The 1975 @ Palacio de los Deportes:
Desconocidos siendo divertidos en un idioma extranjero
Por Eduardo Lara @lalolarete
Creo que para ser un buen artista de arenas más que tener música ruidosa que llene un recinto gigantesco, lo que necesitas es carisma. Y The 1975, liderados por Matty Healy, son un gran acto de arena.
Para el oriente de la Ciudad de México, el 30 de marzo ha sido uno de los panoramas más caóticos, pero a la par lindos que ha visto. En un radio menor a un kilómetro había cuatro conciertos sucediendo al mismo tiempo, los gritos se alternaban entre recinto y recinto, y después de mucho movimiento, gente preguntando si iba bien a su destino, el Palacio de los Deportes poco a poco fue llenándose. Para eso de las nueve con quince minutos las luces se apagaron, y la pantalla que estaba instalado en el escenario se prendió. Una imagen a blanco y negro nos mostró a Matty Healy acostado en un sillón, y empezamos a escuchar un saxofón y una guitarra acústica. La cámara empezó a moverse hacia atrás para mostrarnos a toda la banda reunida en un camerino, sus músicos de gira tocando el saxofón y guitarra acústica, y salieron de ese camerino. No era una grabación, era una transmisión en vivo de ellos caminando por el Palacio de los Deportes camino al escenario. Las expectativas y euforia al cien, los gritos al cien. Toda una actitud rockstar para que remataran con todos vestidos de gala, Matty Healy con cigarro en boca y una botella de vino medio vacía en su mano. Que actitud.
Gran parte de su set fue para tocar en vivo las canciones de su último disco Being Funny in a Foreign Language. Pero en los momentos cuando regresaban a su sonido clásico de una banda de garage que les gustaba agregar sintetizadores a sus ritmos, la energía era gigantesca, como al final del su set con “Sex” y todo el Palacio bailando.
“Hoy nos estamos enfocando sólo en los hits”, decía Matty Healy mientras se veía un dos-tres ebrio. Y sin duda el show que vimos no es con el que tourearon en Estados Unidos o su natal Reino Unido, donde todo era más performativo trayendo una casa que servía como espacio de reflexión. Acá vimos a la banda divertirse, tocar fuerte, rápido, y aunque la interacción con el público fue muy menor, la organización de las masas demostró de nuevo que funciona ya que así lograron incluir en su setlist “Paris”.
Pero aún así, aunque hubiera cierta distancia entre la banda y el público, la energía de Healy al hacer cosas tan sencillas como sentarse a tomar oxígeno (nuestra altitud no es tan alta, no exageres), lo hace con tal gracia que hace que de alguna forma las baterías resuenen más, las guitarras llenen cada rincón, los sintetizadores iluminen hasta el último asiento, y ese sexy saxofón que traen coloreé todo el techo de cobre del Palacio de los Deportes. Y eso los hace una gran banda en vivo. Pero me quedo con el final de “About You”, donde la cámara enfocaba a asistentes del público, riendo, abrazándose, cantando; y mientras cerraban la canción con los sintetizadores una pareja apareció en las pantallas y se besaron de una forma que parecía indefinida o el último beso del mundo. Y ese sentimiento tan específico de amor, alegría, de querer fundirse con el otro, creo que resume muy bien lo grandes que son The 1975.