A 30 años del In Utero de Nirvana
Por @remyboy.aa
Pocos trabajos musicales han logrado pasar la prueba del tiempo al sonar tan propositivos y frescos como al momento de su salida, y el tercer disco de Nirvana, In Utero es un claro ejemplo de ello. Para la banda, fue su trabajo mejor logrado en términos de sonido/éxito comercial y para la escena alternativa de los 90s es probablemente uno de los mejores discos, gracias al legado que han dejado en incontables bandas/artistas a lo largo de sus primeros 30 años. En vísperas de su aniversario número 30 decidí recordar brevemente la génesis de uno de los discos más importantes en la historia del Rock.
Lanzado en Europa el 14 de septiembre y de forma internacional el 21 del mismo mes, In Utero estuvo rodeado de muchísima presión por parte de su casa disquera DGC, después del inesperado éxito del Nevermind. La banda no quería repetir la fórmula de Butch Vig y desde el inicio supuso un primer enfrentamiento entre los directivos de Geffen, quienes veían con horror que el primer nombre tentativo del disco fuera la expresión: “I hate myself and I want to die”, por supuesto Kurt Cobain siempre alegó que se trataba de puro humor negro, aunque un año después el mundo descubriría que era bastante real…
Muchas de las canciones de dicho disco fueron escritas durante las giras de la banda en 1991 y sobre todo durante la estancia de Kurt con Courtney Love en su mansión de Hollywood Hills, en Los Ángeles, una vez recuperada la custodia de Frances Bean en 1992; y se grabaron en febrero de 1993 en los Pachyderm Studios bajo la producción de Steve Albini, a quien la banda veneraba muchísimo gracias al sonido que había logrado con Surfer Rosa de Pixies y Pod de The Breeders, dos de las bandas favoritas de Cobain.
En términos musicales, Cobain declaró que fue con este disco que finalmente lograron el sonido que estaba buscando desde el inicio de su carrera y canciones como “Serve the Servants“, “Frances Farmer…” y “Scentless Apprentice” tienen una peculiar fuerza oscura que pocos productores podrían entender como lo hizo Albini, mientras que “All Apologies“, “Pennyroyal Tea“, “Dumb” y “Heart-Shaped Box” se balancean entre la fragilidad de Kurt y la estridencia de la banda de forma magistral gracias al estilo minimalista de Steve, quien siempre busca mantener la escencia del artista con un mínimo de producción, lo cual permitió que la madurez a nivel composicion musical y lírica de la banda se mostrara mucho más directa y real.
Con la llegada de In Utero, la banda se alejaba por completo del mainstream y trataban de volver al sonido sucio y crudo de su primer trabajo pues no querían que los etiquetaran como unos “vendidos” a la industria. Para Kurt siempre se trató de seguir la ética del Punk (lo que sea que eso signifique) y de mantenerse fiel a sus ideales musicales. No obstante, canciones como “Rape Me” no hicieron sino acrecentar el morbo de los críticos y los fans en todo el mundo. MTV les prohibió tajantemente tocar dicha canción en los VMAs de aquel año y las tiendas Walmart pidieron que el título de la canción se cambiara a “Waif Me”, para poder vender el disco en sus tiendas.
La banda ya había llegado a tal nivel de audiencia que hicieran lo que hicieran estarían bajo el escrutinio mundial con cada paso que dieran. Canciones como “Radio Friendly Unit Shifter” y “Very Ape” reflejan el hartazgo de su compositor con la prensa sensacionalista e incluso la primer línea de “Serve The Servants” se mofa abiertamente del éxito de la banda gracias a la explotación de la angustia adolescente: “Teenage angst has paid off well, now i’m bored and old”. Irónicamente el disco llegó al #1 en las listas de lo más vendido en Estados Unidos en el último trimestre del 93.
Tal vez el dato más interesante a estas alturas sea un agradecimiento a Quentin Tarantino dentro del booklet del disco, como muestra de buena fe luego de que, aparentemente, se buscara incluir a Cobain en un pequeño papel de Pulp Fiction. Sin embargo, la colaboración nunca se concretó y al final fue Eric Stoltz quien tomó el papel de Lance, un traficante de heroína que trabajaba para Vincent Vega, el icónico personaje interpretado por John Travolta. Tres meses después de la pérdida de Cobain, tras la salida de Pulp Fiction en las salas de cine y el lanzamiento del soundtrack oficial, se pudo constatar que Tarantino le regresó el favor a la banda en la seccion de agradecimientos al incluir el nombre de la banda junto a la leyenda: RIP Kurt Cobain.
Hasta ahora se han lanzado dos reediciones oficiales: la de 20º aniversario de 2013 que incluye prácticamente todos los demos, versiones instrumentales y lados B del disco, entre las que destacan “Sappy” y “Marigold” (la única canción en donde Dave Grohl toma la voz principal y Kurt hace los coros) y la ya célebre “I Hate Myself And I Want To Die“, que junto a una remasterización de todo el disco se mantiene como un gran material adicional para los fans.
Y ahora la nueva edicion por su 30º aniversario que incluye dos conciertos inéditos en Los Ángeles y Seattle en CD y DVD, más la remasterización 2023 del album completo junto a los lados B ya mencionados, por lo que realmente no hay nada nuevo, pero seguramente los colecconistas estarán esperando con ansias los dos conciertos lanzados de forma oficial.
Haciendo a un lado la incesante necesidad de gastar en material remasterizado, vale mucho la pena escuchar In Utero por cualquier medio, ya sea para recordar aquella época de nuestra juventud o para recuperar la tradición de escuchar un disco de principio a fin y sumergirnos de nueva cuenta en el sonido grunge de los 90s que vaya que cambió el mundo (al menos en esa década), y nos mostraron que no todo en el Rock era spandex negro con maquillaje blanco y que la parafernalia podía hacerse a un lado para darle más énfasis a la música.
Brindemos hoy por el aniversario número 30 del último disco de estudio de Nirvana: In Utero.