Por Diego Álvarez Rex
Para los que han visto en más de una ocasión a la cantante oaxaqueña, saben que si hay un concierto que no deben perderse es el que cae en Día de Muertos, y más allá de un concierto cualquiera, cuando Lila Downs se presenta en el Auditorio Nacional un primero de Noviembre, es toda una puesta en escena para que todos recuerden con mucho cariño.
Como cierre de su gira por Norteamérica “Dos Corazones”, el equipo de Lila Downs se encargó de montar una ofrenda monumental, una escenografía que fue cambiando conforme avanzó el concierto y se invitó a una serie de músicos con el fin de videograbar toda la producción para un posible lanzamiento en DVD. Entre los invitados se contó con Amanditita que participó en “Solita, Solita”, la cantautora guatemalteca Sara Curruchich para “La cumbia del mole” y un intermedio con el cantante de cumbia norteña Isaac Montijo que trajo a su propia banda para tocar dos temas de su autoría mientras Lila y su banda cambiaban de atuendo.
Después de abrir el concierto con su reversión a Manu Chao y “Clandestino”, el concierto se dividió en una primera parte donde se interpretó de principio a fin, sin un orden específico, la nueva producción de Lila, Las Sánchez, que si bien no es precisamente su mejor álbum, el ambiente durante toda la noche, y en cualquier aparición de Lila Downs en nuestra ciudad para tal efecto, fue de euforia total sin importar la canción; Es importante mencionar que los clubes de fans de Lila Downs se reúnen desde mucho antes que abran puertas para competir quien grita más fuerte entre sí (Los Pecadores, los Una Sangre, los Lila Fans, etc) y es cuestión de un par de canciones dentro del concierto para que todo el inmueble se levante y se adueñe de los pasillos para ponerse a bailar quitados de la pena.
Para la segunda parte del concierto, se vino éxito tras éxito como recompensa a sus seguidores, y es que la cantante sabe muy bien cómo desatar la locura tomándose el tiempo de agradecer a cada uno de sus clubes de fans, y agradecerles el compromiso por más de 20 años.
Después de dos horas y dar todo con “Mezcalito”, “El último trago”, “Cruz de olvido” y su versión de “La Llorona”, Lila se despidió mientras se mostraban los créditos de la monumental producción que se montó para esa noche, agradeciendo a todos los cantantes invitados, y al enorme ensamble de músicos que la acompañaron esperando poder en un futuro recrear este tipo de conciertos más seguido y continuar engolosinado a sus fans como sólo ella sabe hacerlo.