Primavera Sound Barcelona 2023, el gran alivio

Primavera Sound Barcelona 2023:
El gran alivio

Por Flais

El Primavera Sound Barcelona 2023 concluyó su edición número 21 después de reunir a más de 190 mil asistentes durante las tres jornadas principales en el Parc del Forum. Esta cifra vertiginosa no lo es tanto comparada con el récord del año pasado, de más de 220 mil asistentes al primer fin de semana, y que fue muy criticado por causar aglomeraciones, colas eternas, e incluso situaciones que podían ser peligrosas. Reducido el aforo (y aumentado el precio de las entradas), este año todo fluyó mejor: no hubo aglomeraciones, se podía estar relativamente cerca de los escenarios, los traslados entre los diferentes escenarios se hacían fácilmente y no se formaron colas en las barras, ni en los baños, ni a la entrada del festival… fue un alivio. También, el festival puso a disposición varios servicios útiles, por ejemplo, un guardarropa y un estacionamiento de bicicletas, y algunas muy necesarias zonas de descanso, con food trucks y pequeños escenarios para recargar energías y mirar el mar y la luna llena que, gigante, se asomó durante todo el festival.

El primer día del Primavera Sound Barcelona 2023 se presentó Ghost que hizo venir a su propio público, disfrazados con máscaras, vestidos de enfermeras, looks satanistas… ¡y mucho humor! La escenografía de su concierto fue espectacular: una iglesia gótica con vitrales dedicados al anti-papa de Ghost. La banda lanzó sus hits melódicos y los riffs de sus músicos anónimos a un público entregado de antemano que después pareció deambular el resto del festival.

Después llegó el momento de New Order que cumplió con las expectativas terminando su concierto con “Love Will Tear Us Apart” de Joy Division, pese a que en general al directo le faltó corazón.

La política y la vanguardia llegaron al festival de la mano de Le Tigre, la banda activista de Olympia de Kathleen Hanna, Johanna Fateman y JD Samson, que, megáfono en mano, galvanizó al público con su mezcla de Punk, Dance y Hip-Hop, y unos visuales arty donde desfilaban las letras de sus canciones como las pancartas de una revuelta feminista no-binaria.

Como siempre, los conciertos con más calidad en cuanto a instrumentación y acústica ocurrieron en el siempre impecable teatro conocido como el Auditori. A diferencia del año pasado, este año fue muy fácil y cómodo moverse entre el festival al aire libre y el Auditori. Allí se presentó Julia Holter, en plena madurez artística, elegante y cósmica, la conmovedora Beth Orton acompañada por excelentes músicos, y el gran John Cale que dio un recital maravilloso, con canciones visitadas por fantasmas bondadosos y unos notables visuales.

La segunda jornada del festival dio paso a la alegría de Sparks, las canciones tiernas y crueles de unos grandísimos The Moldy Peaches que se reunían 21 años después y los clásicos Depeche Mode y Bad Religion que demostraron que quien tuvo retuvo con sendos directos. Fue entonces cuando Christine and The Queens entró a un escenario que parecía inmenso, frío, vacío, iluminado por un juego sencillo de luces. Poco a poco Chris mostró su talento escénico, cantó, recitó textos y ejecutó una pulida coreografía mientras crecía y crecía en el escenario, tanto que parecía que la mirábamos en primera fila donde quiera que estuviésemos.

Por último, llegó el turno de Kyary Pamyu Pamyu, el meteorito del Primavera Sound Barcelona 2023. La reina del J-Pop estampó una sonrisa de mejilla a mejilla y de principio a fin en todos los rostros de los afortunados que pudimos asistir a su presentación en uno de los escenarios más pequeños del festival. El público miraba sin parpadear, como conejos frente a los faros de un coche o, mejor dicho, de una nave espacial, mientras los pies no podían dejar de bailar y saltar, arrastrados por un tornado kawaii que pareció durar un parpadeo. Hicimos chocar tres veces nuestros talones y el concierto había terminado; el goce y la alegría dio paso a la tristeza mientras pensábamos si volveríamos un día a presenciar algo similar o, peor, si lo que habíamos presenciado había sido simplemente un sueño.

En la tercera jornada, Rosalía regresaba a su tierra, Cataluña, después del triunfo de su último álbum Motomami para cerrar el escenario principal. Sin nada que demostrar, como un partido del Barça en la última jornada con la liga ya ganada, sin nada en juego y con poca intensidad, el concierto fue una celebración con el público de casa, una ocasión para hacerse selfies y abrazarse, mientras Rosalía, visiblemente conmovida, se dirigía al público en catalán y mandaba mensajes a su pareja a través de la cámara que no dejaba de seguirla.

Ese mismo día compartieron escenario Tokischa, que nos llevó a bellaquear a un delicioso bajo mundo lleno de sexo, drogas, violencia y dignidad, y también Liturgy, la banda que ha evacuado la virilidad del Black Metal para desintoxicar el género, una banda exquisita que hizo un concierto para enmarcar y que quedará grabado en los anales del festival.

Pero sin lugar a dudas, el mejor concierto del Primavera Sound Barcelona 2023 en términos de calidad, ejecución y emoción fue el de St. Vincent. La artista mostró su virtuosismo con la guitarra, la pulcritud de su canto, la elegancia de su escenografía, su facilidad para conectar con el público y la excelencia de los músicos que la acompañan, tales como Jason Falkner con quien tuvo un memorable duelo de solos de guitarras. Una artista total, eléctrica y profundamente humana, la gran triunfadora de este festival.

Con esta nueva edición, el Primavera Sound Barcelona 2023 ha sabido reencontrar la calma después de la tormenta del año pasado donde el exceso de aforo y el conflicto con el Ayuntamiento de Barcelona hacían presagiar lo peor. Pese a que hubo un atisbo de incendio en el escenario de Skrillex (apagado en seguida por los bomberos) y algunos problemas de sonido, la organización del festival fue exitosa y todo apunta a que ha encontrado un tamaño manejable para las próximas ediciones. Gracias a esto y al gran cartel programado este año, el festival se ha reconciliado con su ciudad natal a unos días de empezar su segundo fin de semana en Madrid.