Arctic Monkeys @ Foro Sol: ese amigo que extrañamos

Cortesía César Vicuña (OCESA)

Arctic Monkeys @ Foro Sol:
Ese amigo que extrañamos

Por Eduardo Lara @lalolarete

Mi relación con los Arctic Monkeys es extrañísima. Es un amigo que vive en la distancia y raramente sé de él. Cada uno en lo suyo, pero cuando nos vemos una vez al año o después de mucho tiempo es como si no hubiera pasado nada. Y es así como al escuchar la voz rasposa de Alex Turner intentando imitar entre a Frank Sinatra y a James Dean inmediatamente sé que estoy de nuevo en brazos conocidos. Y ver a este amigo de hace mucho tiempo, pero poco frecuente, es pasar por un golpe de realidad del paso del tiempo, con sus notas de alegría, tristeza, y mucha nostalgia.

Entonces, el 6 de octubre así fue en el Foro Sol. Y me gusta mucho pensar en la evolución de esta banda, los Arctic Monkeys pasaron de ser una banda de pub londinense, con un look que parecía sacado de CU, a una banda de estadios, con un diseño de escenario increíble: pantalla gigantesca circular al fondo adornada de un estilo art deco, una bola disco gigantesca en la que se lle “monkeys” mientras gira, y todo siendo grabado en equipo análogo, o que al menos parece emularlo, que continúa la vibra que comenzaron en su tour pasado de estar perdidos en el tiempo y espacio donde el pasado dialoga con el presente.

Después de que vimos a nuestros queridos Fontaines D.C. dar un pequeño, pero bastante consistente set como acto invitado, en el que escuchamos bastantes canciones de su último disco, Skinty Fia, y que cerraran con “I Love You” con la que nos recordaron porque son una de las bandas más interesantes actuales, Alex Turner, Nick O’Malley, Matt Helders, Jamie Cook, y los músicos que traen como refuerzos, salieron a un Foro Sol repleto de viejos seguidores, pero también algún que otro nuevo, o que era la primera vez que los veían.

Abriendo con “Sculptures Of Anything Goes”, de su disco del año pasado The Car, la noche terminó siendo de bastantes sorpresas porque terminaríamos escuchando más clásicos de su repertorio, que de este disco que le están haciendo promo. Siendo el AM el mayor cantado con “Do I Wanna Know?”, “Knee Socks”, “Why’d You Only Call Me When You’re High?”, “Arabella”, “Snap Out Of It”, y el cierre del concierto sería con “R U Mine?”. Y esto hace que no deje de pensar en que el primer disco que tuve de ellos justo fue este, cuando una compañera de mi secundaria me lo regaló en el intercambio de Navidad. Esas guitarras pesadas y estilo de rebeldes sin causa les quedó muy bien, y parece que fue ayer 2013. Pero ya son diez años de ello.

Pero tuvimos grandes momentos escuchando algunas canciones de The Car. Como la versión alargada llena de psicodelia y solo de guitarra de “Body Paint”, cuando la bola disco por fin ilumina todo el venue en “There’d Better Be A Mirrorball”, y el sentimiento y pasión en “Hello You”.
El resto del show fue una montaña rusa de clásicos, desde sus momentos más guitarrozos y de distorsión con “I Bet That You Look Good On The Dance Floor”, “Teddy Picker”, “All You Pretty Visitors”, o “Crying Lighting”.

Pero el momento más lindo, incluso íntimo, fue en “Fluorescent Adolescent”. Y es que una canción Pop de poquito más de tres minutos que por ratos tiene unas letras que parecen no decir nada, pero sí mucha nostalgia y un llamado a recordar esos viejos momentos. Y es ahí cuando me doy cuenta de que sí tengo bastantes amigos que hace rato no les marco, no les veo. Pero que sé que están en su propia vida, y les va bien. Todos vamos por ahí bajo la incertidumbre, pero esperanzados a que obtendremos, eventualmente, lo mejor. Y para esas ocasiones donde les extrañe más, mas cerca del corazón sienta sus recuerdos de risas y aventuras, y me duela ya no estar ahí, siempre tenemos a los Arctic Monkeys que nos llevan a esa época perdida en el tiempo y espacio, alojada en nuestra memoria, a la distancia de un acorde.