Por Tlaloc Ruiz
Fue hace cinco años cuando Iceage encendió la primera hora del escenario Corona, armando un muy pequeño circle pit, al mismo tiempo que Deap Vally se presentaba en el escenario Capital, en un Corona Capital 2013 donde compartían cartel con The Breeders, Travis, Stereophonics, Arctic Monkeys, QOTSA, Dinosaur Jr., Blondie y muchos otros más. Una alineación ultra memorable.
Esos cinco años fueron los que tardaron en regresar, es real que muy poca gente los bailó y los cantó en 2013, pero ahora con tres discos bajo la manga y la critica musical cayendo como moscas ante sus encantos ¿la cosa se verá un poco diferente? En realidad… no tanto… Sala nunca terminó de llenarse, podías pasar entre los grandes huecos fácilmente y tener muy buen espacio para bailar, pero esta vez iban los verdaderos fanáticos, no curiosos a ver qué pasaba.
Al escenario del Sala solo suben: Johan, Dan, Jakob y Elias (el rostro de la banda, todes mueren por él), la alineación clásica. En su gira europea los acompañan un saxofonista y un violinista, eso es lo que les da ese plus shoegazero, psicodélico y muy súper diferente a sus pasados trabajos. Pero al venir sin ellos, todas las canciones suenan muy primigenias, crudas y si a eso le sumamos las fallas en el escenario, los hace ver un tanto principiantes.
Si en estudio “Hurrah” se escucha muy alegre, brillante y suprema; “Pain Killer” se escucha intensamente popera y “The Day The Music Dies” suena a una gran evolución instrumental… En vivo se escuchan muy sucias, lodosas, Punk sin temor a hacerlo todo mal. “Under The Sun” la que algunos medios describen como embriagarse con un burbujeante champagne, en vivo suena demasiado estruendosa, nada comparado siquiera a lo que suena en su show en la KEXP.
Al final, al menos de este lado del charco, parece más obvio que Iceage son unos músicos que conocen muy bien la formula musical de lo que hacen y la formula escénica que pueden lograr. Elias es un showman arrogante que sabe como hacerse querer y pretender que no le importa que ser admirado. Eso sí, lograron hacer un pequeño circle pit que duro una sola rola y Elias enloqueció a su público aventándose a ellos para hacer un body surfing.
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