The Mars Volta @ Pepsi Center WTC:
Una noche de combustión lenta, ardiente e íntima
Por Misael Jiménez @misadeseis
Con un volcán cercano, latente y a punto de explotar, la Ciudad de México se preparaba para el regreso inminente de una de las bandas más extravagantes y alucinantes del Rock progresivo de comienzos del siglo, y cómo una avalancha de lava ardiente llegaría a nuestros oídos los riff y gritos de Omar Rodríguez López y Cedric Bixler – Zavala en una noche inigualable.
Su regreso a los escenarios en el 2022 anunciaba una nueva época dorada para la banda, llena de melancolía, madurez y como siempre, experimentación. Fascinados por descubrir las nuevas texturas que abordan el mundo de The Mars Volta, nos dejamos sumergir a través del Nautilus en la búsqueda de lo poco habitual y escuchar sus dos nuevas publicaciones antes de ir a su presentación, el álbum homónimo The Mars Volta publicado en el 2022 y lanzado con el comienzo de la gira y el “Que Dios Te maldiga Mi Corazón”, que nos servirán como premonición a lo que se vendría.
La oscuridad de la noche llegó y mientras las luces del stage se escondían en las penumbras del Pepsi Center, los gritos de los asistentes retumbaban como estruendos de la aledaña actividad volcánica; de momento el silencio apareció y una grieta roja luminosa estalló en nuestros rostros, la que nos permitió ver únicamente y por pocos segundos las siluetas de Cedric y Omar, acompañados de su actual banda.
Mientras el público impaciente gritaba, los riffs de Omar no se hacían esperar, calentaban a la horda que con el primer grito de Cedric anunciando “Vicarious Atonement” hizo estallar el recinto, siete minutos aproximadamente de un envolvente introductorio sonido estridente, los cuales fueron transitados por el Hi-hat que anunciaba ahora “Roulette Dares (The Haunt Of)” un clásico nostálgico que nos recordó a sus inicios en el 2003 y que nos mostró el poder que conservan en su interior, el mismo poder que hace contorsionar a Cedric mientras levanta su micrófono, el cual sólo bajó para cantar “L’Via L’Viaquez”, y que fue coreada por todos en el mágico y romántico lenguaje del español, pero bailada sólo por algunos en sus casi 15 minutos de penduleo entre los sonidos latinos y las guitarras ácidas.
Después de una tormenta enérgica, vino la aparente calma, con sus nuevos sonidos de “Graveyard Love” y “Shore Story” de su penúltimo trabajo; la noche continuó con efervescencia luego de interpretar muchos de los esperados éxitos del debut de-loused in the comatorium como “Televators” y “Drunkship of Lanterns” que anunciaban el fin de la noche con “The Widow”; en ese momento Cedric Bixler agradeció al público Méxicano y mientras la algarabía se consumía en los sonidos de una ambulancia, el volcán psicodélico explotó, expulsando “Son et lumiere” y “Inertiatic ESP”, arrasando con todo a su paso para el deleite de nuestros oídos y dejando los cuerpos aquí temblando.