Cortesía Santiago Covarrubias (OCESA)
Cortesía Santiago Covarrubias (OCESA)
Cortesía Santiago Covarrubias (OCESA)
Cortesía Santiago Covarrubias (OCESA)
Cortesía Santiago Covarrubias (OCESA)
Por moonman
Si bien Caifanes ya tiene un slang por las redes sociales al denotar a los pertenecientes a la Generación X, su legado ha logrado traspasar nuevas generaciones gracias a su reencuentro en 2011. Ahora son una banda de gusto adquirido y heredado cuyas canciones se han convertido poco a poco en clásicos súper arraigados que pueden sonar en cualquier esquina de la ciudad y uno que otro la cantará o tarareará.
He tenido la oportunidad de verlos algunas veces desde su reencuentro y creo que esta ocasión ha sido una de las mejores, ya que se ha convertido para la banda una costumbre anunciar por lo menos dos fechas al año ya sea en el palacio de los Deportes o en el Auditorio Nacional, siendo este último un lugar más nostálgico para Saúl Hernández, ya que ha sido testigo de su crecimiento: desde la presentación de El Silencio hasta hoy.
El concierto comenzó con un mini escenario acústico, mucho más íntimo en donde Saúl, Alfonso André y Diego Herrera aventaron la casa por la venta con “Antes de que nos olviden” canción que muy desafortunadamente se ha vuelto un himno para todos estos casos de gente desaparecida que vemos día a día en las noticias. Su carga emocional ha ido en aumento, por lo que no es raro ver a muchos derramar lágrimas mientras suena la canción. Le siguió una muy linda versión de “Debajo de tu piel” y una muy rara de “Metamorféame” (acá entre nos, prefiero lo estridente de la original).
Ya luego se le unieron los músicos para formar el “Voltron Caifán” y seguir con una serie de hits y canciones nuevas. Para mí, las sorpresas de la noche fueron la folclórica “Mariquita“, una versión más engrosada de “Ayer me dijo un ave” (contrario a lo de “Metamorféame“) y la aparición de “Detrás de los cerros” de Jaguares que marcó la transición entre los dos proyectos. También revaloré la canción de “Nunca Me Voy a Transformar En Ti” de su álbum debut.
A diferencia de las otras ocasiones que he visto a Caifanes, la voz de Saúl sonó muy bien, alcanzando casi siempre las notas originales. Me gustó que Saúl aplaudiera al final de algunas canciones agradeciendo a la gente por su energía y, sobretodo, lo elocuente que son ahora sus discursos, ya que fueron más inclusivos al señalar problemas como la presencia del ejército en las calles y el papel de apoyo del hombre hoy en día frente a los cambios que las mujeres están provocando al exigir con justa razón y fuerza su seguridad e igualdad.
Luego de más hits, un cover a “Te lo pido por favor” del buen Juanga, la noche cerró con un abrazo entre sus integrantes y un aplauso compartido. Así que a la próxima que escuchen a alguien bromear con el: “Mejor pongan a Caifanes”, dejen que suene la música.
