Grizzly Bear:
Why is that the way it is?
Por José Marr @JR_Marr
Razones de sobra hay para ver a Grizzly Bear, y muchas de esas no hay que inventarlas o argumentarlas, porque ésas razones las han dados grandes estrellas de la música de los últimos años. Ahí está Jonny Greenwood de Radiohead, diciendo que son su banda favorita de la actualidad. Trent Reznor (Nine Inch Nails) diciendo que se volvió a maravillar con la música cuando escuchó su discografía (aunque después los criticó por salir en un comercial de Volkswagen), y tampoco se puede olvidar cuando Robin Pecknold (Fleet Foxes) dijo en 2009 al escuchar Veckatimest que Grizzly Bear había hecho el álbum de la década (por encima de piezas como Kid A, Is This It, etcétera). Si esos elogios no parecen suficientes, habrá que hacer el recuento de sus tres primeros discos con la banda como se conoce actualmente, pues Yellow House (Warp, 2006), Veckatimest (Warp, 2009) y Shields (Warp, 2012) han sido trabajos sumamente alabados, siempre causando en cada persona que habla al respecto, no poder decidir cuál es el mejor de todos.
Grizzly Bear ya había pisado tierras aztecas a principios de 2013 como parte de la gira de Shields. Quienes pudieron presenciar la actuación de la banda aquella noche en el Auditorio Blackberry constataron la espectacular forma en que el sonido barroco e intrincado de sus discos se recrea casi a calca. El poder penetrante de la voz de Droste, las guitarras rugientes de Rossen, el bajo y complementos envolventes de Taylor o la inequívoca y compleja batería de Bear.
Este 2017, tras una larga espera, la banda estrenó su quinto disco de estudio Painted Ruins y primero con una transnacional como RCA Records, si bien fue un “declive” en su estándar de élite que habían mantenido, es cierto que da una cara un poco más humana y con cosas más convencionales pero viniendo de músicos altamente capaces, pues cada uno ha tenido participaciones notables en proyectos paralelos -a veces ajenos a la línea de Grizzly Bear– ya sea como productores o compositores. La oportunidad de ver como funcionará una canción Pop como “Mourning Sound“, las acrobacias sonoras de “Three Rings“, los cuerdas enredadas y golpes escabrosos de “Cut-Out” (su mejor canción del 2017) o los fenómenos electro-atmosféricos de “Sky Took Hold“, todas complementadas en un set con piezas ya clásicas como “Yet Again“, “Sleeping Ute” o “Two Weeks” representan una oportunidad única e imperdible.
En su segunda visita a México para un concierto, Grizzly Bear viene a visitar a sus fans de toda la vida, a conquistar nuevos y a avisar que seguramente vendrá para 2018 en otra presentación en singular para presentar Painted Ruins como debe de ser. Más que una recomendación para que los veas, ésta, es una advertencia de que sería un error perdértelos.