Wilco @ Frontón México:
Un diálogo a la americana
Por Eduardo Lara @lalolarete
Wilco en vivo en México es una experiencia que me causa muchos conflictos internos. Unos que nacieron en 2020, su primera vez en el Teatro Metropolitan, y que regresaron en este 2023 en su segunda visita. Estos vienen del hecho de que la razón por la que tocan en México es porque realizan su Sky Blue Sky: un festival curado por ellos que se realiza en un hotel lujoso de la Riviera Maya, donde a lo largo de tres días ellos tocan tres sets distintos para repasar su carrera. Este año su curaduría los hizo bookear a Mint Field, y es bueno ver una banda mexicana en esos carteles. Pero a la par me deja un sentimiento extraño el ver festivales de gringos para gringos, en México.
Pero luego era la noche del 10 de diciembre, y tengo a Wilco frente a mí. Tocando en el Frontón México luego de que pocos días cambiaran el venue, dejando el Teatro Ángela Peralta atrás por quejas vecinales. Y cuando veo a Jeff Tweedy con un sombrero vaquero, su guitarra acústica, se me va ese sentimiento raro, bueno parcialmente. Abriendo con “Infinite Surprise” de su más reciente disco Cousin, el cual fue producido por Cate LeBon, para luego seguirse con “Handshake Drugs” del A Ghost is Born.
Es raro el qué esperar de una banda como Wilco tocando en México (ahora sí para un publico mexicano). Lo normal es pensar que tocarían una mayoría de canciones de su disco a promocionar, pero al ser una banda con casi tres décadas de carrera en su segunda visita, se agradece este sentir de cierta “deuda” y por eso tuvimos un setlist donde dos tercios de las canciones que escuchamos fueron de sus discos que no pudimos escuchar en vivo antes. A diferencia de su primera vez en México, acá casi no escuchamos canciones de cuando eran una banda full Country siguiendo la línea de la banda pasada de Jeff Tweedy, Uncle Tupelo, y acá vimos un repaso más por su área donde explorar la americana y el heartland desde un punto de vista más psicodélico y experimental, donde Nels Cline le da un toque de Jazz y estilo libre con sus solos de guitarra monumentales y gigantescos (como en “Impossible Germany”, tal vez el momento más intenso y emotivo de toda la noche). Por eso es interesante notar que, el ya mencionado, A Ghost Is Born fue el que más canciones tuvo ayer. Otra sorpresa fue que tocaran “How To Fight Loneliness” ya que es una canción que, a pesar de ser algo así como un hit para ellos, es muy raro que toquen en vivo.
Pero los momentos en los que brillan más en vivo son en los momentos contrastante. En “Misunderstood” comienza siendo una balada Country, y termina con Tweedy gritando a todo pulmón, casi rasgando su garganta, un “nothing” por más de un minuto. O en “Via Chicago”, con una guitarra muy sureña de Estados Unidos, y en medio de repente todo es caos en un break de puro noise dónde la única melodía que queda es la voz de Jeff Tweedy, junto a los coros de John Stirratt (los únicos dos miembros originales de Wilco desde su inicio). De cierta forma poético y cierta metáfora al cambio, pero ellos dos siendo la única constante.
Finalmente, la noche cerró con “Spiders (kid smoke)”, una épica de más de 10 minutos en el que el público aplaudió al ritmo de la banda, y entre todos se coreó la línea de guitarra principal. Wilco salió del escenario sabiendo que ya son una banda con público mexicano. Y es que el Country y México tienen una historia rara y complicada. Por un lado, el Country ha estado evolucionando y agarrando formas, y por eso ahora vemos a Taylor Swift y sus baladas Country llenar el Foro Sol en segundos. Pero también estrellas del Regional Mexicano aprovechan las áreas grises para combinar los Corridos, Norteña, etc., con las lap guitars y slides, como lo ha hecho Junior H, Carín León, o Edén Muñoz. Finalmente, artistas angloparlantes del género han visitado nuestro país, como Kacey Musgraves, The War on Drugs, y ahora Wilco ha hecho su segundo show como actos principales. Ambos siendo exitosos. México, y el Heartland o Americana siempre han tenido más en común, siempre en diálogo. Y el Wilco el pasado 10 de diciembre es un fragmento de una conversación cada vez un poco más familiar. Y eso me alegra.