RPM: Demon Days de Gorillaz

May 21, 2015

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How are we going to work this out?
15 años de Demon Days de Gorillaz

Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_

Una broma contada dos veces puede tener dos efectos: o pierde la gracia o se vuelve algo serio. Damon Albarn y Jamie Hewlett hace diez años caminaron en el borde de esa aseveración. Quizá la primera intención con Gorillaz no era broma, pero así salió y así lo interpretó el público y la prensa: un grupo virtual, animado, chicos ingleses rapeando. Todo estaba puesto para que nadie los tomara en serio. ¿Qué? ¿Que va a haber un segundo disco? ¿No era nada más como el escape creativo de Albarn luego del confuso fin de siglo que tuvo Blur? Pues resultó que no.



Si quedaba duda de la hiperactiva mente del frontman más carismático del Brit Pop, aquí quedó despejada y de un jalón que dura cincuenta minutos. Sí, Demon Days es un poco más homogéneo que el debut, completamente inclinado al Hip Hop y al Trip Hop, notorio por los invitados (De La Soul y Martina Topley-Bird, entre muchos otros), pero esa homogeneidad lo vuelve más ¿maduro? No sé si esa es la palabra que estoy buscando. Lo ayuda a establecerse más como algo que no es sólo una broma o un proyecto alterno para pasar el tiempo por parte de sus perpetradores, eso sí. No me malinterpreten, Demon Days es serio en su ejecución y en lo que proyecta a quien lo escucha, pero eso no le quita lo absolutamente gozoso que es en cada uno de sus 15 tracks. Canciones como “White Light”, “DARE”, “Dirty Harry” es Damon Albarn siendo tan feliz de crear como tenía mucho que no lo hacía.

Aunque la seriedad también va para el otro lado. Quizá por la formalidad con la que todos los colaboradores (Danger Mouse, Roots Manuva, Ike Turner y hasta Dennis Hopper) se tomaron su papel, se logre ese efecto. En todo el álbum hay un sentimiento de exploración, no sólo sónica, sino líricamente. Un temor a adentrarse en lo desconocido y en la oscuridad que se despeja una y otra y otra vez en cada canción. Sí, de vez en cuando tiene un tono más pesimista que el anterior (“Every Planet We Reach Is Dead”, “Feel Good, Inc”, “O Green World”), pero es sólo superficial. Damon Albarn es un explorador que no teme mostrarnos lo que encuentra en cada proyecto en el que se embarca, llámese Blur, Gorillaz, The Good, The Bad & The Queen o lo que se le vaya ocurrir en su siguiente vacación. Siempre ha sido un explorador y siempre lo será. Para fortuna nuestra.

Post escrito por: Ernesto Acosta

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