Reseña: Metallica /// 72 Seasons

April 14, 2023

Metallica 72 Seasons

Metallica
72 Seasons
8.0
Blackened / Universal Music

Por Alejandro Ramírez @lefraktal

Se dice en estos últimos meses sobre el panorama musical local que Bad Bunny nos olvidó y nos volvimos bélicos, pero hoy Metallica nos recuerda que lo esencial está en los clásicos, en las bandas que nos curtieron, y que el Metal sigue aferrándose a la vida, tal como las bestias diabólicas que adornan algunas de las portadas de sus álbumes.



Y como fan de la banda, el primer tema que da título al álbum 72 Seasons, me sonó a los dos anteriores discos de la banda: Death Magnetic y Hardwired…To Self-Destruct, y me hizo pensar que este nuevo sonido sería el hilo conductor del material en su totalidad.

Luego me callé el hocico al instante, medio riff de guitarra del intro del segundo tema, “Shadows Follow”, y entender por qué me sigue interesando lo que produzca la banda, más allá de la brutal maquinaria de promoción que los mantiene tan presentes en el inconsciente de la gente y en el negocio de la música, a tal grado que hace poco compraron su propia planta de producción de discos de vinilo.

Cuenta la leyenda que alguna vez a Kirk Hammett le robaron una laptop donde había grabado una gran cantidad de riffs que quizá nunca escucharemos, pero eso, más que una pérdida, siento que significó un reto para el músico, y a la vez el motivo en general de Metallica: seguir creando a pesar de parecer que no son “actuales”, debido a la abrumadora popularidad de lanzamientos y productos con más ímpetu comercial y de géneros más digeribles para la escucha de un público en general, pero vaya, alguno de los nuevos temas de Metallica bien podría sonar en Radio Disney, sin que esto signifique ser algo malo.

Screaming Suicide” de alguna forma me recordó a “Sad But True”, y es que en esos destellos que te arrastran a otros momentos musicales en la historia de la banda, es donde radica su relevancia hasta la actualidad, sobretodo para los fans que se han mantenido fieles al consumo de la música de la banda, cuyos integrantes ya rondan los 60 años.

James Hetfield ya no es aquel joven que te está buscando para partirte la madre como dice la segunda frase de “Seek and Destroy”, pero con su voz en “Sleep Walk My Life Away”, te hace sentir como si fueras un badass con jeans y chamarra de cuero que amable pide su café de Starbucks en tus 40s, tan lleno de vida y ganas de hacer headbanging aunque después te duela el cuello.

You Must Burn”, de nueva cuenta la complejidad de las seis cuerdas, el tempo que impone el celebrado pero también infame Lars Ulrich, el baterista menos favorito de los bateristas que nunca llegan a tocar como él. Y de nuevo ese Metallica que encontró en los años 90s su zenit apostando por el sonido pesado del grunge en los incomprendidos Load y Reload.

Lux Aeterna”, lo más rápido que se pueda tocar, hasta que el cuerpo aguante, porque el mismo James Hetfield ha sentido que físicamente está perdiendo la capacidad, pero el ímpetu permea. Kirk Hammett y el acostumbrado toque de sus solos con wah, Robert Trujillo completamente integrado a la fuerza creativa de los cuatro jinetes del apocalípsis.

Crown of Barbed Wire” y su interesante evolución progresiva, a lo Rush, tema ideal para apreciar el trabajo de producción debido a la ejecución de sus riffs y la pureza con la que suenan, impecable manejo de la distorsión. “Chasing Light”, y tal y como dijo Lars Ulrich: “Este es sin lugar a dudas, 100 por ciento, el disco más libre de fricciones que Metallica haya hecho jamás”.

Y es que por si no has visto el documental Some Kind On Monster en Netflix, existió una etapa en la vida de la banda en la que la partida del bajista Jason Newsted y el problema de adiciones de James Hetfield provocaron tal ruptura e hicieron que recla banda recurriera hasta a la ayuda psicológica con un terapeuta que estaba presente en las sesiones de grabación del disco St. Anger (el peor album según los fans). Lo bueno es que siempre hay una luz al final del túnel.

If Darkness Had a Son” fue estrenada en fragmentos diferentes con cada uno de los integrantes en el TikTok de la banda, dejando de manifiesto que siempre están al tanto de los avances tecnológicos y de comunicación para seguir acercando su legado a las nuevas generaciones.

El album cierra con “Inamorata”, el track con más tiempo de duración y a su vez una suerte de improvisación, una canción que resalta debido a su inventiva y conjunción, ya que literalmente se siente como si escucháramos a la banda simplemente haciendo jamming durante un ensayo o sesión creativa, una especie de muestra de la intimidad que encierra el warm up room antes de que salgan a tocar mientras repasan los temas que tal vez ya se les olvidan.

Como balance general, 72 Seasons puede pecar de aburrido para la vieja escuela de fans que esperan la continuación de …And Justice For All (o por lo menos una reedición donde se escuche el bajo). Canciones sólidas en su conjunto, pero ya no tan energéticas quizá como las de sus recientes álbumes predecesores antes mencionados.

La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma, y la energía tal vez ya no es la misma 40 años después, pero la necesidad de trascendencia queda de manifiesto con este material, cuyo diseño de portada también parece inverosímil para el género, y parece más una pensada y bien maquilada estratégia de marketing que la esencia y manifiesto del Heavy Metal de llamar la atención del público ajeno únicamente con la portada. Sé que Metallica no es Cannibal Corpse, pero tampoco es Kanye West para jugar tanto a lo conceptual. Más Ed Repka y menos Takeshi Murakami, más simbología oculta en portadas diseñadas por Derek Riggs que solo un collage de imágenes de stock.

72 Seasons es sólido, pero también poco emocionante, en el transcurso del tiempo y después de más análisis y escucha, quizá alguno de los temas resalten más que otros, pero difícilmente llegarán a la altura de himnos fundamentales que ha creado la banda, no solo para alimentar su obra, sino para darle identidad a un género que aunque anticuado para algunos y relegado por otros, sigue vigente gracias a la necesidad de catársis. Porque aunque lleguemos a los 70 años seguiremos teniendo la necesidad de gritar y tocar la guitarra al aire emulando a nuestros héroes, mismos que poco a poco algunas ocasiones dejamos a un lado, pero que también permanecen en nuestra historia de vida y apreciación musical.

Post escrito por: Alejandro Ramírez

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