Por moonman /// Fotos: Yunuén Velázquez
La cita fue tarde (a las 11:30 de la noche) para que sirviera de “after oficial” y clausura del Vive Latino, aunque por la gente que se presentó juraría que casi nadie había ido al festival. Posiblemente eran personas que sólo estaban interesados en los actos anglosajones.
El inicio curiosamente fue el último track de su gran disco en vivo Everything Everything con “Rez/Cowgirl“, un sencillo de 1994 que mantiene esa vibra raver y trance que se vivía en ese entonces y que hoy en día aún sorprende por su autenticidad. Siguió “Pearl’s Girl“, otra joya del Second Toughest in the Infants con el que demostraron a los que masivamente los conocieron que no eran un proyecto de un solo sencillo; cabe destacar que casi todas las canciones duraban por lo menos 6 minutos y en el caso de esta canción nos recordó lo bueno que fue la época en la que el drum n bass dominaba el mundo.
Luego de “Always Loved A Film” de su última producción Barking, álbum que en México no tuvo la suficiente exposición, llegó una versión alterada de “Push Upstairs” que difícilmente la hizo identificable, ya que hasta el coro muchos se enteraron que se trataba de esta canción igual hubiera estado mejor que respetaran la versión original.
Uno de los grandes momentos fue cuando tocaron “Two Months Off” para seguirse con “Scribble“, en donde sorprendentemente muchos de los presentes cantaron la canción. Para antes del encore vino el combo de la noche con “King Of Snake” en el que Karl Hyde se subió en medio del escenario para dirigir a la audiencia mientras su fondo de luces se tornaba verde, para unirse con la canción que todo mundo quería escuchar: “Born Slippy” con el que todos se convirtieron en el personaje Mark Renton de Trainspotting cuando va a un club. Muchos no dejaron de mover las manos y brincar al ritmo de una de las canciones más excitantes de los últimos años gracias a su creciente beat.
Al regreso del encore vino el momento más contrastante de la noche con “Jumbo“, la canción más tranquila de su repertorio, junto a la poderosa “Moaner“, la cual fue editada inicialmente para el soundtrack de la película Batman & Robin y que puso a todos en un estado de trance al bailar descontroladamente.
En general fue un concierto que resumió muy bien lo que pasó en al escena electrónica de los noventa: desde lo más raver al drum n bass. Era la forma perfecta de seguir con la serie de conciertos como Chemical Brothers o The Prodigy.
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