vile hace más de una década, y que ahora está en un día de promoción para su música en otro país: “Para esto me levanté temprano”.
