Residente @ Palacio de los Deportes

November 8, 2024

residente palacio deportes mexico

Foto Antonio Carlos Solorzano @thespectraltiger

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Por Antonio Carlos Solorzano (@thespectraltiger)

Siempre he pensado que hay personas que conforme pasa el tiempo sólo envejecen, mientras que otras maduran. Y siento que Residente, después de lo que miles presenciamos anoche en su concierto conmovedor en el Palacio de los Deportes, forma parte de las segundas.



Empecé a escuchar Calle 13 mucho antes que se hicieran famosos allende Puerto Rico y el Caribe, porque soy mitad puertoriqueño. Desde un principio me llamó la atención la actitud desafiante, contestaria, irreverente y no conformista de René Pérez Joglar, nombre de pila de Residente.

Su sencillo “Querido FBI” de septiembre de 2005 fue una tiraera en contra del Buró Federal de Investigación y el gobierno norteamericano. Así miles de personas a lo largo y ancho de la isla, así como los que estábamos en la diáspora, escuchamos a “un chamaco que le tiró a los gringos” tras el asesinato del líder revolucionario independentista puertorriqueño, Filiberto Ojeda Ríos. Y es que el sentimiento de identificación con otrxs independentistas boricuas no es poca cosa, sobre todo si pensamos en la labor de desacreditación que el gobierno norteamericano lleva ejerciendo en contra de cualquier afán independentista por más de cien años.

Por eso no fue poca cosa escuchar a alguien tirándole abiertamente al gobierno en un contexto de descrédito contra todo afán independentista y de auto-determinación de la isla. Durante décadas había existido una actitud hostil generalizada en contra de expresiones artísticas que se asociaran con el independentismo puertorriqueño o se alejaran de los parámetros establecidos por los afanes de estadidad o de perpetuar el limbo colonial llamado Estado Libre Asociaddo.

De esta manera lxs artistas que se atrevían a tener expresiones públicas de tipo contestatario e independentista estaban en riesgo de ser exiliadas a los márgenes de la sociedad puertorriqueña. Partiendo de esas narrativas que buscaban hacer un barrido de la historia de pugna independentista, una parte importante de la sociedad puertorriqueña rechazó a Calle 13 y Residente (y siguen haciéndolo hoy día).

Sin embargo no contaban que tanto René como la banda estaban dándole voz a una generación de jóvenes boricuas que no necesariamente se sentían representados ideológicamente por algunxs de los artistas más populares de Reggaetón a principios de los dos miles. O que tampoco conocían a agrupaciones y artistas de Rap underground puertorriqueño que llevaban años, desde las periferias, tratando de despertar consciencias a través de la militancia del Hip Hop.

En dicho contexto Calle 13 llegó a cubrir un espacio no ocupado por ningún otro exponente o colectivo musical. No pertenecían a la cultura Hip Hop en español, tampoco eran un combo de Reggaetón y, ciertamente, tampoco eran una banda de Rock. Como parte de la auto-complacencia mercantilizadora de la industria musical terminaron siendo catalogados como Alternativos.

Así Calle 13 se convirtió en una especie de oveja negra, producto de la convergencia de diversos géneros, que no los reconocían como pertenecientes a sus escenas. Residente, en tanto que frontman de la banda, asumió posturas cada vez más desafiantes y contestarias, tanto en las letras de sus canciones como en sus posicionamientos políticos, lo que llevó a enfrentarlo con públicos a lo largo y ancho de Puerto Rico, el Caribe, y más tarde en Latinoamérica, Estados Unidos y Europa.

No es de sorprender que en ocasiones el aspecto musical de Calle 13 quedó en ocasiones en un segundo plano, a pesar de ser una de las bandas más relevantes de Puerto Rico y de habla hispana, que sólo puede entenderse en su justa medida a la luz del proceso de colonización de la isla. Pero esa misma postura contestataria y desafiante posibilitó que la banda trascendiera el insularismo del 100 x 35 (las millas aproximadas de la isla, que se emplean como referente cotidiano de la isla) y se hermanara en un diálogo con el resto de Latinoamérica y el continente americano.

Tiempo después, tras la disolución de Calle 13, vimos la transición de Residente hacia nuevos parajes creativos que lo han llevado a distintas manifestaciones artísticas, hecho que ha tenido un impacto, de una u otra manera, en su evolución como músico.

En 2017 lanzó Residente, su primer disco como solista. Algunxs fans de Calle 13 no recibieron con total agrado la producción y empezaron a alejarse de su carrera porque sintieron que ya no era lo mismo musicalmente y llegaron a comentar que sin el junte de PG-13, Visitante y el resto de la banda, el sonido era muy distinto a lo que estaban acostumbradxs. Y quizás no se dieron cuenta que en su afán de encontrar una continuidad de la extinta banda estaban perdiendo la oportunidad de escuchar algo nuevo y diferente por parte del cantante puertorriqueño.

Con el disco Residente quedaron claras varias cosas. En primera instancia, Calle 13 había sido una banda irrepetible, que dependía de la participación y creatividad de todxs sus integrantes. En segunda, que René también tenía caminos musicales nuevos e interesantes por recorrer, llenos de experimentaciones sonoras, que no siempre iban a ser del agrado de su público. Algunas de estas experimentaciones han sido mejor logradas que otras, pero se han sentido comprometidas y genuinas con la visión artística y conceptual de René. Distanciándose de la manía de otras propuestas musicales de insertarse en las tendencias con tal de mantenerse relevantes (aunque no faltan quienes digan que las tiraeras del cantante han sido más efectistas que otra cosa, para mantenerlo en la mirada pública).

