Por Diego Álvarez Rex
Sólo mentes geniales y honestas son capaces de hacer lo que Band of Horses en directo. Una banda que bien podríamos tachar de “Súper-gringa” llega más allá del pastiche a Rock sureño creciendo en escena hasta alcanzar la gloria de “americana contemporánea“ en todo su esplendor.
Sorpresivamente, la aparición inicial de los originarios de Seattle, pero ahora oriundos de Carolina del Sur, sobre el escenario de El Plaza Condesa la hicieron dándole la espalda a la audiencia para exhibir las chamarras que recién habían recibido como obsequio por parte de un intruso en los camerinos, que se encargó de vestirles con la ya fastidiosa leyenda de “Mexico Is the Shit”. Tomadas las fotos, las chamarras desaparecieron y sus típicas camisas a cuadros y gorras de camionero aparecieron sobre de ellos para arrancar con steel guitar y órgano Hammond a tope con “Monsters”, un tema de poderoso in crescendo a modo de advertencia sobre el derrame de miel que pueden llegar a ser.
Tras ese arranque, que contribuyó a crear una atmósfera de oscuridades templadas, Ben Bridwell y compañía demostraron una indudable técnica de ejecución 100% hecha en la tierra de la tarta de manzana, del beisbol, y de los bailes de graduación en color pastel. Melódicos y atemporales acordes que sacuden un polvo viejo cada vez que son interpretados. Las capacidades interpretativas que exhiben en temas como “Marry Song”, “Throw My Mess”, “Older” y “St. Augustine“, no dejan dudas de que tienen lo suficiente para demostrarse entre las bandas a ocupar un importante lugar dentro de los cada día más fructíferos campos del Country y Folk Rock, aquel espacio donde bandas de rock como Kings of Leon le han cobardemente huido, pero otros como Conor Oberst y Willy Mason han trabajado para su reivindicación.
Bajo este manto de las rayas y estrellas la noche tomó bríos que igualmente llegaron debajo del entarimado puesto que gran parte de la sala medio vacía (o medio llena), eran de origen norteamericano, como sí de aquel recital de Dave Matthews Band donde de pronto los mexicanos éramos la escalofriante minoría.
Apostados tras una actitud humilde, sencilla y sobria, pero que no escondía la alegría de estar sobre el escenario al permitirse unas pequeñas improvisaciones entre tema y tema, Band of Horses aderezó la ejecución de sus composiciones con una interminable ola de elogios al público mexicano que tacharon en lo excesivo, verdaderamente estaban agradecidos de ser recibidos en la gran capital con tanta euforia, anteponiendo una voz limpia y parsimoniosa que culminó en la grandiosa recta final de “The Great Salt Lake”, “Is There a Ghost“, “The General Specific” y “The Funeral”.
Una gran noche para la música de guitarras y el Country Rock alternativo, tan grande como lo puede ser esta música tan única de los Estados Unidos, y es que este tipo de bandas por acá ya cada vez son más rara. Ya no viene de visita My Morning Jacket, Jenny Lewis o M. Ward por estos lados. ¿Quién verá por nuestros vecinos del norte cuando se trata de este tipo de talento?
Pingback: Las mejores fotos de 2017 de MHR - Me hace ruido
Pingback: Entrevista /// Band Of Horses al español - Me hace ruido