Cigarettes After Sex @ Pepsi Center:
Un relato
Por moonman
Alix y Sebastián han sido amigos desde la preparatoria. Nunca se han considerado populares, son ordinarios y está bien, porque nadie los molestaba y podían pasar desapercibidos sin ningún problema sin ser parte del horroroso bullying. Terminó su estancia juntos en la escuela y se siguieron viendo porque ambos estudiaron en la ciudad. Aunque sus interacciones disminuyeron debido a que antes era una rutina de casi 24/7, sabían todo de ellos: qué le molestaba de sus jefes, el apodo del nuevo del trabajo, el meme que les recordaba a alguien de sus eras académicas… aprovechaban esas ventajas positivas de las redes sociales.
Siempre han tenido gustos musicales afines y los conciertos eran una buena oportunidad para verse, así que decidieron lanzarse al Pepsi Center. Ambos siempre han tenido esa facilidad de localizarse entre un mar de gente, algo que en los festivales se agradece. Entraron juntos y se ubicaron en medio de la gente, que en su mayoría eran parejas listas para tener una dosis de romance necesario en estos días. Al darse cuenta de la situación, Sebastián recicló una vieja anécdota que ambos se sabían de memoria, raro porque en otras ocasiones daba el mismo efecto cómico, hoy no fue tan efectivo. Sebastián pensó que Alix se incomodaría por eso y le dio un update del proyecto que estaba trabajando, Alix lo escuchaba con atención hasta que las luces se apagaron y comenzaron los dulces acordes de la banda. La gente estaba eufórica gritando, algo que contrastaba con la suavidad del ambiente que provocaban las canciones.
La gente comenzó a moverse suavemente, como lo haría un vals en el siglo 21. En ese vaivén la mano de Sebastián tocó la de Alix y ambos se ruborizaron. Tontamente Sebastián quiso romper la tensión con un chiste tan malo que no le importó a Alix y se rió sin compromiso. Las parejas alrededor comenzaron a abrazarse y dejarse llevar por la suave voz de Greg Gonzalez, ni se dieron cuenta y se unieron a ese vals colectivo y el calor de sus hombros juntos se intensificó gradualmente que no se habían dado cuenta. Ambos gustaban de esa sensación, muy parecida a lo que sentían cuando recibían ese primer mensaje del día saludándose.
Cerraron los ojos y al abrirlos vieron alrededor de ellos nidos gigantes con aves acurrucándose en ellos, volteó a ver a Alix y era una hermosa ave cardenal roja, con ojos brillantes que reflejaban la proyección de la luna entre nubes del escenario, él se vio a si mismo con un par de ramas en su pico y se espantó. Sebastián sacudió la cabeza y sus plumas se desmoronaron, su cabeza confundida imitó un absurdo baile que fue la sensación en aquellas fiestas de viernes en la prepa. Alix lo paró, le tomó el brazo y comenzó a moverlo al ritmo de la música.
Go and sneak us through the rivers
Flood is rising up on your knees
Oh, please
Come out and haunt me
I know you want me
Come out and haunt me
Años de silencio de un amor que estaba ahí afloraron en un instante.
Your lips, my lips
Apocalypse
Y así, con un simple beso fluyeron todos esos secretos a voces entre ambos. Ambos sintieron que la cuerda que sujetaba un costal de arena de los pies a su cabeza se rompía y los elevaba juntos. Ahora solo quedaba esperar lo que dos destinos al unísono podían hacer de ahora en adelante.
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