Siete años después de su primer disco, Residente regresó con Las Letras Ya No Importan, su segundo álbum como solista. Un álbum en que se le siente cambiado y más maduro, quizás producto de las experiencias artísticas y personales que ha tenido en ese lapso que se tardó en sacar un álbum de nueva cuenta. Con el disco René participa en distintas conversaciones actuales relacionadas con arte, música, política, colectivos e individuos a través de distintos géneros. Y por eso es una producción sólida que ha sacado temas que, como pasaba con Calle 13, han conectado con diversas generaciones de fans y por ello que no sorprende que siga llenando sus conciertos a pesar que ya no tenga la fama que tuvo en lo más alto de su carrera con la extinta banda.

La música y cortes de Las Letras Ya No Importan no superan en popularidad lo creado con Calle 13, pero tampoco buscan hacerlo. Y en medio de sus líneas, canciones, videos musicales y conciertos, se nota la maduración de uno de los artistas más importantes que Puerto Rico haya exportado en lo que va del siglo XXI. Y así llegamos al punto en que Residente armó la gira de Las Letras Ya No Importan.

Residente salió pocos minutos después de las nueve de la noche al escenario junto con artistas multidisciplinarios talentosísimxs que lo acompañaron a lo largo de la velada. La tarima estaba preparada con una escenografía que tenía dos podios para conferencias con las inscripciones “René” y “Residente”, lo que lo llevaba a interpretar las canciones habitándose desde cada uno de esos personajes. También había una pantalla vertical al centro del escenario, que funcionaba como una especia de lienzo en el que se proyectaban las pinturas que estaban creando en vivo, así como las letras de las canciones que estaban siendo mecanografiadas en directo (alegorías que dan cuenta que tanto el arte como las letras siguen importando). También en el escenario había utilería diversa, una botella de ron que cargó en distintos momentos de la velada, así como la famosa gorra con la R de Residente que ha pasado a formar parte de la narrativa histriónica del cantante y que se puso cada vez que interpretó algunos de los temas de Rap o tiraeras de su catálogo musical.

Entre algunos de los puntos esenciales de la noche tuvimos que abrió con “René”, su canción de siete minutos y que, a pesar de no ser amigable con la supuesta exigencia de brevedad en las tendencias actuales, es un tema conmovedor que corearon todas y cada una de las personas presentes en el Palacio de los Deportes. Más tarde en la noche el boricua compartió algo que ha dicho brevemente en entrevistas. Esto es, que México es un lugar muy importante para él porque escribió “René” estando en la Ciudad de México, mientras atravesaba por un episodio oscuro en el que contempló quitarse la vida. Pero un concierto en la capital mexicana en el que tuvo una respuesta cálida y energética por parte del público mexicano, fue una de las cosas que le ayudaron a no hacerlo.

También interpretó “Ron en el Piso”, uno de sus temas nuevos en el que hace un recuento nostálgico, pero celebratorio, a través de las distintas etapas de su vida. Canción que llena de nostalgia a todas las personas que lo hemos seguido desde el principio. En varias ocasiones se puso la gorra con la R para interpretar sus temas más desafiantes o tiraeras (“El Pecador”, “BZRP Session”, entre otros).

Interpretó “Atrévete-Te-Te”, la canción que catapultó a la fama a Calle 13. Del mismo modo, tocaron “Latinoamérica”, ese himno esperanzador y combativo que ya se siente eterno y que resuena con muchas de las experiencias cruentas que hemos atravesado a lo largo y ancho de la región.

Después formó el pandemonio a la hora de interpretar “Fiesta de Locos” o “Vamo’ a Portarnos Mal”. O bien, presentó la bellaquera y el erotismo hechos canción con “Que Fluya”, uno de sus temas nuevos con Arcángel.

Después de despedirse brevemente del escenario, Residente y la banda regresaron a tarima para cerrar la noche interpretando la emotiva “313”. Así cerraron una velada conmovedora y llena de energía, que nos llevó por algunos de los clásicos que creó con Calle 13, así como por temas interesantes y evocadores de sus discos como solista, Residente y Las Letras Ya No Importan, que suenan mucho mejor en vivo.

En los mismos años que René lleva en activo, diversxs artistas puertorriqueñxs de Rap, Reggaetón, Urbano, Alternativo y otros géneros han ido quedándose en el camino. Residente comparte en esta etapa que el transcurrir del tiempo no es en vano y sabe que no goza de la popularidad y fama con la que contaba al inicio de su carrera. Pero esa noción, probable signo de un proceso de maduración personal y artístico, parece haberlo liberado para hacer lo que quiere, incluido ser más honesto con lo que siente y piensa, como cuando compartió que a veces no quisiera estar de gira ni en escenarios, pero que cuando siente la energía del público en vivo se da cuenta que disfruta seguir haciéndolo. Y así, en medio de la candidez y vulnerabilidad, Residente parece que ha madurado más de lo que ha envejecido.

El concierto de Residente en el Palacio de los Deportes estuvo caracterizado por la teatralidad, performance, honestidad y experimentación musical en vivo. Un conjunto de artistas multidisciplinarios talentosxs le acompañaron en tarima para crear una experiencia inolvidable que se sintió a un mismo tiempo grande y poderosa, así como entrañable e íntima. Recordándonos sus famosas barras de “Adentro”: “Soy como los boxeadores / manejo mal el dinero / invierto todo en mi carrera, porque el arte va primero”. Y es que el performance que montaron en el escenario del Palacio de los Deportes ratifica que Residente es un artista que busca ser congruente con lo que profesa.

Post escrito por: Blogger invitado

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