Post Mortem: Steve Albini (1962-2024)

May 8, 2024

steve albini

Post Mortem:
Steve Albini (1962-2024)

Por Ernesto Acosta Sandoval

En 1992, en el momento en el que Nirvana era la banda más grande del planeta, Kurt Cobain buscó a Steve Albini para grabar el álbum que seguiría a Nevermind. La razón para requerir de sus servicios era porque al cantante le fascinaba el sonido en Surfer Rosa de Pixies y en Pod de The Breeders. Albini estaba detrás de ambos. Aquellos dos discos sonaban por completo opuestos a lo que Butch Vig había hecho con Nirvana. Era un sonido seco, crudo, con agudos muy agudos y bajos muy bajos, con la voz sepultada por los instrumentos. Como si aquellas bandas estuvieran tocando en la sala de tu casa. Albini, además, prescindía del crédito de productor. En su lugar, en la funda de los discos en los que metía las manos, aparecía, si acaso, la leyenda “Grabado por”. Para ese momento, los servicios de Albini habían sido requeridos por un centenar de bandas. Para 2004, él mismo no sabía bien a bien con cuántos artistas había trabajado, pero estimaba que alrededor de unos 1,500. Y es que Albini ofrecía sus servicios igual a super estrellas, como Nirvana, que a la banda amateur de Garage de tu cuate en Michigan.



Steve Albini nació en 1962 y se forjó como guitarrista en el Punk, Noise, Industrial y varios subgéneros del estilo. Sus bandas incluyeron Big Black, Rapeman (sobre el desafortunado nombre, el mismo Albini lo descalificó en varias entrevistas diciendo que había sido tan terrible decisión como la de hacerse un mal tatuaje), y Shellac, con quienes de vez en cuando grababa desde 1994 y cuyo sexto álbum está a días de lanzarse.

Cuando Albini aceptó el trabajo de grabar el tercer álbum de Nirvana, les contestó a sus miembros con una carta que resume su ética de trabajo de manera impecable. A continuación me doy a la tarea de traducirla libremente, por el valor histórico que contiene y porque hacen falta más personas con este tipo de visiones en la industria:

Kurt, Dave y Chris:

Antes que nada, permítanme disculparme por la tardanza en contestarles. Cuando hablé con Kurt estaba a la mitad de la grabación de un álbum de Fugazi, pero quise tomarme un par de días entre discos para poner en orden mis ideas. Mi agenda se movió sorpresivamente y apenas ahorita me estoy poniendo al día. Disculpas disculpas.

Creo que lo mejor que pueden hacer en este momento es tal cual de lo que están hablando: echarse un disco en dos días, con alta calidad, pero “producción” mínima, y sin interferencia de zoquetes burócratas. Si eso es lo que quieren, me encantaría involucrarme con ustedes.

Si, en cambio, se llegaran a encontrar en la posición de querer que la compañía disquera los consienta sólo para que después les jale la correa (estarlos jodiendo con re-trabajar canciones y la producción, volver a secuenciar el álbum, contratar a mandaderos para “endulzar” el sonido, entregando todo a algún monigote para remezcla, o lo que sea), entonces qué hueva y no cuenten conmigo.

A mí sólo me interesa trabajar con discos que legítimamente reflejen la percepción de la banda sobre lo que es su arte y su propia existencia. Si se comprometen a que eso sea el eje rector de la grabación, entonces me partiré el lomo con ustedes. Los voy a estar chingue y chingue hasta que quede algo bueno.

He trabajado en cientos de discos (algunos fantásticos, otros buenos, otros más horribles, muchos basura), y he visto la correlación entre la calidad del resultado final y el humor de la banda a lo largo del proceso. Si la grabación se lleva mucho tiempo, y todos se ahuevan y empiezan a escudriñar cada paso, entonces el resultado no se va a parecer en nada a la banda en vivo, y rara vez será algo digno. Hacer discos de Punk es, en definitiva, uno de esos casos en donde más “trabajo” no garantiza un mejor resultado. Claramente, ustedes mismos han aprendido esto y seguro apreciarán la lógica.

Sobre mi metodología y filosofía:

1. La mayoría de los ingenieros y los productores ven un álbum como un “proyecto”, y a la banda como sólo un elemento más de ese proyecto. Es más, consideran que la grabación es poner sonidos uno sobre el otro, bajo el control total de alguien más arriba. Si la banda no está conforme con el resultado, ni modo. Mientras el “proyecto” se apruebe por la gente que tiene el dinero.

