La mística presencia de Lorde
y su Solar Power en la CDMX
Por Aarón Cortés @acorsaint
La carismática personalidad de Lorde es algo que nos ha atrapado desde los inicios de su carrera, con una chispa cada vez más brillante y contagiosa que, de algún modo, logró ser plasmada también en la experiencia audiovisual de sus conciertos en la gira de Solar Power. Entre esto, los cuatro años de espera para su regreso desde el Corona Capital 2019 (show que además fue el último de Melodrama) y todo el entusiasmo que mostró por su regreso a México desde el anuncio oficial, sobraban motivos para estar presentes en la primera de cuatro fechas en nuestro país (con sede en el Pepsi Center).
Lo cierto es que ama a México y en todo momento se encargó de demostrarlo. Desde compartir historias en Instagram ansiosa por su llegada, interacciones con los fans en el aeropuerto, hasta mandarle churros a las personas que se formaron desde las 7 de la mañana con tal de alcanzar el mejor lugar. Pero el acto de amor máximo se vio reflejado en las interacciones del concierto, donde estuvo muy platicadora con monólogos sobre la ansiedad y los sentimientos confusos que se presentan en la juventud y cómo es que todo “mejora un poco” con la edad; reflexiones sobre la magia y el poder del sol; un vistazo a la nostalgia de su primer álbum, en el que dijo que ya casi se cumplen 10 años de cantar temas como “Ribs”; y la explicación de por qué ama tanto este lugar y la magia que transmite su gente y la ciudad.
A diferencia de la gira de Melodrama, donde todo se trataba de visuales y coreografías elaboradas acompañadas de muchos bailarines, Solar Power nos presenta un paisaje teatral muy a la David Byrne. El escenario está compuesto de plataformas en escalinata para que los músicos de apoyo estén bien distribuidos; una escalera giratoria a 45 grados (utilizada para dar énfasis a ciertas canciones como “Liability”); una pantalla trasera complementaria en la que en todo momento vemos elipses y círculos de diferente color (además de una mezcla entre los visuales y la cantante en tiempo real); y un círculo en el centro que sirve como descanso y cambiador que juega un papel de suma importancia para complementar la atmósfera.
Esto no solo nos da una experiencia inmersiva que cambia por completo el concepto de los shows de Lorde, sino que también presenta la oportunidad de que todos puedan apreciar de forma clara lo que ocurre en el escenario, sin necesidad de apoyarse en las pantallas laterales (exceptuando los acercamientos a las expresiones de Lorde).
Tristemente hubo algunos problemas técnicos que comenzaron desde “Ribs”, cuando Lorde se dio cuenta que algunas luces no estaban funcionando de modo correcto y corrió a revisar qué era lo que estaba ocurriendo. Y a pesar de que reanudó la canción y continuó con el espectáculo, tiempo después comentó que prefería quedarse con los fans y atenderlos como se debía (aprovechando para platicar más) en vez de ir “atrás” a ver qué era lo que estaba ocurriendo.
El concierto constó de cuatro actos (tres divididos por diferentes vestuarios y el último siendo el encore) que en su mayoría tuvo canciones de Solar Power (10 de 12) al ser el álbum en turno. Sin embargo también hubo mucho espacio y énfasis para canciones de Melodrama como “Green Light”, “Supercut”, “Perfect Places” y otras de su primer álbum como “Ribs”, “Buzzcut Season”, “Royals” y “Team”. No podemos dejar de lado otras piezas poderosas como “Hard Feelings / Loveless”, “Liability” y “World Alone”.
Por su parte, Solar Power destacó con las temáticas visuales de cada canción y una gran respuesta por parte de la gente, que a pesar de tantos chistes y memes sobre “no saberse ninguna” de ese álbum, demostraron lo contrario con gran entusiasmo y energía la momento de cantar “Secrets From A Girl (Who’s Seen It All)”, “Stoned At The Nail Salon”, “California” y el tema homónimo. Debemos hacer mención honorífica a este tema, pues aquí lanzan confeti al público, del cual posterior al concierto nos enteramos que tiene diseños alusivos a la temática del tour, y este nivel de detalle es algo que no habíamos visto antes.
Qué grato es ver la seguridad con la que Lorde se desenvuelve en el escenario, además de admirar la gran mujer en la que se ha convertido en los últimos años. A diferencia de su lado más vulnerable y sensible que vimos durante el tour de Melodrama, en un proceso de sanción de ruptura compartido con sus fans, ahora con su cabellera rubia nos demuestra la paz que ha obtenido con una constante introspección y agradecimiento por el lugar que ha ganado en la industria y el corazón de la gente. Tal vez ese es el verdadero “Solar Power” (o “poder solar” si quieren complementar bien la idea), ver esa energía y brillo envidiable que emana entre sonrisas, y la paz de sus movimientos a la par de que explora aún más tonalidades con su voz.
Tener a Lorde aquí implica una reciprocidad amorosa única, algo que quisiéramos tener con todos los artistas, pero que agradecemos que se trate de algo que solo ella posee. Una vez más comentó que volvería siempre y cuando sus fans lo pidieran, pero después de ver semejante concierto, ¿cómo nos negaríamos a que regresara tantas veces como sea necesario?
Tantos sentimientos juntos en una noche, donde todos compartimos que en algún momento nos identificamos con sus canciones, hemos crecido con ellas y seguiremos generando nuevos recuerdos con ellas. Lorde se merece estar donde está, merece esa lluvia de Dr. Simis que la dejaron impresionada desde el inicio del show, y en definitiva merece todo el crédito que no recibió con la llegada de su último álbum, luego de demostrarnos que todo se trataba de un mundo nuevo al que había que adentrarse de lleno teniéndola de frente, para consolidar el concepto entero.
Al final de este concierto quedamos con el corazón contento, la pila renovada después de cantar a todo volumen; y sobre todo las ansias de un próximo encuentro con más sorpresas por delante, sabiendo además que ella estará igual de entusiasmada que nosotros. Y eso es algo que lo vuelve aún más especial.
Gracias por tanto, Lorde.
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