Keinemusik: &me + Adam Port @ Parque Bicentenario
Por Luis Arce @lsfarce
Hay una fórmula. &me y Adam Port conocen exactamente los efectos que quieren lograr con su presentación. Todos sus actos en vivo siguen la misma línea: varias composiciones encadenadas a través de sampleos, acordes mayores en piano y sintetizador, voces seductoras, que, en conjunto, construyen a forma de crescendendo, el build-up hasta llegar a un drop casi siempre caracterizado por su efecto eufórico. La fórmula se repite, como en casi todo el House de festival, más de 30 veces a lo largo de casi seis horas de concierto. Y sin embargo el colectivo Keinemusik, en esta ocasión representado por dos de sus mejores DJs, &me y Adam Port, siempre consigue que el efecto se sienta distinto.
Su presentación de este 14 de septiembre en el Parque Bicentenario no fue la excepción. Pero siempre hay algo: un acorde se rompe, una melodía hasta el momento extraña entra en la mezcla y la modifica por completo, un sampleo solitario inunda el recito con una voz que invita al público a seguir bailando, un drop termina siendo un falso drop como pretexto para la construcción de más momemtum. Ese tipo de improvisación corresponde sólo a los músicos que mejor atienden el material con el cual están trabajando. Todos los Keinemusik son expertos en ello.
Su historia puede ya contarse por sí sola: desde 2009, Rampa &me, Adam Port, Reznik y Monja, cuatro DJs y una directora de arte conforman un colectivo que ha encontrado ya suficientes métodos para redefinir lo que esperamos o podría esperarse de la música Techno y el House. Uno de estos métodos consiste en una serie de presentaciones que ya hoy día parecen extenderse hasta el infinito. Dubai, São Paulo, Ibiza, Montreal, El Cairo, Ciudad de México, Tulum, Los Ángeles, New York, Cartagena y una lista casi inabarcable de ciudades pueden ser visitadas en prácticamente cualquier momento del año por alguno de los cuatro DJs, siempre bajo la misma bandera y una escenografía bastante icónica (la nube que les acompaña por encima de su cabezas). Esta lógica de fiestas y encuentros que rayan en lo delirante (como el fanático que sigue a su equipo a todas partes), donde un público a veces más, a veces menos atento a la música en sí, acompasa la presentación con una energía de festival, sin perder el respeto por el Techno hecho y pensado a puertas cerradas.
Es cierto, la mayoría de los DJs suelen dar giras así, después de todo, pueden ejecutar un set completo armados únicamente con una memoria usb, entonces recorrer el mundo haciendo bailar a la gente no supone una tarea del todo compleja, pero lo de Keinemusik parece haberse convertido en el ejemplo mejor pensado de todo ese movimiento. Porque no sólo es la fiesta, sino también la idea de recorrer diversos lugares del planeta mostrando que existen ritmos y fórmulas que pueden entenderse en prácticamente cualquier lugar, es un lenguaje, sí, digámoslo, común. Pero es ahí donde precisamente radica su magia, el colectivo, en realidad, se ha hecho a razón de eso: repetir, entender y repetir para modificar. Por eso sus sampleos provienen, en general de música del mundo, de piezas extrañas y descubrimientos que otros djs, muchas veces los mismos que abren sus espectáculos, les han hecho. Escuchan prácticamente todo lo que les sucede y de la misma lo comparten. Una pieza que sonó por vez primera en África, luego puede sonar, retocada, en Hamburgo y luego en Río.
En suma, su trabajo es todo acerca de crear una colectividad. Transformar la experiencia del festival en ese espacio de la experiencia humana donde hace más falta sentir que pensar, pero al ser pensado uno puede encontrar una lógica potente que lleva desde la improvisación y la intuición musical a la creación de una escena que es capaz de trascender mucha de la frivolidad del Techno contemporáneo y colocar a los escuchas frente a una experiencia que muestra siempre los mismos elementos y sin embargo, nunca es la misma.