Por Diego Álvarex Rex
Viernes por la noche y el Auditorio BB más que una sala de conciertos parecía un horno. Era de esperarse que el regreso de Rodrigo y Gabriela a nuestra ciudad tras casi nueve años de ausencia suscitara una gran convocatoria, pero a falta de un lugar más grande producto del ya acostumbrado atasque de oferta de conciertos en una sola noche, el Auditorio BB les quedó muy chico y por momentos el lugar parecía sobrevendido. Había personas encima de otras con tal de ser parte de esa popular comunión que tiene este dueto con nuestra ciudad durante sus directos.
Presentando su más reciente álbum, In Between Thoughts… A New World, que interpretaron de principio a fin, “RodGab” querían tomarse el tiempo para explicar el concepto espiritual detrás de este lanzamiento, pero sintiéndose ellos mismos abrumados por la emoción, prometieron no perder el tiempo con tantas explicaciones y mejor se enfocaron en dar un concierto que casi llegó a las dos horas de duración. Curiosamente, este álbum que se caracteriza por ser un dueto entre guitarra acústica y guitarra eléctrica, se podría decir que es oficialmente su faceta más descaradamente “rockera” lo que toma mucha distancia de sus materiales pasados. El material bien podría dividir audiencias ya que incluso en vivo la dinámica es más cercana a un concierto de Rock con todo y pistas de apoyo, a los intensos conciertos acústicos que durante más de una década pusieron al dueto en el mapa.
Disculpándose como siempre por no tocar tan seguido en nuestra ciudad, el dueto también aprovechó para presentar varias piezas totalmente nuevas que tienen un sonido aún más cercano al rock instrumental de Joe Satriani, Steve Vai o Alejandro Silva que caracteriza su más reciente lanzamiento, pero recompensando la paciencia de los presentes al dar no uno sino dos encores enfocados en sus lanzamientos pasados. “Soundmaker”, “Hanuman” y “Mettavolution” nos recordaron porque nos gustaba su música en un principio y era claro que el público estaba más que deseoso por oirlas en vivo. El Auditorio BB comenzó a temblar gracias a la euforia del público que brincó prácticamente con dolo haciendo temblar hasta la consola cuando se dieron de corrido estos temas.
El dueto se despidió con “Tamacun” y “Diablo Rojo” prometiendo regresar más seguido a nuestra ciudad, y aunque puede que eso pase o no, lo importante es que una deuda que tenían con nuestra ciudad se saldó, y es claro que pase lo que pase, Rodrigo y Gabriela en la Ciudad de México siempre será un suceso imperdible.