Austin TV:
Crónica del regreso a Tar
Por Alejandro Ramírez @le_fraktal
Personalmente no sabía que necesitaba una reunión de Austin TV, pero es mejor que las cosas buenas sucedan cuando menos lo esperas y más lo necesitas.
Todo comenzó el fin de semana pasado con esos letreros con la frase “Tu cara no importa / Importas tú” que quizá pocos vimos físicamente, pero que a través de las redes sociales se disiparon como preludio a lo que vendría. Y todo pasó tan rápido, de las conjeturas a los comunicados, de los rumores a los hechos, y del silencio a la gloria con “De la Orquídea a la Avispa”, vaya forma de Austin TV de regresar a su vida y a la nuestra.
Aún no había mucho escrito y los rumores comenzaban a disiparse, al igual que la emoción por los fans de la banda, sobre todo con aquellos que crecieron con su música pero no los habían visto en directo. Porque a pesar de la ausencia el mito de Austin TV siguió alimentándose.
Y fue así como después de una fallida presentación sorpresa (en estos tiempos con tantas plataformas de comunicación es muy difícil mantener un secreto como tal), el Multiforo Alicia, inmueble fundamental para el desarrollo de la historia de la banda, tuvo que lanzar un comunicado mencionando que el lugar no sería apto debido a la demanda de gente que buscaría acceder. Incluso hubo algunos fans que llegaron la noche anterior antes de la supuesta venta de boletos. A fin de cuentas, el Foro Indie Rocks confirmó la presencia de la banda y la venta de boletos a través de una plataforma en línea, la cual tuvo una fila virtual, y como si se tratara del mismo Bad Bunny, estos conejos también agotaron sus entradas en cuestión de minutos, para mi fue imposible adquirir un acceso.
Pero tal y como el destino me llevó a aquella última presentación hace nueve años en El Plaza Condesa, de nueva cuenta estuve frente al quinteto, en el acceso al foro algunos fans te preguntaban si te sobraba un acceso, ante la decepción algunos se quedaron afuera y otros partieron con decepción, yo pude acceder gracias a mi estimada amiga y gran ilustradora Dozergirl, quien diseñó una playera para la ocasión que se agotó en el stand de mercancía oficial, porque había un vivillo vendiendo hoodies piratas de la banda.
Pocas veces he sentido un entusiasmo tan real por una banda apenas subiendo al escenario, Chiosan saludando con su mano a todos los presentes, en un hola que no sabíamos que nos hacía tanta falta. “De la Orquidea a la Avispa” para romper un silencio de nueve años, donde tanto ellos como nosotros hemos cambiado tanto, pero la música nos sigue pegando, reuniendo y conectando de una forma casi indescriptible.
Y es que este nuevo sonido, muy a lo Post Rock, pero también a lo Austin TV, a lo que nos acostumbraron, lo que nos dejaron, y lo que parece ser el destello de un futuro prominente. El arte de decir tanto sin utilizar palabras, la forma perfecta para desvanecernos y luego florecer, ahora vamos a bailar, “Dos Tardes de mi Vida”, Rigo es Amor y Austin clamor, el deseo de arder antes que extinguirse, de rabiar antes que quedarse en silencio, de mostrarle a una nueva generación de fans de lo que se habían perdido, pero también, lo que ganaron después de esa noche.
Porque así como ellos lo dijeron, hemos cambiado tanto ¿Quién ya se casó? ¿Quién ya tiene hijos? ¿Quién ya no está y quién ocupa su lugar? En algunos casos, por qué darle importancia al pasado doloroso si el presente es maravilloso y el futuro prominente.
“Les Choses Sont Bizarres”, les juro que puedo recordar el momento exacto en el que escuché por primera vez esa canción, la estética de la banda como primer esbozo, entrar a su website, descargarla en mp3 y apreciarla en una versión con fade-out, una y otra vez, y sentir que me decían tanto sin palabras, que una banda que rondaba por las mismas calles que yo tocara tan chingón, y que su acercamiento con los fans fuera tan puro, con o sin máscaras, comprar su EP y recibirlo de sus propias manos con pines y stickers de regalo, ir a sus tocadas en el Alicia para financiar sus propios proyectos, verlos escalar desde el patio de su lugar de ensayo hasta el escenario del Vive Latino, luego Coachella, girar por Europa, de esos logros que pocas bandas locales pueden presumir.
“Olvidé Decir Adiós” a mucha gente que no estaba ahí, muchos amigos con los que disfruté de esta música en vivo hace tanto tiempo, “Rucci” porque no sabes cuando puede ser la última noche del mundo, y porque la vibra en general y de voz de la banda con sus palabras era disfrutar el aquí y el ahora, lo que hemos superado y sufrido para llegar hasta el día de hoy, no solo por la pandemia, sino por la lucha contra nuestros demonios personales y el superarnos cada día en tantos aspectos, porque ahora puedes comprar toda la cerveza y merch que quieras, porque puedes regresar a tu casa en Uber en vez del metro, y porque el dolor de espalda también es una especie de veneno para las hadas.
“Voces Iluminadas por Sonrientes”, y por los que cierran los ojos y se dejan llevar, tragos de amarga cerveza, toques de marihuana a escondidas, recuerdos que se comparten: “Yo los vi en un festival en las fuentes brotantes”, “Nunca pude conseguir el Fontana Bella en CD”, “No mames cuando Chino Moreno se subió al escenario con ellos en el Vive Latino”. “El Secreto (de las luciérnagas)” y el que estábamos experimentando, porque los que terminamos ahí de cierta forma fuimos recompensados por el destino, el karma, o simplemente era nuestra obligación para con una banda que nos ha dado tanto.
La frenética marcha de “Los Caballeros del Albedrío”, los vasos volando y disipando el último contenido de sus líquidos nocivos para la salud, el headbanging digno del Rock matemático, “Hombre Pánico” y su implosión instrumental, el conteo a la catarsis siempre necesaria: “1,2,3,4,5”, a rabiar y sonreir, a sacar todo el stress, un sismo anímico y benévolo, sin alertas ni simulacros, sin el miedo al que dirán y a ser lastimados.
“Marduk”, el buen soberano de la humanidad emergiendo del bosque del olvido, o mejor dicho del letargo, porque esta música siguió trascendiendo y ahora por fin una nueva generación podrá apreciarla en directo: “Esto es mejor de lo que hubiera imaginado”, dice alguien que está viendo a la banda por primera vez.
“Hazme Sentir” y ese rictus de emoción e identificación con alguien que sintió lo mismo que tú, y después de brindar con el extraño, a dejarse llevar por esta melodía que sigue calando como la primera vez, extraña nostalgia, momento alentador, fue justo y necesario. Y luego “Satélite”, porque siempre encontraremos el camino de regreso a Tar, porque quiero que con mi piel se fabrique un hermoso tambor y la música quede a modo de vestigio de mi presencia en el mundo, porque cuando las nubes se disuelven crean la vida, ganaste, me sentí muy solo cuando no estabas, pero es maravilloso tenerte de regreso Austin TV.
“Ella No Me Conoce” y su inefable ritual de los aplausos, mismos que nos harán llorar en el próximo Vive Latino, porque parece que todo pasó tan rápido pero parece bastante planeado, y sea cual sea la táctica de guerra, la banda regresó para bien de su gente, esos mismos que aprecian y a los cuales agradecieron por esperar, “porque somos parte de un todo”. Voló el “Cisne de Pan” pero regresará pronto, porque este encuentro creó una paradoja y una reacción en cadena, que reformó para bien la continuidad de tiempo y espacio, para construir una nueva historia en la vida de Austin TV.
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