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Mansalva
Mansalva
Independiente
9.0
Por Diego Álvarez Rex
Volver a casa, salir con viejos amigos, leer diarios viejos, escuchar una canción olvidada e inmiscuirse en el mundo de la música para retomar esa imaginación perdida, es lo que Mansalva cuajó en su espectacular debut.
Esa imperiosa necesidad de etiquetar todo es uno de los tantos errores a los que nos enfrentamos quienes escribimos de música. Catalogar las cosas da una sensación de tranquilidad y un cierto sentido de control. Cuando uno escucha música lo que debería de hacerse es simplemente disfrutarlo, y así sucede con Mansalva. Música fusión, música popular uruguaya, ¿Pop de cámara? No perdamos tiempo, dejémoslo en un álbum hermoso.
Las canciones fueron compuestas con las voces como instrumento principal, por lo que la profundidad de las letras es imperativa en cada una de ellas. El cuarteto de Montevideo nos lleva a un lugar único por medio de las cuerdas y las grabaciones de campo. “Herrumbre”, tema que da nombre al álbum, es el encargado de abrir la secuencia, mostrando lo abrupto que puede ser encontrarse entre los suburbios, calles frías y un sentimiento de enfrentarse a algo enorme pero intangible.
Si bien Mansalva no da prioridad a las guitarras, su papel, aunque de acompañamiento, continúa vigente; el disco avanza y se vuelve más etéreo, complejo y envolvente. “Curadespanto” e “Idea” presentan un delicioso dueto donde las etiquetas son inservibles. La mezcla de estilos, si bien todos definidos y claros, resulta en un ambiente formidablemente homogéneo, cuya manufactura es impecable. Existen melodías que nos hacen pensar en Uruguay, pero también en un lugar que no existe ni nombre tiene.
Los acordes de la guitarra eléctrica acompañados con tambores, potencian la melancolía de sus letras. Incluso “Carbón”, donde unas percusiones sutiles acompañan las armonías del cuarteto como cántico ritual es puede ser una abrumadora experiencia como perderse en un callejón oscuro. Aún así, como resulta con todo buen material, pensado para escucharse de principio a fin, es injusto tener que mencionar uno o dos cortes; pero si empiezan a presionar, además de la deliciosa “Manifiesto” recomiendo absolutamente “Libélula”, melodía en la que es imposible no pensar en su ímpetu por la experimentación,
Mansalva es el sonido de un limbo emocional que todos hemos sentido pero que es sonorizado con años de preparación musical; la minuciosidad y esmero invertidos en este material son enormes, contendiente a lo mejor que ha salido en el año en cualquier parte del mundo. Es el comienzo de algo enorme y si no hubiera más después de esto, con esta obra se cementa ya su paso en la historia.
