Foto Óscar Villanueva @TheOzCorp
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Weyes Blood @ Auditorio BB
En su primera visita a México nos mostró el poder de su voz y de ser siempre etérea
Por Josuelo
La cantautora estadounidense Natalie Mering, mejor conocida como Weyes Blood, ofreció un ostentoso set de fino Folk-Pop. Desde que se anunció su visita, era uno de los show más esperados, ya que era su primer visita al país y eligió a México como el cierre de su In Holy Flux Tour, su gira más exitosa hasta ahora.
El invitado de la noche para abrir el show fue SANJE, proyecto solitario de Santiago Mijares, músico ya conocido por su banda Big Big Love o por colaborar de cerca con Little Jesus, Petite Amie y Girl Ultra. Sobre el escenario estuvo acompañado de tres músicos, uno de ellos su hermano Patricio Mijares y Luisa Almaguer en segunda voz y coros, representando a la Resistencia Trans del país. Dentro de su breve set, pudimos apreciar su lado más experimental, generar loops en vivo y sus influencias latinas, con guiño cercano al Jazz, ya que esta fue su primera actuación en vivo en México y agradeció la paciencia, el amor y el recibimiento a esta nueva banda.
Minutos después de las 10 de la noche del miércoles, la originaria de Santa Mónica de 35 años, fue fuertemente ovacionada por sus fans. En su cara, Weyes Blood mostró asombro por la cantidad de la gente reunida que gritaba su nombre. Su voz es única y en vivo es soberbia, esa educación y potencia que la destaca, la hace ver como si fuera un acto fácil, pero con el paso del tiempo su técnica se ha vuelto sumamente pulida, su voz como un instrumento, que aprovecha los timbres y que remiten a esos clásicos folk de los años 60 y 70.
A pesar de que Natalie Laura Mering lanzó por primera vez su debut The Outside Room en 2011, realmente fue Titanic Rising de 2019 y And in the Darkness, Hearts Aglow de 2022 editados bajo el sello discográfico Sub Pop que realmente la que catapultó bajo la firma de Weyes Blood. Criada en una familia religiosa, Natalie por momento suena a música que encontrarías dentro de las paredes de una iglesia, como lo vivimo en “Seven Words“. Si bien en esta época ella ha desarrollado un cinismo frente a la religión, su música, con sus solemne paisajes sonoros y matices orquestales de esas teclas nos dejan con esa vibra.
Uno de los grandes aciertos del show es su gran manejo de la pantalla y su selección visual,
sabemos que Weyes Blood es sumamente cinematográfica, Mering preguntó a los asistentes si alguien había oído hablar de Adam Curtis, su documentalista favorito, ya que cuando interpreta el tema de “God, Turn Me Into a Flower”, detrás de ella se proyecta un montaje creado para la gira por dicho cineasta y colaborador frecuente de Massive Attack, que intercala un collage de momentos cotidianos que muestran esa extrema alegría o tristeza, mientras Mering canta: “You yearn to be that dream you could never get to, ‘Cause the person on the other side has always just been you”.
Vestida con un vestido blanco inmaculado y siempre etérea, Mering nos hizo balancear el cuerpo con el tema “Everyday“, única canción en la que se sienta detrás del teclado, demostrando su habilidad al piano. La artista demuestra que tiene gran sentido del humor al preguntar: “¿Creen en la astrología?” a lo cual ella contesta que: “No es real”. Otra de las actividades que ha tenido con sus fans es que siempre les pide le regalen DVDs para poderlas ver durante los trayecto en las gira y aquí no fue la excepción, ya que le aventaron más diez, esperamos sean películas muy destacados de la filmografía nacional, un título que ella leyó en español fue: El Laberinto del Fauno al igual su Dr. Simi con una capa similar a la de ella fue muy celebrado, dejando claro que ella estaba maravillada por la entrega de sus fans de la Ciudad de México.
Uno de los momento más esperados por muchos llega con “Twin Flame” que incrustado en su vestido, hay una parte secreta del pecho que ilumina un corazón rojo brillante hacia el final de la canción, que hace referencia de que en la oscuridad, los corazones brillan; una invitación a ser testigos urgentes de la humanidad de las personas que nos rodean, ver nuestros corazones brillar fuera de nuestros cuerpos. Después “Movies” otro de los grandes momentos de la noche, una canción sobre el cine, donde se proyectan escenas de grandes películas de la historia cinematográfica.
Durante 90 minutos y ya rumbo a la media noche, nada importó más que ser testigos de la etérea colección de canciones de Merling con su gran dosis de belleza de varios de sus himnos dentro de su discografía, esos envolvente arreglos vocales, la calidad de su escritura, que aborda las vicisitudes del amor, el encontrar el afecto, aferrarse a las certezas y el futuro incierto.
El encore estuvo compuesto por tres temas: “A Lot’s Gonna Change” y “Something to Believe” fueron fuertemente coreados, fuimos transportados a un horizonte místico, mientras presenciamos una entrega fascinante de Weyes Blood para así despedirse ella sola sobre el escenario con guitarra en mano y entregarnos “Bad Magic” para poco a poco salir del potencial inmersivo en el que nos encontrábamos, ya que esto fue una prueba para un pronto regreso de Weyes Blood que hizo feliz a muchos de sus fans.
