Acid Mothers Temple @ Foro Indie Rocks

Foto Jaime Fernández @jaimefphoto

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Por Diego Álvarez Rex

Hay bandas de Rock psicodélico y Acid Mothers Temple. Uno de los verdaderos pilares en la historia de la resurrección del género a principios de los 90s que los ha puesto en los anales de la historia junto a nombres de culto como The Bevis Frond, The Telescopes o Loop. Su regreso a nuestro país fue uno de esos conciertos simplemente imperdibles.

Gracias a que son también famosos por ser una de las bandas más activas de todos los tiempos, siempre hay un nuevo casete, cd o LP doble totalmente nuevo sobre del que se encuentran improvisando en sus siempre cambiantes conciertos. En esta ocasión, y tras una larga ausencia desde aquel NRMAL 2016, el ensamble presentó una nueva alineación y un sonido menos espacial y mucho más pesado. Un verdadero festín de decibeles en la sala pequeña del siempre impredecible Foro Indie Rocks fue de esos sudorosos e intensos conciertos que muchos llevarán en sus recuerdos como de lo mejor que han visto en el inmueble en mucho tiempo, y es que también es sabido que la banda es de las mejores que hay en vivo en todos los tiempos.

Poco más de una hora, antecedidos por Las Visiones y Sunset Images, fue lo que duró la cátedra de intensa musicalidad donde se dejaron escuchar varios clásicos del grupo como “Blue Velvet Blues”, “Pink Lady Lemonade” y una reversión a las leyendas de los 60s Gong, con una ejecución espectacular del clásico “Flying Teapot”. Una noche de intensa psicodelia de la mano de unos verdaderos maestros en el estilo y que sin proponérselo, siempre dan de los mejores conciertos que uno puede presenciar sin importar la situación. Pasando de lo etéreo a lo estridente en un parpadear y siempre demostrando porqué todos y cada uno de los integrantes son clave para el coloso sonoro que les da fama.

Sin encore o complacencias, la banda nunca perdió el tiempo discutiendo o afinando entre canciones, sino yendo duro y directo el tren cerró con una versión de casi 15 minutos de “Cometary Orbital Drive” muy al estilo del motorik que alimentó los estados de trance de muchos que estaban entre el público claramente entrando a otras dimensiones con o sin ayuda de estupefacientes.