Entrevista /// Carla Morrison nos platica sobre Amor Supremo

Por moonman
Fotos Óscar Villanueva (Flickr)

Carla Morrison es el mejor ejemplo de cómo un artista independiente se desarrolla hoy en día. Comenzó con un puñado de canciones honestas y una muy buena comunicación directa con sus fans aprovechando al máximo lo que las nacientes redes sociales en ese entonces. Esto la llevó a dar saltos de pequeños foros a atiborrar el escenario principal en el Vive Latino.

Un crecimiento exponencial tuvo como consecuencia un gran desgaste al ofrecerse a su público y casi disolverse como pastilla efervescente. Por ello, Carla Morrison optó por desconectarse de todo y volverse “una persona normal” al cocinar y aprender cosas que la fueron nutriendo hasta llegar a ese punto de quererse expresar de nuevo con un material llamado Amor Supremo.

Platicamos con ella para que nos explicara mejor este proceso de alejarse, ver todo el panorama y volver a entrar al laberinto de los conciertos, fans… y entrevistas.

Antes de entrar a grabar este disco, ¿cómo quedaste después de la gira de Déjenme Llorar?
Estaba muy deprimida porque estuve tres años sin parar. El disco le dio mucha atención a mi proyecto, al principio lo disfruté pero después fue muy pesado para mí porque vengo de un pueblo muy pequeño. Mi vida como la llevaba era tranquila, por lo que el hecho de que me persiguieran o me tomara fotos con ellos me provocó un sentimiento de persecución que no conocía que tenía.

No había espacio para mí y como soy independiente debo de trabajar duro. Terminé triste y les dije a todos que la agenda se cerraba porque estaba cansada y necesitaba tiempo. Seis meses no hice nada, me emborraché y me la pasé bien… ¡ah! y también me tatué. Cuando estuve lista le dije al productor que el nuevo disco lo hiciéramos en Baja porque mi sueño era grabar un disco frente al mar.

Originalmente lo grabaría en tres meses y acabamos en ocho. El ambiente me ayudó a que me centrara porque me sentía perdida. Averigüe quién era yo… aprendí muchos tutoriales para maquillarme (se ríe), aprendí a cocinar y hornear. Me motivó hacer cosas que no podía hacer cotidianamente.

Me dediqué a tener citas, a ser novia, hacer amigos, a manejar sola o ir de compras… en fin, volver a ser una persona. Eso me nutrió mucho e incluso me metí a un coaching de empresas. Cerré mis redes personales y me dediqué a leer libros. Me metí a la meditación porque soy una persona intensa y me dio mucho equilibrio. Me interesó la ciencia, el cosmos, el budismo… no sé encontré mi identidad actual.

Checa la entrevista que le hicimos en 2009

Una de tus cualidades que te distinguió desde un inicio es que tenías una comunicación directa con tus fans, pero conforme fue aumentando esto se volvió incontrolable, ¿crees que estabas dando un poco de tu ser y de repente todos querían literalmente comerte?
Fue algo que necesitaba. Al principio me dolía porque no quería que pensaran que no me interesaban pero necesitaba ponerme atención.

Al interesarte de cosas más universales, ¿qué tanto te afectó en las nuevas canciones?
Me ayudó mucho porque me di cuenta que el mundo no gira alrededor de mí y me ayudó a liberar una presión mía por superarme. Fue bonito estar en casa y empezar de un lugar muy honesto porque me ayudó a cambiar la percepción de mi proyecto de mí misma como compositora y mujer. La lejanía es sabia e importante.

En la crítica de tu nueva canción mencionamos que eran más panorámicas en el sentido de que no es un close up en donde no eres la protagonista, sino que se siente más ambiental
Creo que los productores, que son los hermanos Alejandro y Demián Jiménez, tuvieron eso muy claro. Me gustó porque hubo una intensión de que no fuera solo mi voz y mis letras sino que pedacitos de música dijeran algo. Alejandro fue el ingeniero y arreglista de Déjenme Llorar e invitó a su hermano. Todo está a base de sintetizadores, no hay guitarras acústicas, si acaso una. Es muy atmosférico y espacial, yo diría que es muy maduro porque hablaba de un inicio o final y aquí estoy hablando de lo que conlleva estar en una relación y luchar y negociar para que todo funcione. Todavía sufro y hablo del amor pero de una forma de aceptar de que también lo estoy cagando pero que por medio de esa aceptación se demuestra que hay amor.

Estaba acostumbrada a tener relaciones que no me valoraba, ahora que tengo una relación madura me doy cuenta de que es cuestión de negociar para estar bien. También es valorar y decir que quiero una persona que me valore bien.

¿Con cuál canción crees que llegaste a un nuevo límite musical?
Hay una canción que se llama “Cercanía” porque nunca había hecho una canción que tratara de una pelea. La letra dice “Tú callabas, tú otorgabas, tú me diste razones para que no llorara” a lo que respondo “Yo fui torpe, yo fui mala, yo no escuché con claridad lo que explicabas”. Fue porque la cercanía no nos dejaba ver. Esta canción es algo distinto, pero en sí todo el disco es diferente incluso en mi voz porque los productores me empujaron a hacerlo mucho mejor. Aparte después de la gira mi voz tendió a hacerse más grave e hizo que hiciera otras cosas con mi voz como en la canción “Azúcar Morena” donde hago notas bajas.

A lo mejor no es un disco que en las primeras escuchas no lo puedes poner mientras haces otra cosa porque tiene muchos detalles.

¿Qué nos puedes decir del video de “Un Beso”?
Tenía muchas ganas de trabajar con RaRaRa Films porque son muy buenos, así como con Fana Adjani que es una bailarina muy importante mexicana. Ya había visto su técnica pero no sabía como podría encajar en mi proyecto pero encajó perfecto. Quería un video sensual porque siento que ese lado no lo había mostrado y que quería que como carta de presentación de vuelta fuera fuerte y la gente se sacara de onda.

Fana me enseñó técnicas en donde no había reglas para que sacaras los movimientos desde ti, de lo que traes dentro. Fue natural y a la vez creativo y profundo. A mí me encantó lo oscuro que podría ser. Muchos pensaron que era satánico porque el diablo es negro (se ríe). Siento que todos tenemos un lado oscuro, así como un lado rosa, a mí me dieron ganas de explorar mi lado sensual, carnal y provocativo y de mujer al decir que también tenemos necesidades y deseos.

El disco se llama Amor Supremo porque como estaba muy entrada en la onda de la meditación me venía mucho a la cabeza la palabra “supremo” por lo que pensaba que el amor del que hablo va más allá de lo físico y lo correspondido, sino porque lo tengo.

¿Qué tienes preparado para tu presentación del disco?
Para la presentación tendré a la misma banda, pero los músicos cambiarán de posición porque manejan varios instrumentos. Los productores me están ayudando a armar el show mientras yo tomo clases de canto para mejorar y nutrirla.

En 2016 será cuando lo gire en serio. Siento que no es una buena idea sacar un disco y girarlo de inmediato porque ya cambié de identidad y no la conocen y se quedan con el recuerdo pasado.

Fotorreportaje de la grabación del disco Déjenme Llorar