Mi método es lo opuesto.

Para mí, la banda es lo más importante. No es mi lugar decirles qué o cómo tocar. Puedo opinar si considero que algo es un error o se está progresando, pero si la banda decide hacer algo, yo me encargo de que se concrete. Me gusta dejar espacio para accidentes o caos, no tiene ningún chiste hacer un álbum donde todo esté acomodado, y cada golpe en la batería suene igual. Cualquier idiota con presupuesto lo puede lograr. Prefiero hacer discos que aspiren a la originalidad, a tener personalidad y que suenen entusiastas. Si todo está cronometrado y programado con computadoras, se pierde la esencia de la banda en vivo.

2. No considero que grabar y mezclar sean labores independientes hechas por especialistas que no estuvieron involucrados en todo el proceso. El 99% del sonido de un disco se establece cuando se está comenzando a grabar. En mi experiencia, re-mezclar nunca ha resuelto un problema que, para empezar, no haya existido. No me gusta re-mezclar el trabajo de otros ingenieros, y no me gusta grabar cosas para que alguien más las re-mezcle. Re-mezclar es un trabajo para cobardes sin talento que no saben afinar una batería o apuntar un micrófono.

3. No tengo un cajón de trucos o un “evangelio” de técnicas que le aplico indiscriminadamente a todas las bandas con las que trabajo. Cada banda es diferente y se merece el respeto de dejarlos trabajar con sus gustos y preocupaciones. (…). Querer aplicar mis gustos a lo que grabo es tan estúpido como querer diseñar un auto empezando por la tapicería. Ustedes son los que tienen que decidir y articular a qué quieren sonar para que podamos partir de un mismo lugar.

4. Dónde grabemos el disco no es tan importante como cómo lo hacemos. Si tienen un estudio en el que les gustaría trabajar, no hay pedo. De otra forma, puedo darles sugerencias. Tengo un estudio de 24 canales muy lindo en casa (Fugazi acaba de estar acá, pregúntenles qué les pareció). Conozco también lugares en casi todo el Medio Oeste, la Costa Este y unos cuantos más en el Reino Unido.

Me preocuparía un poco ofrecerles mi hogar en lo que graban no por otra cosa, sino porque son celebridades y no me gustaría que se supiera en el vecindario y que tuvieran que enfrentarse a mamadas de fans, aunque es un gran lugar para mezclar.

(…)

5. La lana. Le expliqué esto a Kurt, pero más vale volverlo a mencionar aquí. No quiero y no recibo ni un centavo de regalías de ningún disco en el que trabaje. Nada. Punto. Me parece que el que un productor o un ingeniero reciba dinero de regalías es algo moralmente indefendible. La banda es la que escribe las canciones. La banda toca la música. Los fans compran los discos. La banda es responsable de si es un buen álbum o no. Las regalías le pertenecen a la banda.

Quiero que me paguen como si fuera un plomero. Yo hago la chamba y ustedes me pagan lo que vale. La disquera les va a decir que me den un 10 o un 15%. Si esperamos ventas de tres millones, serían unos 400 000 dólares. No hay manera en la que yo les pudiera cobrar tanto pinche dinero. No podría ni dormir.

Tengo que estar cómodo con la cantidad que me paguen, pero es su dinero, e insisto en que ustedes también tienen que estar a gusto. Kurt sugirió pagarme una parte que yo considero es el pago completo, y luego si de verdad creen que me merezco más, me pueden pagar el resto después de digerir el álbum por un rato. Eso estaría bien, pero podría ser más complicado de armar de lo que vale la pena.

Como sea, confió en que serán justos conmigo y sé que ya deben estar acostumbrados a los criminales de las disqueras. Les dejo la decisión final del pago. Cuánto me paguen no tiene que ver con el entusiasmo que me provoca trabajar con ustedes.

Habrá gente en mi lugar que espere un aumento en la chamba luego de trabajar con su banda. Yo, sin embargo, ya tengo más trabajo del que puedo manejar, y francamente, la gente a la que esas pendejadas les parezcan atractivas no es con quien me gustaría colaborar. Por favor, no consideren esto un problema.

Eso es todo.

Por favor, llámenme si tienen dudas de cualquier cosa.

Si un álbum se lleva más de una semana en grabarse, alguien la está cagando.

Oi!

Post escrito por: Ernesto Acosta

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