Post-Mortem
Shane MacGowan (1957-2023)
Por Fred Castillo Dávila @FredCastilloDa1
El día de hoy 8 de diciembre 2023 se ha llevado a cabo el funeral de Shane McGowan una de las personas más retadoras y queribles, según relatan innumerables amigos, compañeros de profesión del irlandés. Si tomamos por la derecha las palabras de Nick Cave, Mariana Enriquez, los compis de The Clash, y un largo etc. tenemos que afirmar que Shane McGowan es una de las figuras a través de quienes se explica, moldea e interpreta el gusto de la música popular contemporánea asociada con el Punk, Folk y Rock. Las orejas, los dientes o la ausencia de ellos, el problema de las adicciones, lo que parecen lugares comunes pero en eso que parece una historia desgastada también se puede contar que alguien estuvo primero y cuestionó y cambió el status-quo de la música, con la figura del genio que se consume a sí mismo. Shane es la pronunciación más contundente y a la vez silenciosa que los humanos somos también lo que se pretende ocultar, el defecto, lo que se asume para poder partir a una creación sublime.
Se puede afirmar con autoridad por razones que comprenden desde cómo incorporó la pertenencia, la rebeldía, y las contradicciones primero a un nivel identitario de lo irlandés, y de ahí partir en pleno a la construcción de una subjetividad haciéndose a mimos, borracheras, peleas, drogas, poesía, palabras, en el contexto del Reino Unido y el Punk que surgía en el descontento social y agotamiento de los gobiernos laboristas de los mediados de los 70s.
El enojo, el descontento, las tensiones entre el IRA y el centro del imperio en decadencia hicieron posible la impronta de Shane MacGowan, cuya fascinación se explica desde la paradoja de ser un símbolo de lo irlandés y que por su nacimiento, formación, su poesía y en su vida diaria hablaba la jerga y el lingo de londinense también.
La razón de su universalidad quizás nace en ese periodo de maduración, en plena formación y deformación de unas raíces telúricas en el Folk y el genio lirico de la tradición musical y literaria irlandesa, ¡quién diablos lee Finnegans Wake en la adolescencia! Y al mudarse a Londres con ese genio artístico expuesto al terremoto del punk británico, se curtiera en Shane, acuerpara en sí todo un panorama contradictorio, de aquel investido por una razón y obligado a mezclarse en la fuerza del corazón mismo del imperio con su lógica voraz.
Ese encuentro fue potente, al grado que paso muy poco tiempo para que Shane perdiera esa beca al ser expulsado por posesión de drogas y poco a poco deviniera como ese tipo reconocible que cambiaría para siempre la escena musical del Reino Unido con su banda The Pogues.
McGowan se apropió del desgastado live fast, die young y quizá ejemplificó tanto y tan bien, que le dio la vuelta y lo llevó al exceso para poner a prueba los límites de ese lema tan controversial.
Ese vivir al filo del precipicio, preservar lo irlandés en esta idea de hacer todo de la manera menos sobria posible. Reivindicó la resistencia combativa del irlandés y no del dublinés sino del mismísimo paisano venido de los countys, al tiempo que no dejaba de abrazar la cuestión de llevar lo irlandés, lo celta, y meterlo en todo lo que surgía en la escena Punk, Rock-Folk.
Shane MacGowan es un pilar del gusto lírico y musical contemporáneo en tanto todo fue cimentado en una profunda genialidad literaria, que no es más que situarse en los lugares fugaces y adecuados para observar y recontar las historias que nos pasan, es difícil pensar que alguien más pudiera haber escrito “A Rainy Night in Soho” con la fuerza, el trabajo métrico, rítmico que sabemos proviene de aguas más profundas en tierras irlandesas y llevar eso a lo mundano de una noche en el peculiar mundo del Soho londinense a finales de los 70s, principios de los 80s para escribir una historia de amor, la mejor.
