Foto David James Swanson
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Los dioses existen:
Jack White @ Pepsi Center WTC
Por moonman
Jack White por fin disipó toda la extraña vibra que dejó en su visita pasada en 2014 por la inclemente lluvia del Corona Capital y la repentina muerte de su tecladista Isaiah “Ikey” Owens.
Ocho años después logró por fin dejar en claro que es una de las pocas figuras actuales dignas de levantarle un altar. Justo por esa idealización que tal vez me retraía un poco asistir al concierto, no tanto por él, sino porque los fans lo han colocado en un sitio inalcanzable, pero vaya que Jack White sabe como poner las cosas en su lugar al crear su propio multiverso de todos los proyectos a los que ha pertenecido y su propia carrera solista.
No solo es el magnífico legado de The White Stripes, también son los hits de Dead Weather (que se extrañó el lado salvaje de Alison Mossheart) y The Raconteurs (“Steady, As She Goes” fue un momento sublime) que logran crear un setlist sólido que nos hizo ir a décadas pasadas y volver al presente.
Desde el inicio con su nuevo clásico “Taking Me Back“, hasta su nostálgica “Love Is Selfish“, ambas de sus dos álbumes publicados este año, la gran “Sixteen Saltines“, la carrera solista de Jack White es innegablemente buena y conciertos como este te dan el chance de revisitarla y seguir encontrando joyitas perdidas.
Como varios comentarios en redes, muchos dejaron de ser ateos para darse cuenta de que los dioses existen y están entre nosotros y que uno podría quedarse horas escuchando los virtuosos solos de Jack White… tan impresionante fue todo que nadie siquiera extrañó el momento “Simi” porque todos nos dejamos ir con sus canciones gracias a las armas secretas que cuenta en su alineación, como el baterista Daru Jones, que se está convirtiendo como una especie de “Nile Rodgers” de las percusiones.
Para el encore todos sacamos lo salvaje con la veloz “Fell In Love With A Girl” y la futbolera “Seven Nation Army“… ah pero nunca olvidaremos esa delicada versión de “We’re Going To Be Friends” y “Dead Leaves And The Dirty Ground“. Posiblemente uno de los conciertos del año, sin duda.
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