TR/ST @ Auditorio BB:
La suave seducción de un sintetizador
Por Yonatan López @yonamx
Es muy interesante (y evidente) la atracción que hay hacia proyectos como TR/ST. El gozo por los sonidos electrónicos que se mueven como sudor por el cuerpo, y el deseo de bailar y dejarse llevar por sus claroscuros. Ha sido innegable desde su primera visita en 2014 y ahora, 10 años después en vísperas del lanzamiento de su quinto álbum de estudio, Performance, la fuerza sólo se confirma.
Apenas unos minutos pasadas las 9, el Auditorio BB se oscurecía y entre una nube de hielo seco aparecían tres siluetas. Al centro, Robert Alfons vestido de blanco tomando el micrófono con la confianza de alguien que quiere bailar en pareja empezaba a cantar “Regret“, canción inédita de su nuevo material.
Así empezaba la noche, entre baile, éxitos y nuevos temas. “Slug“, “Dark Day“, “Colossal“, “Candy Walls“; apenas un momento para recuperar el aliento entre cada una. Y la gente respondía con emoción a todo; brazos, gritos, caderas en sincronía y fiesta.
Y es que a lo largo de 15 años Robert (junto con Maya Postepski en sus inicios) y varios colaboradores a lo largo del camino, han sabido retomar la herencia de otras décadas y dejar nuevas raices por su cuenta. Canciones como “Bicep“, “Sulk” o “Run” lo demuestran.
Personalmente me gustan mucho las posibilidades que presenta un sintetizador y la sensibilidad que tiene alguien de reconocerlas y explorarlas. Desde beats que pulsan como un martillo en el cuerpo a otros tan delicados como si se tratará de un sueño. Lo que hace TR/ST se mueve sin dificultad entre ambas y le ha ganado el cariño en la ciudad.
Para muchas personas es un sueño rodearse de neón, sensualidad y misterio como si fueran los 80s. Y al menos durante una noche en el Auditorio BB, Robert y compañía hicieron que el sueño fuera real.