Tajak
La Sombra del Agua
Hole Records / Little Cloud Records / The Acid Test Recordings
Por Diego Álvarez Rex
¿Qué podría yo escribir sobre Tajak que no haya escrito ya respecto a sus lanzamientos pasados? Shoegaze, Sludge, Noise, Post Rock, Ambient, un montón de etiquetas para encasillar lo indomable. Es una banda que tira el manual para construir canciones en tiempo real, con una coerción innata cual bestia de tres cabezas en perfecta armonía la una con la otra. Hay una comunicación prácticamente telepática entre los tres que se supera en cada lanzamiento. Para este cuarto álbum, llegan a una cúspide en su sonido, el más profundo y experimental en su carrera, que no sólo alza la barra de nueva cuenta sino refuerza la fe que uno ha depositado en esta banda.
Categorizar y desmenuzar cada canción no es tarea sencilla y tal vez una que no me atrevo a realizar. Desde el primer corte, resaltando “Soñar es Despertar” se indica que no habrá aparente calma en este recorrido por la otredad y para muchos no será fácil procesar tal vacío y cataclismo. Una punzada en la cabeza de modo permanente como resultado de la privación de sueño es lo primero que evoca este recorrido sonoro, pero a la vez te alienta a seguir escuchando, a ir avanzando por el túnel y a entender que la música es su catarsis contenida. “Luz de Luna” es cuando encuentra uno el punto de fuga que desata el caos y un aparente nuevo orden. Porque cada instrumento se entrelaza y pelea, una ola, una avalancha y un tornado haciendo colisión entre sí.
El cierre con “La desmitificación del Ser” es la pieza más cercana al Tajak que creíamos conocer en discos pasados y, asimismo, quizá la más digerible para aquellos oídos menos acostumbrados a la guerra sonora de esta banda; distorsión para sonorizar lo efímero, la ciencia ficción y lo inmaterial como referencia inmediata, hacen que el cierre de esta odisea esté yuxtapuesto entre la oscuridad y la luz. La grandeza de este disco está en la experimentación de reverberaciones y paredes sónicas que logran Ñoñis, Cubo y Coco. Los temas en este álbum son, recurrentemente, una disección de emociones desde el punto del estruendo. Son extensos, cambiantes y envolventes.
Es un disco poco convencional que desborda emoción y sensibilidad con cuestionamientos profundos sobre los arquetipos del “Rock Experimental” o la “Música Psicodélica”. Los matices de blancos y negros que asumimos para catalogar cualquier disco se desdibujan frente a un verdadero reto a nuestros oídos. No le pide nada lo último de Swans, J.G. Thirlwell, Boris o Faust. Ni qué decir de cómo se lleva de calle a sus congéneres como si soplara tranquilamente una vela.
Muchas veces me he encontrado en conflicto con el concepto “el secreto mejor guardado” porque de alguna manera quiere decir que algo es tan valioso que se guarda con alevosía y ventaja como si uno no quisiera compartirlo con nadie más, y tal vez Tajak podría encajar perfectamente con ese concepto puesto que sus lanzamientos son de tan alta calidad que uno predispone que otros no lo apreciarían como se merece. Yo pongo en duda cómo es que no tienen el protagonismo que deberían, pero vaya, su música es complicada de digerir, más que encontrarse con La Sombra del Agua es enfrentarse a un disco que te reta y de igual manera, la escucha de este lanzamiento es una invaluable oportunidad para entrar a una catarsis.
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