La magia nunca acaba con Future Islands
en el Pabellón Oeste
Por Aarón Cortés @acorsaint
Si hay algo que hemos aprendido con las previas visitas de Future Islands a nuestro país, es que Samuel T. Herring es en definitiva uno de los mejores frontman que existen en la actualidad y que tanto él como el concepto general de la banda, son la definición perfecta de “infravalorados”.
Más allá de apelar a una generación que actualmente ya se encuentra en el tercer piso, dentro del confort de su música encontramos historias interesantes llenas de altibajos sentimentales, con un storytelling impecable (porque además de ser un excelente performer, Samuel es un gran escritor) que trascienden las barreras de la edad y factores sociales, dándonos la facilidad de vernos reflejados en el significado del mensaje. Por lo que sus shows son el espacio perfecto para que cualquiera pueda dejarse llevar al ritmo de sus sintetizadores cálidos y pegajosos, dejando atrás toda posible inquietud mental del mejor modo posible.
Y es que basta con estar ante la presencia de semejante monstruo que tienen por frontman (en el mejor sentido posible de la expresión), para contagiarse de la energía que emana con sus imponentes gritos guturales (que dan énfasis a ciertas partes de las canciones); sus piruetas al puro estilo de baile contemporáneo; su lenguaje corporal muy teatral con distintas expresiones detalladas, golpes y su magnífica forma de pavonearse con tal encanto (con el que incluso por un momento olvidamos que la banda consta de más personas). Como si todo esto se tratara de un proceso de hipnosis que deja enamorado a cualquier espectador.
Además de las experiencia estética que implican sus conciertos, en su tercer show en la CDMX (el primero como parte del Festival Nrmal de 2015 y el segundo en el difunto Plaza Condesa en 2018), en esta ocasión su querido álbum Singles pasó a segundo plano, únicamente con tres canciones dentro del set (“Seasons (Waiting On You)”, “A Dream Of You And Me” y “Light House”), con el fin de darle mayor peso a su último material, As Long As You Are, de 2020. Sin embargo la gran sorpresa fue el hecho de que In Evening Air de 2010, tuvo muchísima presencia con cinco canciones.
A pesar de que los dos álbumes previamente mencionados (y las piezas de Singles) abarcaron gran parte del setlist de 22 temas, también tuvimos la oportunidad de apreciar clásicos como “Balance” (uno de los mejores momentos en cada uno de sus conciertos), “Before The Bridge” y “Little Dreamer”; sin dejar de lado sus últimos sencillos “Peach” y “King of Sweden” de 2021 y 2022 respectivamente.
Comparado con los conciertos anteriores de este tour, Future Islands se mantuvo fiel al mismo setlist sin cambio alguno, en una fórmula que pareció mantener la atmósfera sin dejar caer los ánimos del público en ningún momento (y cómo decaer si los contrastes sonoros de esa voz son capaces de erizar la piel en el momento menos esperado).
Es curioso cómo todos sus conciertos en nuestro país han sido en venues pequeños y eventos menores, (festivales donde se estima poca audiencia porque apelan a nichos específicos) y sin importar el paso de los años siempre se sentirá que no se le hace la justicia suficiente este acto, cuya calidad de espectáculo es digna de ser apreciada desde el escenario principal del Corona Capital. Pero al mismo tiempo existe la dualidad de tener la fortuna de apreciarlos en espacios reducidos, para darle mayor intimidad y que solo se trate de ellos, con pocas luces necesarias y sin pantallas que distraigan de lo que está ocurriendo en ese momento (exceptuando festivales donde si es necesaria una pantalla lateral).
Si se tratara de ponerle peros al asunto, solo podemos decir que ante la falta de venues actuales con la desaparición de El Plaza, tal vez hubiera sido mejor elegir un recinto más pequeño como Frontera, para evitar los inconvenientes sonoros que presenta el Palacio de los Deportes y por ente, el Pabellón Oeste del Palacio. En la parte trasera el volumen era muy reducido y en el lateral derecho (de vista hacia el escenario) la distorsión comenzaba a añadirle eco innecesario y molesto.
El veredicto final de esta reseña en el Pabellón Oeste es que no importa cuántas veces venga Future Islands a México, siempre valdrá la pena adentrarse en esta experiencia única, capaz de darles la sorpresa de la vida a todos aquellos que están viéndola por primera vez; y sobre todo, capaz de continuar enamorando a aquellos que siempre estaremos dispuestos a regresar con tal de escuchar esos pegajosos bajos de William Cashion, las impecables percusiones de Michael Lowry, la voz con tremenda riqueza tonal de Samuel y los sintetizadores de ensueño de Gerrit Welmers; que conforman “su sonido” que tanto nos encanta.